Como bien pregono Simone de Beauvoir, quien centró gran parte de su trabajo en el concepto de igualdad, insistiendo en que las niñas, los niños, las mujeres y los hombres deberían tener las mismas oportunidades para ser felices, considero que aun la igualdad es un gran desafío en los tiempos actuales, sobre todo en las áreas domésticas y laborales, ya que aún sigue pisando fuerte determinados mandatos sociales.
Adentrándome a las tareas de cuidado y de crianza sumado al trabajo, me atrevo a decir que la maternidad y la paternidad son experiencias bellas y enriquecedoras pero también puede ser obstáculos en el camino hacia la igualdad. Las mujeres aún siguen asumiendo la mayor carga del cuidado familiar, lo que limita sus oportunidades laborales y personales.
Es hora de cambiar esto. Es hora de reconocer que la paternidad activa es fundamental para el desarrollo de nuestros hijos e hijas y para la igualdad de género. Es hora de crear políticas y culturas laborales que permitan a los hombres y mujeres compartir responsabilidades familiares y profesionales de manera justa.
Las mujeres también deben tener acceso igualitario de empleos bien remunerados, ascensos y oportunidades de liderazgo sin que al empleador le interese o le sea un requisito excluyente el deseo o la elección de maternar, pues en definitiva, dicho requisito no aplica para los hombres que se convierten en padres. El trabajo no debe ser un privilegio exclusivo de algunos.
La igualdad tanto en el ámbito doméstico como laboral no es solo un tema de justicia social, es un tema de sentido común. Es hora de reconocer que como personas tenemos derecho a vivir con dignidad y respeto. Es hora de reconocer que tanto mujeres como hombres debemos gozar de las mismas condiciones, que nuestros hijos e hijas disfruten del mismo tiempo de calidad tanto con mama como con papa, que nuestros niños crezcan aprendiendo que las tareas domésticas no es una cuestión de genero sino una cuestión de colaboración entre los miembros de familia que se distribuyen dichas tareas.
Es hora de comenzar estos cambios desde casa, distribuyendo las tareas domésticas, de cuidado y de crianza entre todos los miembros que conforman la familia como así también dentro del ámbito laboral, ofreciendo oportunidades a mujeres que eligen maternar.
Lograr la igualdad en los hechos, ya es un gran desafío pese a que por ley ya se encuentra reconocida en la Constitución Nacional, Tratados Internaciones y demás cuerpos normativos pero es un desafío que vale la pena. Creo en la igualdad entre hombres, mujeres, niños y niñas y por eso, la defiendo.
Leonela G Gonzalez
Abogada Especializada en Derecho de Infancia, Adolescencia y Familia
Mediadora
Diplomada en Derechos Humanos
Mentora y Speaker.
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