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Editora Ejecutiva del Área de Entretenimiento. Se ha especializado en moda y lifestyle. Ha trabajado en la revista CARAS y actualmente es parte de Marie Claire. Ha sido profesora de Espectáculos en el Máster de periodismo que imparte Editorial Perfil y tiene formación de posgrado en moda y lujo en la Universidad Autònoma de Barcelona. Mail: [email protected]
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La boda real entre el entonces príncipe Felipe de Borbón y Letizia Ortiz fue sin lugar a dudas un acontecimiento inolvidable para el pueblo español. Se celebró en la catedral de la Almudena de Madrid el 22 de mayo de 2004 y más de 1200 invitados asistieron al enlace para coronar este amor. A la gran fiesta fueron representantes de 12 casas reales reinantes y otros 12 pertenecientes a casas reales no reinantes; entre ellos varias personalidades influyentes en el mundo, tanto en el plano político como en el social. En las últimas horas trascendió un secreto que se mantuvo oculto durante muchos años y que ahora, al revelarse, conmovió a los españoles por la gravedad del mismo.
Quince años más tarde, José Bono, quien en aquel entonces ejercía como ministro de Defensa, contó por primera vez cómo vivió la boda real. Con mucha angustia, quien fuera presidente del Congreso reveló que el día de la ceremonia recibieron alertas sobre un posible atentado, dato que decidió ocultarle a Felipe: “Lo que queríamos era que la celebración acabara cuanto antes y los mandatarios extranjeros se fueran pronto”.
"A estas alturas y con el tiempo que ha pasado, lo puedo contar. Se habían establecido unas medidas especiales del espacio aéreo de Madrid para el acontecimiento. Yo, como ministro de Defensa, recibí una información por parte del Centro Nacional de Inteligencia muy inquietante. Habían robado varios ultraligeros, la situación era muy preocupante. Durante toda la boda estaba pendiente del teléfono y en permanente contacto con el ministro del Interior, José Antonio Alonso; con Francisco Pardo Piqueras [hoy director de la Policía Nacional Española], jefe del operativo de Vigilancia; con Antonio Camacho [secretario de Estado de Seguridad Español], y, por supuesto, con el presidente Rodríguez Zapatero", explicó Bono.
“El CNI estaba en máxima alerta y nosotros deseando que acabara el día y que cada uno se fuera a su casa”, aseguró José Bono quien asímismo explicó que el motivo por el cual no le comunicó esto a Felipe fue porque deseaba que disfrutara de su día tan especial.
Si bien finalmente todo salió de a cuerdo a lo programado, no fue tan fácil para los responsables de la seguridad: durante la boda de Letizia y Felipe saltaron las alarmas aéreas en la capital. Desde la base de Cuatro Vientos despegaron inmediatamente dos helicópteros con tiradores de elite para patrullar el cielo de Madrid. La versión oficial asegura que sólo fue una falsa alarma y que la única consecuencia es que el estado de máxima seguridad se prolongó hasta las ocho de la noche.
