Carolina de Mónaco - Ernesto de Hannover (Instagram )
REALEZA

El motivo oculto por el que Carolina de Mónaco no se divorcia

La princesa de Mónaco está separada de su esposo pero no ha firmado el documento de divorcio.

La historia de Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover no es solo un cuento de amor, sino un torbellino de emociones enmarcado en el mundo de la realeza europea. Su relación, desde sus inicios hasta su separación, ha estado marcada por la pasión, el escándalo, el deber y las conveniencias.

Su romance, que comenzó a finales de los años 90, desafió las normas desde el principio. Ernesto aún estaba casado con Chantal Hochuli, amiga cercana de Carolina, cuando su amor floreció. A pesar de las críticas y la controversia, se casaron en 1999, con la esperanza de construir un futuro juntos. Esta unión no solo unió a dos personas, sino también a dos familias reales con diferentes historias y tradiciones.

Para los Grimaldi, significaba un ascenso en la jerarquía nobiliaria, mientras que para Ernesto representaba un estatus y acceso a una considerable fortuna. Sin embargo, el matrimonio no estuvo exento de dificultades. Los problemas de salud y el comportamiento errático de Hannover, sumados a su lucha contra el alcoholismo, generaron tensiones y distanciamiento. En 2009, tras varios años de crisis, la pareja decidió separarse de forma amistosa.

Carolina de Mónaco 

Por qué Carolina de Mónaco no se divorcia 

A pesar de la separación, Carolina y Ernesto nunca formalizaron su divorcio. Esta decisión ha generado diversas especulaciones, una de ellas es que es consciente de que divorciarse de Ernesto Augusto significaría perder su título de Alteza Real, un estatus que le proporciona un reconocimiento y una posición especial dentro de la nobleza europea.

Si bien Carolina de Mónaco es una princesa, y por tanto una Alteza Serenísima, su matrimonio con Ernesto le ha permitido elevar su estatus, algo que no está dispuesta a sacrificar. Además, tienen hijos en común, y es posible que hayan decidido permanecer casados ​​por el bien de la familia. Por otro lado, la Iglesia Católica, a la que pertenece la familia Grimaldi, no reconoce el divorcio. Es posible que ella por sus creencias religiosas, se resista a divorciarse.

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