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ACTUALIDAD 27-10-2015 14:34

Ergün Demir y su mamá en Buenos Aires

"No me alcanzará la vida para devolverle su amor" Galería de fotosGalería de fotos

El tiempo lejos de casa y las intensas jornadas de ensayos llevaban a Ergün Demir (45) a atravesar momentos de soledad y melancolía, lejos de los afectos y el calor del hogar. Pero gracias a un esfuerzo de la producción de Ideas del Sur, el actor turco de “Las Mil y una Noches” recibió una reconfortante sorpresa: su madre, Macbure (65), viajó desde Turquía, en su pequeño pueblo en Tepeköy Giresun, para conocer Buenos Aires y vivir junto a su hijo el reconocimiento y la fama que le dió el show de Marcelo Tinelli (55). A pesar de una mala pasada que le jugó la inseguridad al sufrir el robo de su cámara, hoy Macbure disfruta de la capital Argentina al lado de su hijo, quien se prepara para hacer teatro en la temporada de Carlos Paz .

— ¿Que sintió ante la sorpresiva visita de su madre?

—Emoción pura. Toda la vida estuvo al lado mío; en los días felices y en los más tristes. No me alcanzaría la vida para devolverle su amor. Marcelo Tinelli debe haberse dado cuenta de lo que extraño mi país y del esfuerzo que puse en el programa y para premiarme trajo a mi mamá. Desde acá quiero agradecerle a Marcelo, al “Chato” Prada, a Federico Hoppe, a Carolina Sheleyian, a Luis Barros y a Jazmín Natour (mi traductora) porque ella también fue cómplice. No me lo esperaba porque perdí a Tom Disingher (actriz que interpretaba a su madre compañera en “Las Mil y Una Noches”) que era como parte de mi familia. Después hubo atentados terroristas en Turquía. Al estar me puse triste porque en mi país la gente está sufriendo y yo acá, viviendo cosas muy felices, tenía como un sentimiento de culpa.

—¿Cómo era la vida en familia en Turquía?

— Somos cinco hermanos. Ayhan (47), después sigo yo, después Nurhan (44). Rahşan (38) y Beyhan (31). Mi mamá y mi papá trabajaron en Francia mucho tiempo. Él era maestro, renunció y se fue a Francia y luego llevó a la familia. Había mucha pobreza en Francia, entonces mi mamá comenzó a trabajar. Al principio limpiaba casas de gente rica y cosía corbatas por unos pocos pesos. Por eso la admiración y el respeto que siento por ella es eterno, infinito. Cuando yo tenía 7 años, empezó a trabajar en una fábrica. Recuerdo que llegaba a casa muy cansada y ponía la mesa, planchaba, limpiaba, nos ayudaba con las tareas. Si no estábamos estudiando nos retaba. Luego limpiaba y día siguiente se levantaba y se iba a la fábrica a trabajar. No sé cómo hizo mi mamá para criar 5 hijos en esas condiciones

—¿Por qué volvieron a Turquía?

—Estaban hartos. Si te quedás 25 años lejos de tu país después empezás a tener noticias de “se murió tal” o “enterramos a tal” y empezás a pensar: “yo me quedé lejos de mis parientes” los estoy perdiendo, y empezás a extrañar.

—Tiene una vida nómade, ¿Cuándo piensa asentarse?

—Toda mi vida fue así; toda mi vida fui nómade. Creo que nunca, porque yo soy artista, vivo del y con el arte. Me gustaría pasar más tiempo en mi país pero Argentina me sorprendió, fue algo inesperado.

—¿Tiene ganas de volver a su casa?

—Para que un artista exista, tiene que tener el reconocimiento de la gente. Necesita los aplausos. Si lo puedo obtener, tener el cariño y amor de la gente: ya está.

—O sea que mientras esté bajo la luz y el show business ¿se siente cómodo?

—Si, por eso un artista siempre tiene que renovarse, para seguir en el foco.

—Después del “Bailando...” se va a hacer temporada a Carlos Paz, ¿y luego?

—En marzo se termina y ahí voy a hacer una pelicula en Turquía. Estamos hablando sobre el tema. Es una pelicula que se desarrolla en la época del Imperio Romano.

—Hoy es una persona reconocida que vive en un hotel de lujo y por la fama no puede caminar tranquilo por la calle...¿Le gustaría conocer la Argentina en forma profunda?

—Si.Es la única queja que tengo hasta ahora. Te voy a contar un día mío en Buenos Aires. Hoy me levanté a las 6 am, a las 8 ya estaba ensayando, a las 9 y 30 tenía que salir porque tenía clase de castellano. Salí de la clase y vine al hotel. Tuve un reportaje con periodistas de Turquía y cuando terminé vinieron ustedes. Ahora voy a meterme en el salón y a empezar a trabajar en un nuevo ritmo, ensayar solo. Así es todos los días, y hay días más intensos que éste.

—Usted dice que se enamoró de la Argentina. ¿Lo puede considerar su “hogar”?

—Argentina me sorprendió. Yo conocía este país por las postales. Me encantó, no me esperaba algo así. A mi mamá le dije “en dos meses te veo” y pasaron ya seis desde que me vine. Todavía no puedo volver pero no me quejo, mi mamá se va a poner triste con esto pero realmente no.

—Y usted Macbure ¿qué opina acerca de que su hijo esté en Buenos Aires?

— La gente es muy cálida. Muy hospitalaria. Me llamaron la atención las calles, las avenidas son muy anchas. Son muy hospitalarios, alegres, cálidos.

—¿Le gusta ver que su hijo sea tan famoso acá?

—M: Me gusta mucho ¿A qué madre no le gusta que su hijo sea una estrella?

—¿A pesar de que eso implique no tenerlo cerca...?

—Un día mi hijo va a volver a Turquía o yo voy a venir para acá... nos vamos a ir encontrando.

—Ergün: Esto es una evolución porque no hablaba así!. Hasta ayer decía que se quería volver a Turquía ¡Gracias mamá! La verdad que para el día de la madre, mi mamá me acaba de hacer un regalo a mi.

—Cómo era Ergün de niño? ¿Se portaba mal, era muy revoltoso?

—M: El papá le compraba juguetes y el los desarmaba. Solito trataba de armarlos de vuelta. El papá se enojaba, pero el los armaba de vuelta porque quería aprender. Era muy curioso. Inquieto..

—¿Cuándo se dio cuenta que su hijo iba a ser un artista?

—M: En París. En la escuela media, cuando tenía 11 años. Hacía imitaciones y le salían muy bien. Le gustaba crear escenas. Era muy guapo, muy lindo. Se peinaba, se hacia la raya al medio. Era muy dulce, un chico brillante.

—E: Cuando tenía 10 años, me compré una salsa de tomate y cuando mamá llegó del trabajo yo tenía toda la salsa encima porque quise representar una escena trágica, ensangrentado, con un martillo cerca y mi hermano mayor gritando. Fue muy gracioso...pero mamá se asustó mucho.

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