Princesa Leonor (Instagram)
REALEZA

El curioso apodo que le pusieron a la princesa Leonor en Elcano

La princesa se ganó el cariño de sus compañeros.

La princesa Leonor continúa con su exigente formación militar, y en esta etapa la vida la llevó a bordo del histórico buque escuela Juan Sebastián Elcano, una embarcación que fue testigo de generaciones de guardiamarinas en la Armada Española y que hoy navega con una heredera al trono entre sus filas. Pero más allá de las lecciones náuticas, Leonor está dejando una huella que pocos esperaban.

Según fuentes cercanas al entorno naval, la primogénita del rey Felipe VI ha sorprendido a sus compañeros no solo por su dedicación, sino también por su soltura. Lejos de los flashes y la etiqueta que la acompaña en cada acto oficial, la princesa de Asturias muestra un costado más terrenal, relajado y hasta un poco malhablado.

Tanto es así, que sus compañeros de formación ya le pusieron un apodo: "la Ortiz". Un nombre que, a simple vista, parece inofensivo, pero que encierra un guiño cómplice a su forma de hablar.

Las malas palabras de la princesa Leonor

Uno de los episodios que dio origen al apodo ocurrió durante una reciente escala en Panamá. Una cena en cubierta estuvo a punto de arruinarse por una repentina tormenta tropical. Las cámaras de la Casa Real captaron a Leonor mirando con fastidio el cielo. Lo que pareció un simple gesto de molestia se volvió viral cuando expertos en lectura de labios aseguraron que la princesa murmuró: "Joder, la puta nube".

Aunque el video no fue verificado oficialmente, el clip se replicó en redes sociales y avivó los rumores de que la futura reina tiene un carácter fuerte.

El apodo “la Ortiz” no es casual. En referencia a su apellido materno, los compañeros de Leonor le rinden así un guiño a la reina Letizia, quien también es famosa en círculos íntimos por su verborragia. De hecho, en su juventud, Letizia fue apodada “la jolines” por amigos del rey Felipe VI, por su afición a utilizar esa palabra.

Al parecer, la princesa heredó ese lado directo y expresivo. Y aunque dentro del protocolo esto pueda parecer un desliz, en la convivencia con sus compañeros se traduce en cercanía y autenticidad.

El apodo “la Ortiz”, dicen, no es despectivo. Al contrario: refleja el respeto y la complicidad que se ha ganado entre quienes comparten con ella día a día. Es una forma de reconocerle su carácter genuino y su capacidad para adaptarse al grupo sin recurrir a privilegios.

VO

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