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En el corazón de Buenos Aires cumplió con su estricta rutina de “Running”, como habitualmente la realiza en París, aunque también se lo vio corriendo por el Central Park de Nueva York, en una de sus múltiples visitas. Nicolás Sarkozy (60), de ascendencia húngara, judía y griega, quien fuera desde 2007 hasta 2012 el vigesimotercer presidente de la República Francesa, salió a correr el viernes 28, a las 16:21 horas, desde el hotel Four Seasons, del barrio porteño de Retiro, hasta pasada la Facultad de Derecho, siempre por la avenida del Libertador, acompañado por un guardaespalda francés que viajó con su comitiva, y dos destinados por la Policia Federal argentina. La travesía aeróbica duró una hora y catorce minutos, incluyó por momentos la particular panorámica de la Villa 31 de fondo, y demostró el buen estado físico del ex Primer Mandatario, que en 2009, mientras corría y siendo presidente, sufrió un “síncope vagal” (breve pérdida de conocimiento causada por exceso de actividad del nervio vago, cuyo papel es disminuir el ritmo cardiaco).
Sarkozy llegó a Buenos Aires el jueves 27 (ya había venido en febrero de 2014) junto a su tercer esposa, la ex modelo, cantautora y actriz italiana nacionalizada francesa, Carla Bruni (47), quien nunca había viajado a la Argentina. El matrimonio, constituído en febrero de 2008, viajó con su hija, Giulia Sarkozy (3), a quien suelen llevar a todos sus viajes, la niñera y la hermana de Bruni, llamada Consuelo (trabaja para el ex funcionario como asistente).
Tras unas vacaciones en las playas de Córcega y hacer una escala en San Pablo, Brasil, donde la cantante dio un recital el miércoles y se vio con su padre biológico, la familia arribó a Buenos Aires invitada por el empresario Patricio Farcuh (del Grupo Rhuo), que lo recibió con una cena informal en su casa del barrio de San Telmo a la que asistieron, entre otros, el financista Miguel Arrigoni; Gabriel Martino, presidente del HSBC; José Nápoli, asesor de inversiones en la Bolsa, Eric Judor de Hublot y Adelmo Gabbi, titular de la Bolsa de Comercio porteña. La propiedad de Farcuh se destaca entre todas las de su cuadra por la fachada, que de día exhibe un tono marrón y de noche suele iluminarse. Para agasajar a Sarkozy, el anfitrión iluminó el frente con franjas verticales con los colores de la bandera francesa.
