El futuro incierto de la primera mansión de Victoria Vanucci y Matías Garfunkel: qué pasará

La lujosa mansión de Belgrano, que alguna vez fue hogar de Matías Ganfurkel y Victoria Vanucci, vuelve a ser noticia. Este edificio emblemático, con casi 100 años de historia, esta rodeado de anécdotas y transformaciones, y ahora se encuentra el centro de especulaciones sobre su futuro.

Construida en 1925, esta joya arquitectónica de estilo francés fue originalmente el hogar de la familia Breyer, propietarios de la famosa marca Breyer Casa de Pianos. A lo largo de los años, la mansión no sólo cambió de dueños, sino también de propósito, siendo testigo de momentos históricos y visitas ilustres que marcaron su legado.

Una mansión llena de historias

 Entre los eventos más destacados que ocurrieron en esta propiedad, se encuentra la visita de Walt Disney en 1941, quien recorrió sus salones durante su gira diplomática como “embajador de buena voluntad”. También se rumorea que Eva Perón asistió a una función privada de la película “La Prodiga” en este lugar, una de las joyas cinematográficas de los estudios de San Miguel.

Años más tarde, la mansión se convirtió en el lujoso refugio de Vanucci y Ganfurkel, quienes no escatimaron en ostentación durante su residencia allí. Sin embargo, con el paso del tiempo, su vida personal y financiera atravesó turbulencias, dejando el futuro de la propiedad en una situación incierta.

¿Qué paso con la mansión tras la separación de Victoria Vanucci y Matías Garfunkel?

Tras la salida de Victoria Vanucci y Matías Garfunkel, el inmueble quedó envuelto en controversias y especulaciones. Algunos aseguran que podría ser adquirido por inversores interesados en preservar su valor histórico, mientras que otros apuntan a la posibilidad de una nueva remodelación que le otorgue un uso moderno.

La mansión de Belgrano no solo es un recordatorio del lujo en el que vivieron sus últimos ocupantes famosos, sino también un símbolo de la capacidad de la arquitectura porteña para trascender épocas. Su futuro, aún incierto, mantiene atentos tanto a los amantes de la historia como a quienes ven en ella una oportunidad de reinventar un icono de la ciudad.

N.L