Adaptándose. Así transita los días presentes Camila Cavallo (26) luego de su separación de Mariano Martínez (41). Una ruptura que sorprendió en plena cuarentena. “Estamos bien, recién mudadas, adaptándonos a otro cambio y en plena pandemia también”, reconoce la modelo oriunda de la ciudad de Santa Fe, hoy instalada en un departamento de Belgrano junto a Alma (3), la hija que tuvo con el actor, tras dejar la casa de su ex en Nordelta, donde convivía la pareja.
“Estudiaba y vivía en Palermo y cuando lo conocí a Marian me fui a vivir con él. Cuando tomamos la decisión de separarnos elegí Belgrano por una cuestión laboral. Viviendo fuera de capital se me complicaba. Alma no iba doble jornada al jardín y entonces no llegaba a los castings”, detalla Camila frente a esta nueva etapa en la que busca reconectarse con su profesión y con otras pasiones como la fotografía. “También estudio maquillaje, ya el año pasado hice un curso. Trato de matar el tiempo y a la vez adquirir nuevos conocimientos para pasar este proceso”, explica Cavallo, quien también pinta cuadros y llegó a estudiar para maestra jardinera, carrera que dejó luego de conocer al actor.
“Ya tenemos bastante comodidad en la casa, pero me falta que llegue la camita de Alma aún, que por temas de pandemia se demoró. Así que seguimos durmiendo juntas y haciendo colecho como antes. Pero hablando con la psicóloga lo que se recomienda es que los chicos no duerman con los padres, sino que tenga su habitación. Se la estoy preparando”, agrega Camila, para quien una separación “siempre es difícil y mucho más cuando tenés una hija. No sólo eso, porque también están los dos hijos de Mariano. Somos una familia ensamblada y pensás en todo. A veces la vida te lleva por caminos distintos. Cuando tomamos la decisión fue la mejor que encontramos”.
Respecto al final de su relación, dice: “No sé si el haber tenido con Mariano una historia de amor intensa nos afectó (cruzaron sus caminos en 2016, un año después llegó Alma). Pero es cierto que nos conocimos, nos súper enamoramos y decidimos tener un hija enseguida y también nos fuimos conociendo tanto en lo bueno como en los defectos. Tuvimos re buenos momentos y también diferencias. ¿Si hicimos terapia de pareja? Nosotros agotamos todas las posibilidades que había. La decisión la tomamos antes de la pandemia, tampoco fue de un momento para el otro, sino de un proceso largo de varios meses, de mucha charla y comunicación. Siempre priorizando lo mejor para los chicos y para nosotros. Cuando hay diferencias uno no quiere llegar a un grado de choque, más con hijos en común. Queríamos que todo esté tranquilo”, detalla Camila.
La expareja también vivió en la misma casa aún después de separarse. “Fue en marzo, cuando empezó la cuarentena y yo recién en junio me mudé. Pudimos convivir bien. De chica era muy impulsiva, por eso trato de serlo cada día menos y pensar bien las cosas. Ahora estoy acompañada por mi mamá y eso me ayudó, me siento apoyada. Distinto sería si hubiese estado sola, más ahora que no te ves con nadie. Hoy me siento muy contenida por gente y amigos que me quieren y están pendientes de mí. No se me hace tan difícil”, afirma la modelo.
“Pero tengo altibajos, días en los que estoy súper bien, otros que no tanto. Yo en ese sentido era medio antigua, de querer conformar el proyecto familiar, eso era muy importante para mí. Pero bueno, soy chica y hoy ese concepto no está tan apegado a la realidad”, reconoce Camila, quien desde el año pasado comenzó terapia, previo a la crisis de pareja.
–¿Hoy mantiene una buena relación con Mariano? ¿Cómo se organizan con Alma?
–Sí, tenemos acordados días. Nos hablamos a diario igual, por una cuestión de que él me pregunta por la gordita y yo también. Tenemos buena comunicación, no hay un problema en ese sentido.
–¿Cree que puede haber reconciliación o es una puerta cerrada?
–No lo sé. Cuando uno se separa no está pensando en que va a volver. De la misma manera que cando te ponés en pareja no están pensado que te vas a separar.
–A sus tres años, ¿Qué personalidad va apareciendo en Alma?
–Es una nena muy extrovertida, todo el día está jugando. Le gusta desde disfrazarse hasta maquillarse y jugar con masas. También puede agarrar dos palitos e imaginar que son personas que hablan entre ellos. Le leo cuentos, aunque le cuesta más concentrar la atención.
–¿Y cómo es hoy en la relación con su hija, qué etapa transitan?
–Hay muchos momentos lindos, como cuando nos vamos a dormir y quiere estar pegada a mí, acurrucada. Los juegos también. Como mamá soy muy atenta, aunque me cuesta poner los límites. Es difícil ese papel, no me sale básicamente (risas). Somos súper compañeras con Alma. Ya de chiquita yo quería ser mamá, es como un sueño mío. Mi abuela me veía después con Alma y decía: “parece que estás jugando a las muñecas”.
ST Sol MIranda - Fotos Federico De Bartolo
Agradecimientos: Asistente de producción Martina Santamaria.
Makeup Hairstyling Kenny Palacios, Moratta @moratta_nb, Swarovsky Pittibimbo, Muchofilo, Mimoandco, @dachics. Palacio Saint Souci, Romina Ferraretto, Martín Palonsky, Repila, FashionDrinks, Los Pertersen Cocineros, Piu Fiori.