jueves 28 de marzo del 2024
ACTUALIDAD 02-02-2016 11:45

Rossella Della Giovampaola, Lady chic

"Hoy ,en la moda, mi novio es Valentino" Galería de fotosGalería de fotos

Es una ciudad dónde le quedan pocos secretos por descubrir, ya que Rosella della Giovampaola vivió muchos años en Punta del Este, y cada vez que viene a veranear se reencuentra con esa especie de segundo hogar. Pero eso no quita que lo nuevo no la sorprenda, y de allí su cara de admiración cuando estacionó su auto en el parking de Bahía Vik, a escasos 400 metros de la rotonda de José Ignacio. “Ya me habían hablado de este lugar, pero no sabía que era para tanto”, se maravilla sobre el resort escogido para la producción fotográfica. “Tenemos 37 habitaciones, cerramos a fin de abril y reabrimos en octubre”, le responde la recepcionista ante su inquietud por hospedarse en el sofisticado paraje, uno de los tantos emprendimientos del millonario noruego Alexander Vik (60) en José Ignacio. Rossella se deleita con la mezcla perfecta entre Naturaleza y exquisito diseño con raigambre escandinava, mientras elige puntillosamente los vestidos que usará de acuerdo con la escenografía. Como pocas mujeres en la Argentina, ostenta guardarropas que además de marcas prestigiosas delatan buen gusto y un paladar permanentemente aggiornado.

“La semana próxima (por la que pasó) estaré en París en el desfile de Jean-Paul Gaultier (63), es un clásico al que vamos siempre con mi hermana desde hace años. El es un genio, su alta costura es de otra calidad desde el punto de vista del corte. ¡Chapeau para Jean-Paul! Después, a fines de febrero, ya me abocaré de lleno a los desfiles de Nueva York, Londres, Milano y París”. Viajera itinerante por las principales capitales de la moda, Rossella reconoce que el mundo de la alta costura y el Prêt-à-porter no atraviesa por un presente de esplendor. Recuerda que antes se enloquecía cuando presenciaba las semanas de colecciones, y ahora hay pocas y contadas cosas que le llamen la atención. Extraña los vestidos “extraordinarios” que creaba Oscar de la Renta en vida, y también destaca que los precios del mercado actual son prohibitivos. “Antes, con 1000 o 1500 euros te vestías, hoy eso no alcanza para nada... Salvo para una blusa, si es que no tiene bordado”, esgrime, y por eso afirma que el criterio selectivo debe estar hoy más afinado que nunca. Dentro de ese complejo panorama, la mujer de Gustavo Yankelevich no duda un instante cuando se le pregunta sobre su diseñador favorito del momento. Un marca que priorizó en la producción con CARAS, y a la que pone varios escalones por encima de las demás: “Hoy, en la moda, mi 'novio' es Valentino, y me permito algunos flirteos con Pucci y algún De la Renta.... No mucho más”.

—¿Sobre que criterios justifica su opinión?

—Cuando Valentino (Garavani; 83) vendió la compañía, se vino bastante abajo. Y a partir del afianzamiento de la nueva pareja de diseñadores, Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Piccioli, que antes se ocupaban de los accesorios, las colecciones fueron una mejor que la otra. Hoy en día se pone un Valentino desde mi hija Toscana, de 22 años, hasta una señora más grande; de hecho Jane Fonda (78) usó uno hace muy poco en una gala. Antes ninguna chica joven se lo ponía, y ahora al contrario, muchas It Girls del mundo se visten con Valentino. Son ostentosos en cuanto al trabajo que lleva hacerlos, y derrochan elegancia y preciosura. Por lo general son de cuello cerrado, sin escote, y de mangas largas, y en cada temporada los detalles hacen la diferencia. En el último invierno fue el blanco y el negro, a tal punto que todas las boutiques de la marca estaban alfombradas en esos colores.

—¿Más que por diseño, entonces, hace hincapié en la calidad?

—El bordado, las telas y las fantasías hacen la diferencia. Todos los bordados de los vestidos son a mano, una artesanía italiana que muchas marcas van perdiendo. Por el diseño no pasa tanto, lo único novedoso es esa cosa de mostrar. Porque los que son cortos, a algunos me atrevo, pero otros te diría que hasta a las vendedoras les parecen indecentes. Mi hija se los pone, yo me animo hasta a un poco menos de la rodilla, pero no a tanto (risas).

—Por lo que afirmó antes, también tiene su corazoncito en Pucci y De la Renta...

—Pucci era mi marca preferida, eran vestidos ostentosos y sexies, pero ahora son todas prendas debajo de la rodilla y muy lineales. Habrá que darle tiempo al nuevo diseñador italiano, Massimo Giorgetti (38), un joven que parece retomar de a poco algunas fantasías de la maison. El caso de De la Renta es similar, desde que falleció Oscar ya va la tercera temporada con nuevo diseñador, y la verdad que le cuesta. Los dos o tres que suelo usar son de viejas colecciones, porque lo actual, como me pasa con Cavalli, me parecen desconocidos.

—¿Y del resto de las marcas, que?

—Mmm... Gucci quiere recuperarse también de la mano de un nuevo disñador italiano. De las francesas, Givenchy tiene prendas interesantes al menos por lo que se ve en desfiles, después hay que verlo puesto, que es otra cosa. Balmain quiere estar ahí, con vestidos muy audaces, cortos, onda la Kardashian (Kim). Chanel no está en su mejor momento, son muchos los factores que juegan para analizar cada marca, sobre todo la calidad. Y en ese rubro, como las telas italianas no hay.

—Definitivamente, si una amiga le pide asesoramiento para un acontecimiento importante, su respuesta es Valentino...

—Sí, sobre todo si es para una chica que se va a casar o tiene una fiesta importante. Hoy por hoy la llevo sin dudar a Valentino, porque siempre va a estar espléndida, elegante y sofisticada.

—Dentro de ese contexto, ¿cómo se posicionan los diseñadores argentinos?

—Bastante bien. Javier Saiach me había sorprendido el verano anterior acá en Punta, y por lo que vi, está mantendiendo el nivel. Gabriel Lage tiene vestidos increíbles para la noche, está Evangelina (Bomparola) con tailleurs muy lindos, Laurencio (Adot) con cosas dentro de su estilo. Es bueno comenzar a mirar también para adentro.

—Hablando de Argentina, ¿le gusta como se lookea la Primera Dama?

—A mi me encanta Juliana (Awada), además de que la conozco bien. Y así como la ves, es. La gente eso lo percibe, no es una mujer rebuscada, síntoma de una verdadera elegancia. Por lo que observo es de seguir las tendencias, y de mirar lo que le gusta antes que las etiquetas... Y eso me parece bárbaro.

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