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ACTUALIDAD 14-11-2018 22:02

Maluma habló por primera vez de su noviazgo y confirmó que apuesta al amor libre

Antes de su presentación en Argentina, el colombiano dio detalles de su vínculo con Natalia Barulích. Galería de fotosGalería de fotos

Si no tuviese que subirse a un avión cada semana o programar con antelación sus días en base al estricto calendario de giras alrededor del mundo Juan Luis Londoño (24), más conocido como Maluma (apodo que adoptó en honor a su mamá Marlli, su padre Luis Alfonso y su hermana mayor Manuela) “pasaría todo el día montando a caballo”, admite el cantautor colombiano cuyo vertiginoso presente transcurre entre habitaciones de hotel, jets de lujo y vuelos privados.

“Ya no me acuerdo ni cómo es mi casa, comencé mi carrera y no he parado de viajar. Si tengo un tiempo para pasar por Medellín voy a besar a mis perros, le entrego a mi mamá una maleta con ropa para lavar y después me vuelvo. Mi vida gira en torno a los tours. A veces me despierto y estoy perdido, no sé qué hora es ni dónde estoy pero soy feliz. Amo lo que hago y ese es mi éxito”, analiza con sabiduría el artista urbano que encabeza los rankings de los hombres más sexies del planeta.

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Destacado por la osadía en la elección de sus vestuarios, el cantante de raíces latinas elige esquivar a quienes lo critican “porque no me afecta” y se hace notar por su estilo fashionista. Basta con ver fotografías de 2011, en los que se lo puede apreciar con la cabeza rapada y sin rastros de barba o bigote mientras que en la actualidad acapara la atención por su larga cabellera rubia platinada en las puntas,al estilo Kurt Cobain.

“No me molesta para nada que se burlen de mi pelo o cuando dicen que soy gay. Es interesante que la gente se dedique 4 horas, de las 24 horas que tiene el día, a hacerme un “meme”. No me choca ni me frustra”, admite quien suele lucir exclusivas prendas “Gucci” o “Dolce & Gabbana” combinadas con accesorios de lujo tales como cadenas, relojes de oro (el último fue un Rolex que compró en Bal Harbour por 14 mil dólares), gafas en todas sus versiones (preferentemente amarillas, su color fetiche) y bolsos Louis Vuitton que superan los tres mil euros.

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“La moda representa mucho para mí desde muy niño. Yo decido qué ponerme desde que tengo uso de razón. Ya lancé mi marca de ropa en 2015 en Colombia. Me encanta vestirme bien, no es por vanidad sino es amarse y quererse uno mismo y mostrarle a la gente cómo uno se está sintiendo”, se sincera el afamado “Pretty Boy” que desde los catorce años se armó de una valiosa colección de tatuajes que remiten a “diferentes capítulos de mi vida”. Inscripciones como la figura de un león sobre el pecho, la palabra “Maluma” en su pierna izquierda en homenaje a su familia, el rostro de un buda tibetano “ya que el budismo me ha traído muchas respuestas a mi vida”, un buho a la altura del hombro “para nunca perder la sabiduría”, la pagoda típica japonesa en el brazo izquierdo ya que considera su cuerpo como un templo y un refugio, una brújula en los bíceps “para no perder el rumbo” y el rostro de Hércules, su primer caballo frisón, son algunas de las ilustraciones que el multimillonario elige llevar como sello.

“Hércules es mi parcero. Me identifico mucho con él. Compartimos la grandeza y la nobleza. Cuando lo vi por primera vez sentí algo extraño y a la vez increíble. Somos uno”, dice el oriundo de Medellín que alguna vez tuvo una tortuga, un inseparable bulldog francés (Kilate) y hoy cuida de sus dos “hijos perrunos”, los siberianos albinos Bonnie y Clyde con los que se comunica a través de videollamadas cada vez que está lejos de casa.

“Digo que son mis bandidos porque me robaban la ropa, los zapatos y se comían hasta la pintura de las paredes. Pero no puedo retarlos: mi amor por ellos es más fuerte. Junto a mis afectos ellos son mi motivación”, reflexiona.

Amante de los espacios verdes y “dog lover” (también convive con sus perras Yoga y Julieta y cuida de sus caballos Mégara, Apolo, Corleone y Zeus) el latinoamericano con mayor caudal de seguidores en Instagram no empieza su día sin antes disfrutar de un saludable desayuno a base de huevos, café y frutas seguido de su mejor terapia: una habitual rutina de ejercicios.

“Al vivir en una montaña me gusta salir a trotar y no hay nada como andar en bicicleta solo. También amo el motocross, jugar ping-pong y practicar WaveSurf. Dejo el celular y durante ese lapso me aíslo de cualquier comunicación para tener paz. Luego abro mi Ipad, miro Instagram y veo las reuniones que tengo”, detalla el dueño de una lujosa finca en Llano Grande, su gran “refugio” a solo una hora de la ciudad de Medellín, donde recibió especialmente a Susana Gimenéz por su estrecho vínculo y con motivo de las grabaciones del especial del programa de la diva.

“Me identifico con su energía positiva, soy acuariano, pasional y animalista cien por ciento como ella”, le confesaba a CARAS en su última visita al país quien, entre otras actividades, se paseó junto a la conductora en una divertida travesía en cuatriciclo y tras presentarle a su familia la agasjó en el VIP del show que brindó esa semana en su ciudad natal.

Con una poderosa vida espiritual que adoptó como filosofía de vida (impulsada por una tía profesora de Yoga) y budista practicante, el rey del “género urbano” atesora cada minuto previo a salir a escena donde le dedica unos minutos a orar y a meditar en soledad. “Soy una persona religiosa y la fe me ayuda a ser fuerte. Procuro hacer mis oraciones, concentrarme en la intimidad y cuando tenes las bases fuertes, nada te puede derrumbar”, dice con certeza.

Desligado de la figura de latin lover en la intimidad, ya que lo considera sólo un papel para empoderarse sobre el escenario, admite que “tras bambalinas soy todo la contrario al que ven en el escenario. Soy muy familiero y tengo una relación sentimental que lleva más de un año. Es importante que la gente sepa que yo me enamoro, sufro y lloro como cualquier otra persona”.

Cauteloso de su intimidad, aunque sin escatimar en halagos para con su pareja Natalia Barulích (25) admite que la DJ de ascendencia cubano croata que lo obnubiló con su belleza llegó en el momento indicado. “Es una gran compañera. Me entiende y me acompaña mucho. Es la primera vez que la gente sabe algo de mi privacidad o de mis relaciones y yo me siento muy feliz de que la gente conozca ese lado de Juan Luis. Soy romántico y me gusta hacerla sentir bien, protegerla y estar en cada detalle”, devela sobre la mujer con la que cruzó su primera mirada en el video “Felices los Cuatro” y con la que hoy mantiene una relación libre y sin ataduras.

“No soy celoso para nada y no me gusta la mujer celosa, creo en el amor libre porque el amor es eso: libertad. Me gusta que ella tenga su espacio, que viva y que haga sus cosas. Porque igual que yo, también está pasando un buen momento en su carrera y tenemos una hermosa química a nivel musical que fue lo que nos conectó cuando nos conocimos. Siempre trataré de apoyarla, empujarla y ser una gran motivación para ella”.

Sin reparar en grandes lujos, la pareja que celebró su primer aniversario en avión privado camino a ver al seleccionado colombiano en pleno Mundial de Rusia, goza de un noviazgo como cualquier otro. Sólidos en su afianzado año y medio de relación, nada los motiva más que acurrucarse a mirar películas, compartir un buen vino y pasar tiempo con Julieta, la perra que ambos tienen en común.

“Tampoco necesitamos de un anillo para comprometernos. Es más importante tener un lazo entre corazones que una simple sortija. A mí me preocupa que cada vez que una pareja se casa, termina. No entiendo por qué. Yo prefiero amar incondicionalmente. Me encantaría casarme pero prefiero tener un amor real y que no dependa de nada. Sueño con vivir en una hacienda gigante con caballos, formar mi propia familia y tener hijos siendo un padre joven, pero por el momento no le pongo mucha cabeza a eso”, analiza la estrella mundial que bajo el nombre “Maluma: El Arte de Soñar” tendrá, al igual que Freddy Mercury, su primera película documental. Producida por YouTube Originals, la esperada pieza audiovisual buceará en los inicios del reggaetonero cuando la fama era apenas una ilusión y su máxima aspiración con solo siete años era la de convertirse en una figura del fútbol.

“Siempre pensé que sería un jugador profesional y mi padre casi se infarta cuando se enteró que lo dejaba por la música”, revive el ex jugador de las inferiores del Atlético Nacional de Medellín que en sus ratos libres se la pasaba escribiendo cartas románticas por “encargo” de sus amigos en la escuela secundaria.

Motivado por el exitoso F.A.M.E Tour, que lo llevó a pisar escenarios emblema de la capital europea como el Ziggo Dome en Amsterdam y el imponente Wembley Arena en Londres, además de multitudinarias presentaciones en Italia, Alemania, Francia, Suiza y Bélgica, celebra su regreso a la Argentina con un único show el próximo 17 de noviembre en el Hipódromo de Palermo.

“Es muy bonito cómo me reciben. ¡Aquí son todas hermosas! Me encantan las argentinas porque son fogosas y como se dice en mi Colombia querida: ´¡Prefiero atajar que empujar con las mujeres!”, asimila quien supo romper los esquemas del reggetonero clásico para llevar la música urbana al mundo entero y que, a pesar de la fama, conserva el temple de aquel chico que nunca dejó de soñar.

por Sabrina Galante

Fotos: Gentileza: Lauria Producciones y Sony Argentina.

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