El reloj marca las 7.30 y el sol comienza a verse en el horizonte, por sobre el mar azul que baña las costas de Monte Hermoso, uno de los más lindos atractivos que diferencian a este balneario de la provincia de Buenos Aires. De a poco, la gente que llegó para pasar el fin de semana largo empieza a caminar por los largos y anchos (32) kilómetros de playa de suave declive que, por su orientación geográfica, otorgan el privilegio de ser la única playa donde el sol sale y se pone en el mar. Claro, otra mañana soleada, con cerca de 20 grados de temperatura y sin viento, invitan a disfrutar de la paz que genera una caminata matutina por la arena mojada. De repente, llegando a la zona céntrica, llama la atención algunas mesas especialmente ubicadas a metros de la orilla. Por un lado, desayunan los famosos chefs Roberto Petersen y Pamela Villar. Y un poco más allá está Christophe Krywonis, el prestigioso cocinero francés que los espera mientras va preparando todo para hacer una corvina rubia made in Monte. Justamente ellos, junto a Lele Cristobal, son los tres invitados de lujo con los que contó Monte Sabores, la fiesta gastronómica que tuvo una exitosa primera edición para cerrar la temporada de verano récord que se vivió en este balneario ubicado a 630 kilómetros de la Capital Federal.
Ya por la tarde, en Plaza Parque, los cuatro chefs se dividieron los días para dar clases de cocina ante un auditorio repleto, como parte de las numerosas actividades que hubo entre viernes y domingo. La feria se montó en un predio arbolado, al aire libre, de 20.000 metros cuadrados. El patio gastronómico, muy bien ambientado, contó con 30 puestos que se dividieron en estaciones temáticas: Fuegos, Pesca, Pizza, Pastas, Beer Trucks, Cafetería, Pastelería y Vermutería. Hubo tanta demanda que varios stands agotaron su stock en el día, teniendo que producir de noche para el siguiente día. También estuvo la feria de productores con más de veinte emprendedores locales y de la región. Hubo variadas charlas y talleres de cocina sobre distintos tópicos: ahumados, pastelería, cultivo intensivo de aceite de oliva extra virgen y enología, entre otras. Todas con alta convocatoria popular, en especial con muchos hombres tomando notas para llevar luego los conocimientos a sus cocinas.
Para los chicos, se ofreció un sector KIDS, con juegos y entretenimientos, y cada día cerró con recitales en vivo, que estuvieron a cargo de Estelares, Chelo de la Zimbabwe y The Hitsmakers, además de solistas de la región. El domingo, además, se volvió a realizar el Vía Crucis Viviente en Sauce Grande y se llevó a cabo la quinta edición del Encuentro Internacional de Escritores que contó con más de 120 participantes presenciales y 250 más de manera virtual. Un combo completo para disfrutar, en esta Semana Santa, de un destino familiar por excelencia que, en los últimos años, se ubicó entre los cinco más elegidos de la costa bonaerense a nivel nacional. En este finde largo, por caso, hubo 85% ocupación hotelera e inmobiliaria.
“No conocía la ciudad, tampoco las playas, pero me habían hablado mucho y, la verdad, me sorprendieron gratamente. Por lo grande que son, lo lindas y por la limpieza que encontré. Pude visitar además la Laguna Sauce Grande y la Desembocadura… Todo hermoso. Pude venir con mi familia y pasamos dos días hermosos”, comentó Christophe, el chef nacido hace 57 años en Blois, Francia, y radicado hace 30 años en el país, al que llama su lugar en el mundo. “Estas ferias gastronómicas me encantan, porque potencian el desarrollo gastronómico de la región. El desafío es lograr una identidad culinaria en la zona, usando los productos locales. En la zona se produce aceite de oliva, está el pescado, las almejas son exquisitas y muchas más cosas, porque acá confluyen el mar y el campo… Hay que convencer al público de probar cosas nuevas, más despojadas, sabores nuevos y para esto están estas ferias”, analizó quien mostró su conocida mezcla de carisma y humor negro que divirtió a los presentes mientras cocinaba y daba consejos culinarios.
A su lado, Pamela Villar, pastelera ella, calificó de “divino” el balneario y resaltó el valor de estos festivales de cocina. “Así se difunden los productos de la zona, se entusiasma a la gente, a los emprendedores, a todos”, aseguró. Destacó el esfuerzo de hacer una feria así y la elogió. “Para ser la primera fue muy buena. La gente asistió mucho, estuvo muy atenta y nos trataron de maravilla. Ahora quiero volver pero como turista”, comentó. Petersen ya conocía Monte. “Recuerdo que vine algunos veranos, con 18 años y me quedé en una casa en Sauce Grande. Por eso me encantó volver y más para cocinar y dejar algunos tips para que la gente tome para sus comidas”, completó.
Más de 15.000 personas pasaron por esta fiesta culinaria, un evento único en la región del sudoeste bonaerense. “Monte Sabores es una apuesta de calidad, destinada a instalarse en el calendario turístico anual, que sigue con las vacaciones de invierno en julio, luego con la Fiesta Nacional de la Primavera en septiembre, el Enduro –motocross- en octubre, la Fiesta de las Colectividades en noviembre y reabrirá la temporada de verano con la Fiesta de la Cerveza, a principios de diciembre. Nos faltaba un evento así y sentimos que lo encontramos. Superó las expectativas de todos: organizadores, público, emprendedores, productores y dueños de puestos de comidas y bebidas”, analizó Franco Gentilli, Secretario de Turismo.
Está claro que Monte Sabores llegó para quedarse.