viernes 19 de abril del 2024
ACTUALIDAD 23-12-2018 09:43

Sol Estevanez y Nito Uranga, muy enamorados, revelan el sexo de su bebé

La actriz y el polista cuentan los secretos de la construcción de una familia ideal. Detalles en la nota. Galería de fotosGalería de fotos

Con ilusión, acaricia su vientre y le habla. Le cuesta creer que, por fin, su sueño se haya hecho realidad. Mientras cursa el sexto mes de embarazo, le hace oídos sordos a los consejos y vive esta etapa a su manera, con total libertad. Relajada, vibra con cada nueva patadita de su bebé. Para ella el camino no fue nada fácil, antes de llegar aquí, perdió un embarazo de pocas semanas lo que la sumió en una profunda angustia. Tras el maltrago tomó el valor para volver a intentarlo y, junto a su marido, hoy sólo quieren festejar. En la intimidad del campo familiar de Open Door, Sol Estevanez (41) se deja ver por primera vez desde que anunció la feliz noticia y se prepara para la llegada de su primera hija junto a Marino “Nito” Uranga (38).

“Vamos a tener una nena. ¡Todavía no caigo! Ser madre era un sueño que quería cumplir desde hace mucho... Fue muy buscada esta bebita. Estamos muy ansiosos por su llegada que, calculamos, será para los primeros días de marzo”, dice la futura mamá.

Aquejada por naúseas y vómitos desde el primer mes de gestación, la actriz confiesa que no la está pasando nada bien. “Admiro a las mujeres que dicen que éste es el mejor estado, yo no puedo decir lo mismo... El hecho de ser mamá es lo que lo hace ser el momento más lindo pero, desde lo físico, la estoy pasando fatal. ¡Vomito desde el día uno! Es un desgaste terrible y me limita mucho. No me queda otra que cuidarme un poco más de lo normal y esperar a que pase. Los médicos me recomendaron evitar algunos alimentos y comer lo más sano posible para evitar el malestar”, agrega.

Sin antojos y con una dieta que le restringe las grasas y las comidas pesadas, Sol atraviesa otro reto. Tras perder un embarazo de pocas semanas en marzo de este año, se le diagnosticó un nivel bajo de trombofilia, por lo que debe chequearse periódicamente. “Me inyecto heparina todos los días. ¡Enterarme que tengo trombofilia fue una herramienta para poder cuidarme! Con el diagnóstico no se me vino el mundo abajo, al contrario, me di cuenta que había algo que se podía hacer por la salud de mi bebé”, revela.

Ni las adversidades ni los malestares ocasionales logran que Sol pierda la sonrisa. Está radiante y se le nota.“Toda la vida quise ser mamá. Nunca lo intenté con nadie, pero con Nito me di cuenta que era el indicado. Mi deseo siempre estuvo pero no a cualquier precio. Llegó Nito a mi vida y ahí entendí que era con él”, confiesa.

Segura que quería dar este gran paso con el hombre de su vida, la futura mamá se anima a imaginar cómo será su marido como papá. “A Nito me lo imagino desbordado de amor. No me lo veo poniendo límites. Sí educando, pero desde un lugar de mucha libertad, como fue educado él. De lo que no me quedan dudas es de que va a ser un gran padre”, agrega.

Llenos de ilusión gracias al feliz presente que transitan, la actriz y el polista viven esta alegría junto a sus familiares y amigos más cercanos.“Mis hermanos y mis papás están felices. Estaban muy ansiosos porque sea madre. Tanto mamá como papá son muy buenos abuelos; están súper presentes. Vivieron todos los embarazos muy de cerca y no se pierden el crecimiento de los chicos. Por el lado de ‘Nito’ era el único de los hermanos que no tenía hijos así es que están todos felices con la noticia. Mis suegros están en las nubes, aunque con esta bebita sumen veinticinco nietos (Risas)”, asegura.

Mientras se imaginan cómo será la dinámica familiar una vez que haya nacido su hija, piensan nombres y fantasean con la idea de tener, por lo menos, un hijo más.

“Mi número límite es tres. Ahora que estamos esperando una nena, me encantaría que el próximo fuese varón”, dice.

En cuanto al futuro, los papás desean criar a su hija con total libertad y rodeada de caballos. “Queremos que sea libre y que elija su propio camino. Como padres la vamos a apoyar en todo. Lo que no queremos dejar de inculcarle es el amor por el polo. Nos encantaría que juegue y seguir esta tradición familiar. Es un deporte que forja lazos irrompibles y te conecta con tu familia desde otro lugar. Al no tener una edad límite para jugarlo podés compartir la misma pasión con tus padres toda la vida”, confiesan, casi al unísono, los futuros papás.

A un año y medio de su boda, la pareja proyecta un futuro entre la Argentina y Europa, donde el polista juega gran parte del año. A pesar de ser un matrimonio bastante nómade, la actriz no contempla en sus planes alejarse de la actuación. “Si bien cuando me casé me imaginé que iba a seguir a mi esposo a donde fuera, me encantaría volver a trabajar. Tengo una profesión que puede mecharse, tranquilamente, con los viajes. Hoy mi prioridad es mi familia pero no por eso relegaría mi vocación”, revela.

Rodeados de amor, cierran un año inolvidable lleno de desafíos. Juntos cumplieron el sueño de sus vidas y encontraron, el uno en el otro, un motor para seguir a pesar de las adversidades. Hoy celebran y agradecen este milagro de la vida que llegará para completar las suyas a principios de 2019. Sin lugar a dudas, este Fin de Año los encontrará brindado por la heredera en camino.

Producción: Sol Miranda

F. DE BARTOLO/PERFIL.

Asistente de Fotografía: Ernesto Pagés.

Agradecimientos: Maquillaje y peinado Kennys

Palacios. Bolivia. Var’s. W Ivana. RG Urbanwear. Eugene Sombreros. Luciano Marra. Bartolomé Joyas.

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