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Es uno de los denominados colores primarios, ya que no necesita de ninguna mezcla para crearse, y por su claridad y luminosidad se lo relaciona indefectiblemente con el sol. Bastante olvidado durante las últimas temporadas fashionistas, el amarillo reapareció con originalidad y protagonismo en el reciente verano europeo. Lejos de ser un “Patito Feo”, su significado se lo relaciona con conclusiones tan disímiles como la felicidad, la alegría, el optimismo, los celos, y la envidia. Es un color asociado con el conocimiento y la inteligencia, y de característica flexibles, porque si se combina con una gota de cualquier otro color dará como resultado una tonalidad muy diferente.
El primer síntoma de la “yellowmania” lo dio Michelle Obama en enero pasado, cuando su marido pronunciaba un discurso y el vestido amarillo de la Primera Dama norteamericana se agotó de las tiendas on line durante el mismo discurso. Fue un diseño de Narciso Rodríguez en crepe de lana, y el mismo diseñador de raíces cubanas lo describió como de color “caléndula”. Todo un anticipo de lo que se vio meses después en el verano europeo, donde la socialité argentina Lily Sciorra lo comprobó con sus propios ojos: “Sin dudas fue el color del verano en Saint Tropez, Ibiza y Cerdeña. Ahora se viene con todo, y como toda tonalidad cítrica es muy del verano. Venía bastante olvidado, pero la moda es así, yo trato de adelantarme cuando hay colores que hace tiempo no se usan. Me gusta lo diferente, lo vanguardista, porque la moda en definitiva es vanguardia. Ahora para el invierno europeo acuérdense del rosa y del plateado”, describió la mujer de Gustavo Mascardi, radicada en Madrid junto al empresario futbolístico y toda una habitué de los eventos o los points donde se cuecen las tendencias.
Desde su residencia madrileña, Lily abrió las puertas de su vestidor y compartió con los lectores de CARAS Moda algunas prendas exclusivas en las que el amarillo es protagonista. El que más la toca de cerca es uno del recordado Oscar de la Renta: “Es de su última colección, lo diseñó antes de morirse. Apenas vi ese vestido me enamoré, quería si o sí tener un recuerdo de él”, dice. Otro de sus preferidos es un auténtico Dolce & Gabbana con estampado de limones: “Es una marca divertida, joven y atrevida, siempre buscan dar el cimbronazo. Me encantan sus colecciones”, admite. Una perlita de su vestuario es un vestido con hombros caídos y mangas abuchonadas del diseñador ucraniano Yuliya Magdych, una de las tijeras más renovadoras de la moda europea. Y si bien sólo tiene un mínimo estampado en amarillo, “Lily” escoge entre sus preferidos un diseño de Pucci, otra etiqueta muy presente en los veranos: “Son vestidos muy ponibles, para cualquier ocasión. Para una fiesta, un almuerzo elegante, un sunset o para la noche, siempre tiene variantes”, asegura.Y completa su elección con dos piezas que no contemplan el amarillo, pero que merecen su lugar por tratarse de marcas que “garantizan glamour”, como Valentino y Chloé. Todas tendencias que amenazan con no tener un paso efímero, ya que en las recientes semanas de la moda de Nueva York, Milán y Paris no fueron pocos los que recurrieron al amarillo para apuntalar sus colecciones de otoño e invierno.
Por: Carlos Cervetto
Fotos: Federico De Bartolo.
