viernes 29 de marzo del 2024
ACTUALIDAD 31-01-2017 10:02

Flavio Mendoza ansioso por la llegada de su hijo

"Quiero que mi bebe se llame Dionisio o Irene". Galería de fotosGalería de fotos

Le cuesta pensar en otra cosa. Ni siquiera estar al frente del espectáculo teatral más importante del país logra apartarlo de su eje, de esa idea que le llena el corazón, el alma y que de un tiempo a esta parte se transformó en su razón para vivir. Flavio Mendoza (42) quiere ser papá y comenzó el camino para cumplir ese sueño que lo desvela. En su mirada hay amor paternal y sus palabras se quiebran por la emoción una y otra vez cuando habla del tema. Instalado en Carlos Paz, donde protagoniza y produce “Mahatma”, Flavio se permite abrir su corazón y contar cómo vive este presente enfocado exclusivamente en el futuro.

“Ser padre es algo que soñé de chico. Tuve una lucha interna muy grande en mi adolescencia.  Siendo gay este tema era un pesar que tenía porque me alejaba de lo que siempre anhelé. Cuando crecí me di cuenta que podía ser papá igual”, cuenta. “Fue un sueño que fui postergando porque durante muchos años dediqué mi vida a ayudar a mi familia. Quería que todos tuvieran techo, una obra social y así fue pasando el tiempo. Ahora que mis hermanas están bien ubicadas, me di cuenta que era tiempo de pensar en mí y entendí que éste era el momento para ser padre”, agrega.

—¿Qué tipo de padre se imagina que puede llegar a ser?

—Creo que voy a ser el mejor papá del mundo. Sueño con ser papá cada noche y también me asusto mucho. Me pasa de despertarme con angustia, con miedos de padre, pensando en resolver situaciones, son cosas que no me pasaron nunca. No quiero tener tres niñeras que me ayuden, sino criarlo yo a mi hijo, darle mamadera, cambiarle los pañales, tengo esa necesidad. He visto como bailarinas traen a sus hijos y se duermen acá cerquita. Creo que mi bebé va a ser así; un bebé de camarines al menos en sus primeros años. Visualizo a mi hijo o a mi hija de una manera muy linda, con una infancia distinta a la mía.

—¿Usted tuvo una infancia difícil?

—Si, fue muy dura. Mi mamá nos pegaba mucho. Si hoy lo digo es porque lo he hablado con ella. Mamá nos pegaba mucho y muy mal; al punto que pudo habernos lastimado gravemente. Era muy nerviosa, tenía muchos problemas y nos golpeaba. Mi padre en cambio jamás nos pegó. Cuando veo situaciones en las que se plantea que por una mala infancia uno repite conductas con su hijo, a mí me pasa todo lo contrario. A mi hijo no le voy a levantar la mano. Esa es la primera lección que me deja mi infancia.

—¿Pudo hablar este tema con su madre?

—Si. Le pregunté por qué no nos ponía en penitencias o solamente nos retaba y ella hoy nos pide disculpas. Con el tiempo entendí que fue algo que ella no pudo controlar. Yo aprendí mucho de lo malo. En mi vida cada día comprendí algo y eso quiero enseñarle a mi hijo. Quiero que él sepa que el mundo es hermoso y también lo reflejo en mi espectáculo. Quiero que sea honesto, generoso, que ayude a los demás y sobre todo que sea feliz. Es lo que intento transmitirle.

—¿En qué etapa está el proceso de fecundación?

—En diciembre viajé para allá un poco de apuro a dejar el esperma, porque no quería que pasara toda la temporada. No quería alargar más este proceso. Estoy esperando que me den la noticia de que ya se hace la fecundación. Puede ser en estos días... Calculo que en estos meses de verano se va a hacer. Estoy esperanzado y desesperado que así sea.

—¿Qué falta?

—Estados Unidos tiene leyes muy estrictas sobre este tema. Por ejemplo, en el último viaje que fui allá a entregar mi semillita, vi un nuevo papel sobre el zika, que yo no sabía que se transmite por vía sexual. Entonces eso también se analiza. Son muchos cuidados y detalles que a veces me aturdo con todo pero, por suerte, tengo a mi hermana Patricia que me ayuda con ésto y sigue atenta cada paso.

—¿Cómo domina la ansiedad?

—No la domino. Por eso me emociono enseguida. La ansiedad no es porque quiero que nazca ya, sino porque quiero que sea sanito. Entendí que hice bien todos los deberes y eso ayuda a hacer más fácil la espera. Yo soy un niño adulto y ya pienso en todo. En Miami, en mi último viaje ya estaba por comprar juguetes pero Maxi, mi gran amigo, me dijo: “¡Pero si aún no sabés el sexo..!” Y bueno, ahí me frené, pero yo ya hubiera arrancado a comprarle cosas.

—¿Tuvo contacto con la mujer que alquilará su vientre?

—Si. La había conocido vía Skipe y luego en persona. Ella es de una ciudad al norte de Florida. Le propusimos y aceptó conocernos en persona y me di cuenta que era la persona indicada. La vi con su bebé, sentí su energía y la noté muy bella. Entendí que era quien debía llevar a mi hijo en su vientre. También estoy muy abierto a que si ella lo quiere conocer o tener vínculo, pueda hacerlo.

—Al momento de decidir ser papá, ¿Porqué descartó la adopción?

—No la descarté. Creo que en un futuro voy a adoptar y tal vez mi segundo hijo sea adoptado. Tengo mucho amor para dar y cuando me vean como papá tal vez el trámite resulte un poco más fácil. La pasé muy mal en la entrevista que hice por este tema; me sentí muy incómodo. En mi época de adolescencia fui muy discriminado por ser gay, sufrí mucho esa etapa y en la entrevista recordé esos momentos. Me tocó una señora que me hizo sentir muy mal. Me hacía preguntas del tipo “¿Para qué querés tener un hijo vos?”, “¿Con quién va a dormir?” o “¿Va a dormir en tu cama..?” Y varias cosas que no logré entender. Pero más que las preguntas no me gustó la forma en la que las hacía y noté que me miraba como si yo quisiera un hijo para otra cosa y me hizo pasar un momento muy angustiante y no lo pude manejar. Esa entrevista me hizo desistir del método. De todas maneras quiero tener un hijo del corazón.

—En este momento tan especial, ¿Hay lugar para el amor de pareja en su vida?

—No. Estoy solo. Hay pretendientes pero no estoy saliendo con ninguno. Hay una persona que ya tiene un hijo, se ofrece a ayudarme y eso me mata de amor. Hoy la prioridad en mi vida es mi hijo y eso lo va a tener que entender quien quiera estar conmigo. Me encantaría encontrar la pareja adecuada; creo que cerraría el círculo perfecto poder encontrar ese amor y además tener a mi hijo sería algo soñado.

—¿Tiene pensado los nombres para su futuro hijo o hija?

—Si es varón, Dionisio, un nombre que me gusta desde siempre y que tiene una personalidad muy fuerte. Además creo que Dionisio Mendoza sonaría muy bien. Si es mujer, Irene, un nombre muy especial para mí porque fue una abuela del corazón que hizo de todo por mí en momentos muy difíciles. Un tiempo después, cuando yo estaba muy mal económicamente y vivía en La Boca, ella se caía mucho y la internaron en un geriátrico. Ir a verla a ese lugar era algo terrible y me lamentaba por no tener el dinero para sacarla. Ella me contaba que ahí la golpeaban y yo moría de dolor por no poder contar con la capacidad económica. Es algo que hablé mucho en terapia pero no logro reponerme de la culpa de no haber podido ayudarla en ese momento. Sufro de la misma manera el hecho de que mi padre haya terminado su vida trabajando como casero y no me haya podido ver triunfar. Son fantasmas del pasado que quedan y espero en algún momento poder superar. Creo que con un hijo esa sanación comenzará a ser posible.

por Ariel Bogdanov

FOTOS: Alejandra Maldonado

Agradecimientos: It Italy, Sebastián Hernández (Iluminación).

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