Sergio Goycochea: “Me fui al Mundial de Italia con un bolsito y volví siendo popular”
En una charla profunda con Héctor Maugeri para +CARAS, Sergio Goycochea recordó cómo, en solo dos meses, pasó de ser suplente a convertirse en un ícono nacional.
En diálogo con Héctor Maugeri para +CARAS, Sergio Goycochea volvió sobre uno de los momentos más trascendentes de su vida: el Mundial de Italia 1990. Lo define como una “guillotina”, porque la fama le cayó encima sin aviso, sin gradualidad y sin protección posible. “Yo me fui al Mundial de Italia con un bolsito y volví siendo popular”, resumió con una mezcla de asombro y humildad. Esa transformación ocurrió en apenas dos meses, pero marcó para siempre al arquero argentino.
El recorrido para llegar a ese punto no fue menor. Goycochea inició su carrera profesional en 1979 en el Club Atlético Defensores Unidos y, con talento y disciplina, llegó a vestir la camiseta de la Selección Argentina entre 1987 y 1994, acumulando 44 presencias. Su máxima consagración llegó en aquel Mundial inolvidable, atajando penales decisivos que lo convirtieron en héroe nacional. Después estudió periodismo deportivo, se consolidó como conductor en radio y televisión, y hoy es uno de los speakers corporativos más buscados.
Sergio Goycochea en +CARAS
Sergio Goycochea y el instante que lo cambió todo
“Lo digo por el efecto de la guillotina, por la rapidez con la que llega” explicó. En abril de 1990 viajó como tercer arquero, con expectativas mínimas de jugar. Su realidad era simple y concreta: partir el 22 de abril con un bolso y la ilusión modesta de vivir un Mundial desde adentro. “Me fui de acá saludando gente del fútbol… y cuando volví había tomado una condición de popular”, recordó todavía sorprendido.
El salto fue abrupto. Del 22 de abril al 30 de junio, fecha de la primera definición por penales, su vida cambió para siempre. El 3 de julio, con la victoria ante Italia, ya era un símbolo. “Estamos hablando de dos meses y poquito”, dijo, como si el tiempo breve ayudara a dimensionar la magnitud del impacto. Aquella aceleración emocional lo llevó a una pregunta inevitable: “¿Qué hago ahora con todo esto?”.
Sergio Goycochea y la pregunta que llega con el éxito
El mundo lo miraba, lo celebraba y lo necesitaba como referente. Pero él no estaba preparado para ese vértigo repentino. “La gente te dice: ‘No, te tenés que preparar’. Yo me pregunto: ¿Para qué te vas a preparar? ¿Cómo te vas a preparar?” dijo, sincero y directo. El éxito, en su caso, fue una ola que lo arrastró antes de que pudiera entenderla.
Sergio Goycochea
Goycochea reconoce que no hubo manual, ni anticipación posible, ni advertencias en su camino. Ese golpe de popularidad lo obligó a madurar a gran velocidad y a encontrar un equilibrio entre el héroe que el país celebraba y el hombre sencillo que siempre fue. Hoy, casado hace 35 años, padre de tres hijos y abuelo de dos nietos, mira ese momento como un antes y un después en su vida emocional. Sergio Goycochea sigue siendo, para varias generaciones, el arquero que convirtió la adversidad en gloria.
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