En el camino del autoconocimiento muchos son los puntos a considerar.
Siempre vas a tener opciones de cómo encarar tu vida.
Cada día al levantarte estás eligiendo, consciente o inconscientemente, cómo vas a transitar ese día.
Cuando andás por la vida en piloto automático, ya te levantás corriendo. ¿Te pasa?
Suena el despertador, tus ojos apenas se abrieron y ya tu mente se disparó a las mil cosas que tenés por delante.
Todo lo que hagas después de ese despertar va a ser en automático, tal es así que no vas a ser consciente de lo que vayas a hacer. Tu cerebro ya tiene su rutina guardada así que desde lavarte los dientes hasta vestirte lo harás automatizadamente e inconscientemente.
Esto hace que nunca estés presente y cuando no estás presente no estás creando desde tu consciencia.
En este punto, los resultados de tu vida parecen una concatenación de sucesos fortuitos.
Querés controlar todo, sobretodo lo que va a pasar y esto te genera ansiedad.
Como tenés ansiedad sobre el futuro, tu mente inconsciente te manda al pasado (al lugar seguro) pero muchas veces en el pasado hay dolor, así que volvés a saltar al futuro.
Así que lo que estás creando desde tu presente es más ansiedad e inestabilidad.
¿Te suena familiar?
Sin embargo, nada de lo que sucede en tu vida es casualidad.
Todo es causa y efecto.
Sólo que al no ser consciente de lo que te está pasando en el presente, el efecto que estás causando probablemente no sea el deseado (paz y tranquilidad).
Cuando lográs desacelerar la marcha y estar presente, empezás a ser consciente de lo que estás creando y podés soltar el control, la ansiedad y el dolor.
Podés enfocarte mejor, con más claridad en tus metas y accionar en coherencia hacia eso que querés lograr.
Sin frenar esa mente que corre, es probable que te cueste mucho ponerte metas y alcanzarlas ya que tu respuesta ante la pregunta: ¿qué querés conseguir en tu vida? Sea un “no sé”, porque vas a estar tan enfocada en el afuera que no te vas a conocer en lo absoluto.
¿Qué querés para vos? ¿Quién querés ser? ¿Cómo te querés sentir?
Pero cuando te detenés, y te permitís encontrarte con vos, empezás a tener claridad en cómo te querés sentir y en los resultados para sentirte bien, en paz y con satisfacción.
Y más allá de metas, sueños y objetivos realizados, el mayor beneficio de esto es que vas a disfrutar más y mejor de tu vida.
La vida no se trata de que no te pasen cosas.
Se trata de qué hacés con las cosas que pasan.
Esta es la ley de causa y efecto.
¡Que tengas un feliz hoy!
Para saber más:
Lule Salvarezza – Desarrollo personal y espiritual
www.lulesalvarezza.com
IG @lule.salvarezza