jueves 18 de abril del 2024
ACTUALIDAD 29-01-2017 13:39

Maria Laura Leguizamon y Figueiras con su bebe de siete meses

"Alfonso en nuestro homenaje a la vida". Galería de fotosGalería de fotos

No deja de repetirlo: “Alfonso es el pequeño milagro de nuestras vidas”. Así describe María Laura Leguizamón (51) la llegada del bebé que tuvo con el empresario Marcelo Figuerias (52), que además de convertirla en madre a una edad que muchas mujeres consideran inspiradora, completó la felicidad de una familia ensamblada.

Es que la senadora ya era mamá de Juana (11), fruto de una relación anterior, mientras que el empresario —con quien Leguizamón se casó en 2013— tenía a sus seis herederas, Taina (32), Nadia (31), Natalia (30), Ivana (28) y las gemelas María y Gabriela (21), cuando el nacimiento del primer varoncito de la familia no hizo más que potenciar los lazos de amor e unión. “En el mes que nació Alfonso también nacieron sus sobrinos, Suri e Hilario, los bebés de dos de las hijas de Marcelo. La convivencia es divertida y es muy llamativa porque hubo cumpleaños con sector de estacionamiento para cochecitos de bebé (risas). Cuando estamos en familia, todas y todos cuidamos a los bebés como si fueran los propios”, detalla María Laura, quien posó para CARAS en Estancia Vik, junto a su esposo y su niño, durante sus vacaciones en Punta del Este.

“Estamos en un momento de la vida en la que tanto Marcelo como yo podemos darle prioridad a la crianza de nuestro hijo. Ya empezó a gatear y es una locura el intercambio de sonrisas y miradas. Todo es una gran alegría porque Alfonso es un bebé muy deseado. Los días acá están guiados por la rutina que tiene nuestro hijo. Vamos a la playa a las siete de la mañana, cuando el sol está suave, y sólo hasta la nueve”, cuenta la senadora, para quien la crianza de su niño tuvo las exigencias típicas, pero fue sumamente placentera. “Tuve suerte porque me ayudan mucho y además Alfonso tiene muy buen temple. Estamos muy bien organizados. Yo empecé a trabajar muy rápido y entonces mi hijo me acompañó al trabajo. Lo pude amamantar un poco más de seis meses. Ser mamá canguro es un privilegio, pero también un gran esfuerzo. Muchas veces digo: ¡ya dormiré!”, agrega María Laura, con humor.

“Frente a la llegada de Alfonso sentimos un agradecimiento permanente. Es como verlo tan pequeñito y admirarlo al mismo tiempo. Con él celebramos la vida, es nuestro homenaje a la vida. Te obliga. Es emocionante”, se sincera Leguizamón. Convertirse en padres, dice, fue aquello que terminó de unirla aún más a Figueiras, quien tenía muchos deseos de tener al varoncito. “Como pareja nos fortaleció y creo que somos un equipo muy cómplice en su crianza. Su llegada generó un gran aprendizaje para la pareja y la celebración del amor a diario”, afirma.

Ya en cuestiones más domésticas, pero no por eso menos importantes, María Laura vuelve a dejar en claro que el apego es una prioridad en su vínculo con el dulce Alfonso. “ Él tiene su cuarto, pero hay siestas compartidas y siempre lo acuno hasta dormirlo. Mi presencia es permanente. Intenté que duerma solo y que busque sus herramientas para dormir, pero ante todo está nuestro cobijo. Alfonso es muy pegote del papá, todos los días se baña con él, porque tenemos una rutina de mamá y papá muy compartida. Marcelo tiene un compromiso con la crianza de Alfonso a la par mía.

Es muy afectuoso, un ¡súper papa! Juegan mucho juntos y tienen un mundo muy lindo. Cuando su papá se llega a la casa ¡es el centro de todo! Marcelo le tira la pelota y para Alfonso es un programón (risas) De hecho cuando el bebé tenía seis días, el papá lo llevó al sofá frente al televisor, le envolvió con una manta y le dijo: Alfonso ¡hoy vemos la Champion Ligue! Y claro que nuestro hijo es socio de River. Ni abría los ojos cuando tenía tres días y le hicieron su carnet!”, cuenta la senadora, fascinada con el idilio en el que se ha convertido su vida junto a “sus muchachos”, como llama a su compañero de vida y a su pequeño heredero.

Por: Kary Lopez

FOTOS: PABLO KREIMBUHL

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