Louis, el hijo de Kate Middleton y el príncipe Guillermo lleva una vida de lujo y confort
El menor de la Familia Real británica va a un exclusivo colegio, tiene actividades extracurriculares y prendas de primera marca en su guardarropa.
El príncipe Louis, el hijo menor de Kate Middleton y el príncipe William, vive una vida de comodidades y privilegios a sus escasos cinco años, gracias a su posición como cuarto en la línea de sucesión al trono británico. A pesar de formar parte de la realeza, Louis disfruta de una infancia sin la presión de tener que asumir la corona en el futuro.
Louis asiste a la prestigiosa escuela Lambrook en Berkshire, una institución de élite con una matrícula anual de alrededor de 58 mil libras, que le brinda una educación de primer nivel. Además de su formación académica, el pequeño príncipe se involucra en una variedad de actividades extracurriculares que incluyen buceo, golf y composición de canciones.
La exclusiva vida de Louis, el hijo menor de Kate Middleton y el príncipe Guillermo
Su guardarropa refleja su estatus real, repleto de prendas elegantes diseñadas por marcas exclusivas como Amaia, Lallie London y Trotters, cuyos precios oscilan entre los 50 y 70 euros.
Louis ha conquistado el corazón de muchas personas con su ternura y sus ocurrencias durante eventos oficiales. También sigue la tradición de vestir pantalones cortos, que es característica de los miembros más jóvenes de la familia real.
Louis y su familia residen en Adelaide Cottage, una elegante vivienda de cuatro dormitorios ubicada en Windsor, cerca de la Capilla de San Jorge y dentro del parque real privado de Home Park.
Además, el príncipe Louis nació en el hospital St. Mary's de Londres, conocido por su servicio de maternidad de alta calidad, el mismo lugar donde también nacieron sus hermanos mayores, el príncipe George y la princesa Charlotte.
A pesar de su solo tener cinco año, el príncipe Louis experimenta un estilo de vida lleno de lujos y oportunidades exclusivas, rodeado del cariño y la atención de su familia, quienes, a pesar de su pertenencia a la monarquía, siguen de cerca el crecimiento y desarrollo de sus hijos.
J.M