jueves 28 de marzo del 2024
CELEBRIDADES 26-04-2017 07:12

Miguel Ángel Silvestre, el galán español, revolucionó Buenos Aires

El protagonista de Velvet y Sense8 conquistó a Susana Giménez Galería de fotosGalería de fotos

Las rosas amarillas aguardan en el centro de la mesa dentro de un ornamentado jarrón de cristal. De traje oscuro y corbata, espera ansioso la llegada de su cita. Desde que arribó al lugar sólo habla de la mujer con la que pasará su primera tarde en la Argentina. De pronto, escucha el ruido estridente de unos tacones repiqueteando sobre el piso de mármol. Apresurado, abre la puerta y la ve. Vestida de negro, con anteojos de sol, lo saluda a los lejos y estira sus brazos. Nervioso, corre a su encuentro y la abraza. Sin mediar palabras, la besa. El español Miguel Angel Silvestre (35), es un seductor nato y no lo oculta, tal como lo demostró en cada una de sus apariciones desde que llegó a Buenos Aires. Su magnetismo es capaz de encantar a cualquiera, tal como lo hizo con Susana Giménez durante el encuentro del que habló el país.

“¡Besa muy bien y es bellísima! Me ha encantado conocerla en persona. Puedo entender cómo lleva 30 años de trayectoria y todo el mundo la sigue con tanto cariño. Es espontánea, se equivoca, se ríe de ella misma, tiene mucho talento y es muy inteligente. Hasta Pedro Almodóvar y Cecilia Roth me pedían que le mandara un beso a Susana. Ha sido un placer compartir la tarde con ella”, dijo el galán español.

Nacido el 6 de abril de 1982 en Castellón de la Plana (Valencia), Miguel Ángel soñaba con convertirse en tenista profesional. Entrenaba duro y participaba en los mejores torneos. Estaba destinado a ser una sensación del deporte.

Todo iba de maravillas hasta que una lesión en el hombro truncó su incipiente carrera. Sin rumbo, se inscribió en la Facultad y, al igual que su padre, comenzó a cursar la carrera de Fisioterapia.

Estaba convencido que esa era su vocación hasta que vio a su abuela sobre el escenario actuando junto a un grupo de aficionados. A pocas materias de recibirse, dejó la carrera y su tierra natal para mudarse a Madrid donde comenzó a estudiar Arte Dramático.

Como cualquier actor novato, sus primeros papeles fueron pequeños y sin mucha trascendencia. La falta de trabajo lo hacía dudar si ésta sería su verdadera vocación o no, hasta que en 2008 recibió la propuesta para protagonizar la serie “Sin Tetas no hay Paraíso”. El papel de Rafael Duque, alias “El Duque”, lo catapultó a la fama y le demostró a todos que Silvestre era mucho más que una cara bonita.

Los papeles le llovían y la crítica especializada aplaudía cada una de sus apariciones, hasta que en 2013 le llegaron los dos roles que lo llevarían a conquistar tierras lejanas. Con “Velvet”, donde interpretaba al seductor empresario Alberto Márquez, y su papel secundario en “Los Amantes Pasajeros”, filme de Pedro Almodóvar, su carrera dio un giro de 360º.

Gracias a esta serie de la cadena televisiva Antena 3 sobre una galería al mejor estilo “Harrods”, el español se hizo conocido para el público argentino y despertó los suspiros de la platea femenina, incluida Susana Giménez.

“Todas las mujeres del planeta me llamaron para venir y yo les dije que nadie podía acompañarme. Era algo para mí sola. Tuve el honor de poder entrevistarlo para mi revista y no quería incomodarlo con mucha gente alrededor. Me parece un actor maravilloso, soy súper fan. ‘Velvet’ me pareció una de las series más fabulosas que vi en mi vida”, reveló la diva tras su encuentro con el actor.

Mientras en la Argentina las mujeres esperan el estreno de la cuarta y última temporada de la historia de amor que protagoniza junto a la asturiana Paula Echeverría (39), el actor llegó al país invitado por “Netflix” para promocionar dos proyectos que el gigante norteamericano produce para todo el mundo y que lo tienen entre sus filas: “Sense8” y “Narcos”.

En la serie de ciencia ficción de las hermanas Lana (51) y Lilly Wachowski (49), creadoras de la saga “Matrix”, el español interpreta a Lito Rodríguez, un actor mexicano que oculta su homosexualidad para no perder su trabajo pero que deberá sincerarse cuando quede expuesto a causa de la filtración de unas fotos comprometedoras.

Para muchos que Miguel Ángel dejará los papeles de galán que interpretaba en España y se mudara a Los Ángeles por este proyecto era una locura. Para él, la llave a un mundo de oportunidades y la posibilidad de demostrar su versatilidad como actor.

“En mi familia hay gente del colectivo LGTB (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans) y mis padres me inculcaron el respeto hacia ellos desde pequeño. Es por eso que “Sense8” fue un proyecto difícil de rechazar para mí. En cuanto leí el guión decidí entregarme de lleno al personaje. Dije: ‘Todo lo que me pidan Lana y Lilly lo voy a hacer sin cuestionar’, porque confío en su buen gusto y sobre todo en dónde aterriza su mensaje, que es en la empatía. Tengo escenas bastante elevaditas pero me enorgullece la manera en la que están narradas”, confesó.

Mientras espera ansioso el lanzamiento de la segunda temporada de la serie, que desembarcará en “Netflix”. el viernes 5 de mayo el actor se suma a “Narcos”, ficción que relata la vida del famoso narcotraficante colombiano Pablo Escobar,  donde interpretará a Franklin Jurado, un personaje clave en la historia ya que será el encargado de “lavar” el dinero del famoso “Cartel de Medellín”.

Durante el viaje relámpago a Buenos Aires, Silvestre no sólo se encontró a solas con Susana, sino que también se hizo un espacio en su ajetreada agenda para visitar el piso del programa de C5N, “Mañanas Argentinas”, donde fue entrevistado por Barbie Simons (35).

Durante el extenso reportaje el actor habló de su familia, carrera y nuevos proyectos. Tras revelar entre risas que está soltero, besó a la conductora y bailó con ella el hit de Luis Fonsi (39) y Daddy Yankee (40), “Despacito”.

“Este muchacho espléndido me sacó a bailar. Por supuesto no me negué. Una alegría volver a verlo y conocer más de su historia. Disfrutamos mucho tenerte @miguelangelsilvestre. Gracias genio x tu visita. Placer recibirte en @c5n”, escribió la conductora en las redes sociales.

Con su cabello negro, penetrantes ojos marrones y 1,80 metros de altura, el español conquistó al público argentino y se mostró cercano a los fans que los esperaron día tras día en la puerta del exclusivo “Four Seasons”, donde se hospedó durante su estadía en el país.

Fanático confeso de Diego Maradona (56) y Lionel Messi (29), Miguel Angel se adaptó rápido a las costumbres argentinas. Tomó mate, comió alfajores, se deleitó con el dulce de leche y lució un colorido poncho de entramado escocés con el que visitó La Boca, Recoleta y Palermo durante sus ratos libres.

No sólo es un gran actor y deportista, sino que también toca el saxofón y le gusta cocinar. Para probar sus dotes culinarios, Maru Botana (47) lo visitó en el hotel y juntos prepararon una torta bien criolla: el Rogel.

De su vida amorosa poco se sabe, aunque tres de sus relaciones fueron portada de todas las revistas del corazón. De 2005 a 2010 salió con la actriz Belén López (47). A pesar de los 12 años de diferencia entre ambos, él asegura que fue su relación más sincera y que hoy son grandes amigos. De 2011 a 2014 salió con la famosísima Blanca Suárez (28) y tras la ruptura comenzó un romance con la modelo Miriam Pérez (28), de quien se separó a principios de 2015.

Hoy está solo y enfocado en su carrera. Dice que le encantaría trabajar una temporada en el país y que no descarta enamorarse de una argentina.

Cálido, generoso y simple, su visita revolucionó Buenos Aires y lo convirtió en “Trendig Topic” en las redes sociales. No paró ni un minuto pero siempre se hizo espacio para atender a la enorme cantidad de fans que lo perseguieron a sol y a sombra por toda la ciudad.

“Me siento muy agradecido. Es un regalo el cariño de los fans. No deja de sorprenderme la recepción que tengo en cada país que voy. Si cuando empecé mi camino en la actuación me decían que tendría este éxito no me lo hubiera creído. Jamás pensé que llegaría tan lejos haciendo lo que más amo en el mundo. Soy un privilegiado”, dijo.

Activo usuario de las redes sociales, comparte su día a día con las millones de personas que lo siguen en Instagram y Twitter.

Ya sea en el papel de Alberto Márquez, Lito Rodríguez o “El Duque”, Miguel Angel Silvestre es uno de los pocos actores capaces de traspasar las barreras idiomáticas y enamorar a un ama de casa española, a un joven norteamericano y a millones de mujeres y hombres que los siguen alrededor del mundo entero.

De haber seguido su carrera en el deporte nunca hubiera conocido su verdadera vocación. Pero, como bien dicen las abuelas, nada pasa porque sí, y es evidente que la lesión que sufrió durante un torneo amateur en Hungría era la llave para todo lo que vendría después.

Es, sin lugar a dudas, uno de los grandes actores de su generación. Conquistó su país y ahora pisa fuerte en Hollywood, donde ya lo comparan con sus compatriotas Antonio Banderas (56), Penélope Cruz (42) y Javier Bardem (48).

Dueño de una belleza hipnótica, el español dice que su arma de seducción es su sonrisa y se considera un bendecido por trabajar de lo que ama.

Como un experimentado surfista, recorre lejanos mares en busca de nuevas aventuras. Puede deslizarse en mares tranquilos o picados. Es un experto en desafíos y no le teme a nada.

“Si no estoy en la cresta de la ola, estoy de pie y con la ola por delante. Y cada vez tengo menos miedo y lo disfruto más”, reveló.

Para Miguel Angel nada es imposible. Quizás haya roles que le cuesten más que otros, pero él a todos les hace frente y no se deja intimidar. Es mucho más que un rostro con facciones perfectas y una sonrisa capaz de derretir a cualquiera. El es un artista comprometido. Un actor sin límites ni techo. Un soñador cuyas ilusiones se van convirtiendo, poco a poco, en realidad.

Aquel pequeño de Valencia que vivía con una raqueta en la mano se sorprendería al ver a su “yo” de hoy. La raqueta ya no existe y en su lugar sostiene un guión y un resaltador flúo. Muchas cosas cambiaron pero en el fondo sigue siendo el mismo niño que sólo quería triunfar y llevar su nombre a los más alto.

por Delfina Ortega Nodar

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