El verdadero motivo por el que Victoria de Suecia esconde a "sus suegros plebeyos"
Aunque mantienen una relación cercana, los padres del príncipe Daniel casi no aparecen en actos oficiales ni eventos, lo cual llama la atención de muchos.
Victoria de Suecia y el príncipe Daniel anunciaron su compromiso en 2009, después de siete años de noviazgo, el país entero celebró la historia de amor que rompía con las estructuras tradicionales de la realeza. Daniel Westling, un entrenador personal sin título nobiliario, conquistaba no solo a la heredera al trono sino también al pueblo sueco. Sin embargo, hubo una parte de su entorno que permaneció fuera de los focos: sus padres, Olle y Ewa Westling.
A diferencia de otros casos de tensiones familiares dentro de las casas reales europeas, la relación entre Victoria y sus suegros siempre fue cordial. Pero resulta llamativo que, desde la boda en 2010 y en contadas ocasiones como los bautizos de sus nietos, los Westling rara vez hayan aparecido en actos oficiales junto a la familia real.
El verdadero motivo por el que Victoria de Suecia "esconde" a sus suegros
Más que un distanciamiento, se trata de una decisión consciente de resguardar su privacidad. Olle y Ewa llevan una vida sencilla en Ockelbo, un pequeño pueblo de apenas 2.000 habitantes. Él fue funcionario municipal; ella, empleada de correos. Ambos se jubilaron antes de que su hijo se convirtiera en príncipe, y han optado por mantenerse al margen del protocolo y la exposición mediática. Pero eso no ha impedido que forjen una relación cercana con Victoria, quien encontró en ese entorno un escape al peso institucional de su vida pública.
La pareja real suele pasar ahí las fiestas de Navidad, lo cual, según trascendió, en ocasiones ha generado cierto descontento en el seno de la familia real sueca. No obstante, en Ockelbo, Victoria puede disfrutar de momentos cotidianos, caminando por el pueblo en jeans y camiseta, relajada y lejos de los vestidos de gala y las cámaras.
Victoria de Suecia, Daniel Westling y sus hijos
El vínculo entre los Westling y la heredera es estrecha y va más allá de la formalidad. Se trata de una familia que ha priorizado el cariño por sobre la exposición, y que representa para Victoria un espacio de contención y normalidad. Incluso sus hijos, Estelle y Oscar, mantienen una muy buena relación con sus abuelos paternos, compartiendo con ellos costumbres sencillas que su padre vivió en la infancia.
La historia también está marcada por gestos de gran valor: Olle Westling, por ejemplo, donó uno de sus riñones a su hijo Daniel en 2009, una muestra de amor y entrega familiar que se mantuvo en la más absoluta discreción. Ninguno de los dos ha concedido entrevistas al respecto ni buscado protagonismo. Y es justamente esa humildad, ese bajo perfil, lo que los ha hecho tan valiosos para Victoria de Suecia. En definitiva, la ausencia de los Westling en los eventos oficiales no representa una mala relación, sino al deseo de preservar algo que la realeza pocas veces permite: la intimidad.
F.A
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