El día que Mauro Icardi volvió al Inter, Wanda Nara regresó al país y tuvo un pequeño incidente
La rubia volvió al país en medio de la polémica con el club.
La tormenta parece estar quieta y, en el momento en que las aguas parecen calmas, Wanda Nara decidió cambiar de rumbo. La rubia abandonó la primavera italiana para llegar al otoño argentino y visitar a su familia.
Pero la fecha elegida para la visita al país no es curiosa y, vaya casualidad, la botinera decidió viajar el día en que Mauro Icardi regresa al Inter, tras dejar la capitanía. Después de la tirantes negociaciones con las autoridades del club, el deportista retomó hoy a los entrenamientos. Según la prensa italiana, Mauro retornó a las actividades para estar listo el próximo domingo 31 de marzo frente a Lazio y, tal como indican los medios napolitanos, ésta sería una importante señal de paz entre la dirigencia y su manager.
Lo cierto es que, para alejarse de cualquier comentario, Wanda volvió a Argentina y su llegada no fue triunfal. La diva pasó por un momento engorroso cuando no la dejaron entrar a la casa de su hermana, Zaira.
“Me llaman de la guardia para decirme que está entrando mi hermana. Lo que pasa es que hay tantos familiares peleados… Yo no autoricé a nadie”, contó la mismísima Zaira en Morfi, todos a la mesa. “Vino a visitar a mi nena. No entiendo por qué no la reconocen y la dejan pasar. Wanda odia que no la tenga autorizada”, contó.
“¡No me dejan entrar!”,fue lo que dijo Wanda en diálogo con la conductora, en pleno aire del programa. “Lo que pasa es que los Nara somos todo un tema. Chequean varias veces que estemos todos bien”, detalló la modelo. “Vine sin valija, vine a trabajar poquito tiempo”,agregó la rubia.
La conversación siguió adelante y la menor de las Nara aseguró que no se esperaba esta visita. “¿Te vas a quedar a dormir en mi casa? Me olvidé de decirte que tengo a dos amigos viviendo en mi casa. Jako se fue y mi casa es un quilombo. Estoy cuidando un gato, un perro, ahora llegó mi hermana y una pareja de amigos. Bueno, vemos, nos acomodamos...”, le comentó por teléfono, pero Wanda seguía en la misma. “¡Nadie me abre! Sigo llamando”, se quejó con un grito, mientras Zaira finalmente le daba la aprobación al hombre de seguridad para que pase a su casa.