domingo 07 de diciembre del 2025

Vínculos en tiempos digitales

Vivimos acelerados, rodeados de pantallas y mensajes constantes. Sin embargo, en medio de tanta conexión digital, los vínculos afectivos parecen cada vez más frágiles. ¿Qué lugar ocupa hoy el compromiso emocional? ¿Podemos volver a construir lazos en una época de tanta inmediatez?

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En la nota anterior reflexionábamos sobre lo que significa vivir a mil en estos tiempos. Hoy, quiero detenerme en cómo esa velocidad también atraviesa nuestros vínculos afectivos: de pareja, de amistad, familiares… y también con quienes muchas veces se convierten en nuestro sostén más incondicional: las mascotas.

Desde la psicología, observamos que las relaciones actuales se desarrollan en un contexto donde la inmediatez y la conectividad constante —a través del celular y las redes sociales— muchas veces reemplazan la presencia real y el compromiso sostenido. La tecnología facilita el contacto, pero también puede vaciar de contenido los encuentros si no se acompaña de presencia emocional.

Cada vez es más frecuente escuchar frases como “ya no tengo ganas de involucrarme” o “prefiero algo sin compromiso”. Esta tendencia no solo refleja un cambio cultural, sino también una forma de protegernos del dolor, del rechazo o de la frustración. Nos volvemos más cautelosos, pero también más distantes.

En muchos casos, los vínculos  se adaptan, se disuelven, se reemplazan. Pero al mismo tiempo, persiste una necesidad humana que no desaparece con la tecnología: la de ser vistos, escuchados y comprendidos.

Y es ahí donde, muchas veces, las mascotas nos enseñan sin palabras lo que significa el vínculo auténtico: presencia, compañía, afecto sin condiciones. En un mundo donde los lazos humanos se vuelven volátiles, ellas permanecen. Nos recuerdan el valor de lo simple: del estar sin pedir, del acompañar sin hablar, del amar sin filtros.

Repensar nuestros lazos, darles tiempo y presencia, puede ser un acto contracultural en una época donde todo parece urgente. Quizás hoy el verdadero desafío sea volver a mirar al otro  sin pantallas de por medio, habilitar el encuentro genuino y recuperar el valor de lo simple: una conversación sin apuro, una palabra sincera, una compañía real.

Todavía estamos a tiempo de reencontrarnos con lo esencial: con el afecto que no se mide en mensajes, sino en gestos, presencias y en la calma de sentir que el otro está, de verdad.

Lic. Prof. Micaela Saiff

Ig: @acompeypsi

Atención presencial y virtual.

 

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