Cuando Lionel Messi conoció al Papa Francisco: el encuentro más esperado

Faltaba menos de un año para el Mundial de Brasil 2014, y la selección argentina, liderada por Lionel Messi y dirigida por Alejandro Sabella, vivió un momento inolvidable: una audiencia privada con el Papa Francisco en el Vaticano. Este encuentro, que se dio justo cinco meses después de que el cardenal Jorge Bergoglio asumiera como Sumo Pontífice el 13 de marzo, fue un homenaje al primer Papa argentino y latinoamericano. La cita, que también incluyó a la selección italiana, se enmarcó en un partido amistoso entre ambos equipos en el estadio Olímpico de Roma.

Los jugadores de Italia y Argentina ocuparon las primeras filas del Palacio Apostólico, con los italianos a la derecha del Papa y los argentinos a la izquierda. A las 12 en punto, el Pontífice ingresó por una puerta lateral, recibiendo una ovación de casi 40 segundos de todos los presentes. La ceremonia comenzó con un gesto simbólico: Francisco entregó un ramo de olivos a los capitanes, Gianluigi Buffon y Lionel Messi.

Tras los discursos del presidente de la Federación Italiana de Fútbol y del entonces presidente de la AFA, Julio Grondona, los jugadores argentinos se levantaron emocionados para saludar al Papa y tomarse fotografías. Mientras los italianos siguieron estrictamente el protocolo, los argentinos prolongaron el momento, reflejando su espontaneidad y cercanía.

Con cercanía y humor, Francisco bromeó sobre las diferencias entre ambos equipos: “Vieron cómo unos fueron obedientes y ordenados –los italianos– y otros desordenados y desprolijos –los argentinos–. Bueno, yo soy uno de ellos; ahora saben de dónde vengo”. Sin embargo, rápidamente retomó la seriedad y dirigió un mensaje profundo a los futbolistas: “Ustedes son artífices del entendimiento y de la paz social; son un modelo para la sociedad, especialmente para los más chicos. Les pido lealtad, respeto, altruismo y solidaridad”.

Estas palabras conmovieron especialmente a Messi, quien viajó desde Barcelona a pesar de estar lesionado y no poder jugar el partido. El momento más emotivo llegó al final del discurso, cuando el Papa concluyó: “Pido al Señor que los bendiga y a la Virgen María que los guarde. Les pido también que oren por mí, para que en la cancha donde me han puesto pueda jugar un partido honesto y con coraje para el bien de todos”.

Tras la ceremonia, que duró unos 50 minutos, Francisco saludó a cada uno de los jugadores. Messi, quien se dirigía a una conferencia de prensa, se detuvo para recibir una bendición especial del Pontífice, quien lo acarició y lo despidió con afecto. El capitán de la selección argentina no pudo contener las lágrimas, reflejo de la emoción del momento.

En la conferencia de prensa, Messi expresó su gratitud: “Para nosotros hoy es un día muy especial. Estoy orgulloso de haber estado aquí para ver al Papa, también porque es argentino. El fútbol me ha llevado por todo el mundo, pero esta ha sido una jornada inolvidable”. El astro también se refirió al mensaje del Pontífice: “El mejor modo de responder es ofrecer un espectáculo limpio, dentro y fuera del campo. Solo con respeto al adversario se puede ser mejor hombre y mejor futbolista”.

Este encuentro entre Lionel Messi y el Papa Francisco no solo quedó en la memoria de los presentes, sino que también quedó en la historia como un acto que vinculó el deporte con los valores humanos. Fue un recordatorio de que, más allá de los triunfos en la cancha, lo más importante es ser esencialmente humanos y dar el ejemplo.