Carlos III, en la cuerda floja por los polémicos negocios de su hermano Andrés
El rey de Inglaterra está en la mira por las decisiones que tomó uno de sus hermanos y que comprometen a la Corona.
Mientras Carlos III lucha con su enfermedad e intenta consolidar su reinado y recuperar la credibilidad de la monarquía británica, una nueva polémica amenaza con minar los cimientos del Palacio de Buckingham. Y, una vez más, el protagonista no es otro que su hermano, el príncipe Andrés, duque de York.
Los recientes negocios privados del duque, algunos con conexiones internacionales sospechosas, desataron un nuevo conflicto mediático que vuelve a poner al rey en una posición incómoda.
El hermano menor del monarca, desacreditado por su relación con Jeffrey Epstein y apartado de sus funciones reales, parece no lograr despegarse de los escándalos. Esta vez, la polémica gira en torno a sus vínculos con Yang Tengbo, un empresario vinculado a intereses del gobierno chino, y con quien habría intentado establecer un fondo de inversión internacional con proyección en Eurasia. El proyecto, que en apariencia tenía fines comerciales legítimos, hoy está bajo la lupa por posibles implicaciones en actividades de inteligencia extranjera.
El detonante de esta nueva crisis fue una declaración jurada de Dominic Hampshire, exasesor del príncipe Andrés, quien aseguró que el duque mantuvo reuniones privadas para avanzar en acuerdos con Tengbo, un personaje que actualmente tiene prohibida la entrada al Reino Unido por sospechas de espionaje.
Según Hampshire, el empresario habría utilizado su cercanía con Andrés para enviar informes directamente al presidente chino Xi Jinping, nombrando incluso al polémico “Fondo Eurasia” como parte de su estrategia de influencia. Lo más preocupante es que el propio Hampshire sostiene que Carlos III estaba al tanto de estas reuniones, o al menos de sus objetivos generales.
Carlos III y la Corona bajo la lupa
La monarquía británica logró sobrevivir a todo tipo de escándalos: desde divorcios hasta revelaciones explosivas en entrevistas televisivas. Pero esta situación es particularmente delicada, no solo por las implicancias diplomáticas, sino porque pone en juego el liderazgo de Carlos III en un momento clave de su reinado.
La estabilidad de la monarquía sigue dependiendo de la percepción pública y hoy las dudas sobre el rey y su entorno parecen más profundas que en otros tiempos, especialmente cOn la presencia de Andrés.
De esta manera, Carlos III tiene por delante un desafío monumental: no solo gobernar desde un trono heredado con gloria, sino también lidiar con las polémicas de sus familiares y allegados.
VO