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ACTUALIDAD 06-10-2016 17:53

Lucila Polak y su visita a la Argentina con Al Pacino

"Con él creo en el amor para toda la vida". Galería de fotosGalería de fotos

Todo puede cambiar en un instante por un giro imprevisto del destino. Lucila Polak lo comprobó en 2005, en una cena de amigos en Los Ángeles. Era una noche lluviosa y sin luna. Clásica, la ex modelo lucía un pantalón negro y una remera blanca con volados. Estaba haciendo sus primeros pasos como actriz en Estados Unidos e inesperadamente se encontró charlando entretenida con un señor de impronta italiana, voz profunda y gesto elegante. ”Estuvimos casi una hora hablando a solas en una terraza... En un momento se me acercó el dueño de la casa y me dijo: “¿Te das cuenta con quién estás?” Le respondí que no. ‘¡Es Al Pacino!’, me gritó. Todavía no había visto 'El Padrino'. Ese día nos hicimos amigos”, cuenta. Pasaron dos años y esa incipiente amistad se transformó en noviazgo y luego en una nueva familia con la hija de Lucila, Camila Morrone y los hijos del reconocido actor estadounidense, Julie Marie, Olivia y Antón. “En 2017 cumplimos una década juntos. Nos llevamos cada vez mejor. Compartimos mucho tiempo, pero nos gusta respetar los espacios del otro. Cada uno tiene su casa y convivimos de a ratos”, asegura desde su residencia en Beverly Hills, a pocos días de su viaje al país para presentar su última película “Resentimental”, junto a su pareja, quien visitará por primera vez la Argentina. “Estamos muy ansiosos. ‘Al’ quería conocer Buenos Aires y a mi familia que vive en Capital. Coincidimos para que pueda acompañarme en el estreno. Estoy feliz de poder compartir este momento con él y orgullosa del resultado que se logró en el film. Me sentí muy contenida por todos, desde la dirección hasta con cada uno de los técnicos y actores, como Alejandro Awada, Brenda Gandini y Fabiana García Lago. Fue un desafío actoral porque hice un papel diferente a los que venía haciendo en Hollywood, donde cuando tenés acento latino te encasillan en los roles de chica sexy”, asevera Lucila.

—En Resentimental protagoniza una historia de amor lésbico, ¿Cómo compuso su personaje?

—Apenas me llama mi representante Mauricio Catarain para proponérmelo, me encantó el guión. Me teñí para mi personaje, hacía 20 años que no estaba rubia. Quería que me vieran totalmente distinta. Mi intención era personificar a una mujer gay, sin caer en una caricatura. Si bien Ellen DeGeneres fue una de mis fuentes de inspiración, tomé cosas de otros lados: vi películas, leí bastante sobre el tema. También, en Estados Unidos, trabajé mucho con Al los movimientos físicos de Eva, a quien interpreto: la manera de caminar, de sentarse. Con Brenda tuve la mayoría de las escenas ya que hace de mi pareja en la película y fue una compañera de aventura exquisita.

—A propósito de la temática del film ¿fantaseó alguna vez con otra mujer?

—Las fantasías son preciosas. Y siempre me parecieron más lindas físicamente las mujeres que los hombres. De ahí a llegar a concretar con alguna de ellas hay un largo trecho. Sí me pasó que me encararon varias mujeres pero nunca estuve con ninguna. Me encanta valorar la belleza femenina, cuando vine a vivir a Estados Unidos me shockeó escuchar a varias norteamericanas decirme: “Qué lindo pelo, qué hermosas piernas y ojos tenés”. Me sorprendió porque lamentablemente no veo que eso suceda seguido en Argentina. No tiene que haber competencia entre mujeres, debemos aliarnos entre nosotras.

-—El 27 de octubre es el estreno y vienen con Al Pacino al país, ¿qué expectativas tienen?

—¡Estamos felices de ir juntos, ‘Al’ quiere viajar ya! Al ser su primera vez en Argentina, tiene muchas ganas de conocer nuestra cultura y gente. Principalmente me dice que se muere por comer asado y tomar mates con mi familia, todavía no conoce a mi hermana y a algunos familiares. Ya se armó un itinerario para ver shows de tango. Él siempre está con una agenda colapsada, pero en esta oportunidad coincidimos para que pueda venir conmigo al estreno de mi película en Buenos Aires, donde a su vez mostrará su unipersonal en el teatro Colón. Será una experiencia increíble, para él y todo el público ya que es una obra donde interactúa permanentemente con los espectadores, que pueden hacerle preguntas. Está muy contento. “Nunca me sentí tan bien recibido en un lugar sin haber llegado”, me dijo. Se va a sentir como en casa, adora que los argentinos seamos tan demostrativos. En Italia lo aman porque lo sienten un poco italiano y creo que en Argentina pasa lo mismo.

—¿A qué lugares lo llevaría?

—Quiero que coma unas ricas pastas caseras, tome un helado y baile una milonga. Me gustaría que conozca Sal Telmo, La Boca y los hermosos barrios porteños pero de a pie, no desde el asiento de un auto. Para palmar la magia porteña hay que transitar la ciudad con tiempo, como lo haría cualquier turista, aunque con él sea difícil. Quizás lo camufle un poco con un gorrito y anteojos para que pueda caminar tranquilo (Risas).

—Van a cumplir una década juntos, ¿cuál es la clave de su relación?

—Somos una pareja donde se prioriza la libertad, la admiración, la comunicación, el respeto y el compañerismo. Y realmente creo que el secreto de llevarnos tan bien luego de muchos años es que cada uno tenga su casa por separado: sólo convivimos de a ratos en su residencia, en la mía o en hoteles cuando viajamos. Es fundamental que cada uno tenga su espacio e independencia para desarrollar sus actividades. Jamás nos invadimos y eso fue clave.

—¿Les preocupó en algún momento la diferencia de edad?

—No. La diferencia de edad nunca fue tema de preocupación en ninguno de los dos. Cuando conocés a una persona y te enamorás, lo hacés de su esencia, no de su edad. Con ‘Al’ tenemos muchas cosas en común y eso es lo importante. Sé que cuesta creerlo salvo que algo así te suceda. Los años de diferencia no se sienten una vez que conectás mucho a alguien. La edad es algo muy relativo: hay personas de treinta que tienen mucha menos energía que otras de sesenta. ‘Al’ es una persona llena de vitalidad, de ganas de hacer planes. Nos complementamos muchísimo. Él me muestra películas y me explica los clásicos y yo a él, otras cosas distintas. Me abrió las puertas a toda una cultura y me hizo conocer un mundo artístico e intelectual fascinante. Todavía tenemos miles de proyectos para hacer juntos.

-¿Entre esos planes, pensaron alguna vez en tener hijos?

-Sí, lo hablamos varias veces pero hoy ya no pensamos en eso. No es una asignatura pendiente en nuestra relación. Cada uno está muy abocado a su profesión. Aparte, él con sus tres hijos y yo con la mía, estamos felices. Los chicos crecieron juntos y esa es la familia que nos une. Esperaré a que ‘Cami’ me haga abuela, aunque aún falte bastante para eso, recién tiene 19 años.

—En cambio, usted fue madre a los 19 con Camila, ¿cómo fue tenerla de joven y combinarlo con su profesión?

—Fue una etapa de mucha madurez. Si bien inevitablemente tuve que postergar un poco mi profesión, disfruté profundamente la maternidad. Al no haber tanta diferencia de edad, crecimos juntas, nos unimos más. Por eso, al principio me costó separarme de ella cuando se fue a vivir sola a Nueva York, pero tengo que darle su espacio para que desarrolle su vocación. Me encantó ayudarla en la decoración de su departamento en SoHo. Seguimos siendo muy compañeras y compinches, la visito seguido o ella se queda conmigo unos días en Los Ángeles. Quiero dejar que forje su propio camino e identidad, que ya lo está haciendo ¡muy bien!

—¿Cómo ve su crecimiento como it girl internacional?

—¡Estoy orgullosa de que la convoquen las marcas más importantes y que tenga las mejores propuestas publicitarias! Pero principalmente me pone feliz ver su manera adulta de manejarse, que tenga los pies tan sobre la tierra. Al haber nacido en Estados Unidos, ‘Cami' tiene muchas más oportunidades, que ni su padre ni yo tuvimos como modelos. No tiene acento argentino, habla perfecto inglés. Está muy centrada, con ganas de lograr todo por ella misma. Es muy profesional, continúa con sus trabajos en “Victoria’s Secret”, hizo la primera tapa de “Vouge Turquía” y tiene muchísimas campañas y proyectos a futuro. Es parte de otra generación, donde todo es muy virtual. Cuando ves que tu hija tiene más de 600 mil seguidores en Instagram y vos ni superás los 20 mil, querés cerrar todas las redes sociales (Risas). A veces me filma y sube videos a su Snapchat o Instagram y ni me doy cuenta que se entera todo el mundo con tantas personas que la siguen. Mis amigos me dicen: “¡Te vi en las redes de Cami!”. Es otro mundo que nosotros no vivimos de chicos, pero me divierte y encanta que ella sí pueda aprovecharlo.

—¿A Al Pacino también lo divierten las redes sociales?

—No le da demasiada importancia pero ‘Cami’ a veces lo filma y también sube a sus cuentas. Se llevan re bien. Mi hija creció junto a 'Al', por eso por momentos no dimensiona lo que representa como actor. Lo ve como un familiar más, lejos de los flashes de la fama. Y es lo que a él más le gusta. Tratamos de tener una vida lo más normal posible. No queremos vivir aislados del mundo. ‘Al’ es muy familiero y sencillo.

—¿Eso fue lo que más la enamoró de él?

—Sí, me enamoró su sencillez y calidad humana. Es un tipazo, lo percibís apenas lo conocés. Si bien no soy celosa — ¡y mirá que la mujeres se le acercan para darle su celular!—, 'Al' siempre se ocupa de darme seguridad. Sé que me quiere a mí. Me encanta su caballerosidad. También me fascina ir al cine con él o ver películas en casa. Hemos visto “El Padrino”, aunque no le gusta mucho verse. Es mi gran maestro en la actuación. Y hoy estamos en un momento de nuestra relación donde podríamos actuar juntos, me encantaría. Más allá de los años que llevamos en pareja, nos amamos y elegimos como el primer día. Con él no tengo dudas: el amor para toda la vida existe.

por Naiara Vecchio.

Fotos: Gabriel Machado.

Agradecimientos: Mauricio Cataraín.

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