El verdadero motivo por el que Ainhoa Armentia tiene la entrada prohibida al pabellón del Granollers
La pareja de Iñaki Urdangarin presenta un gran problema para la infanta Cristina y sus hijos.
A punto de cumplir cuatro años de relación, Ainhoa Armentia e Iñaki Urdangarin siguen enfrentando las polémicas y tensiones familiares que no terminan de calmarse. Aunque el vínculo entre ambos parece sólido, la infanta Cristina, exesposa del exduque de Palma, se convirtió en un dolor de cabeza para la dupla.
Según trascendidos, la infanta se niega rotundamente a que Armentia tenga cualquier tipo de contacto con sus hijos Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin. El último episodio, que vuelve a poner el foco en esta interna familiar, tuvo lugar en el pabellón del Club Balonmano Granollers, donde juega Pablo Urdangarin.
Iñaki asistió para apoyar a su hijo, pero una vez más, lo hizo solo. Ni rastro de Ainhoa, y no por decisión propia: Cristina le habría prohibido expresamente asistir al encuentro, ya que para ella, Armentia es la causa visible de su ruptura con Urdangarin, tras la filtración de las imágenes que los mostraban paseando de la mano.
Desde entonces, las condiciones impuestas por Cristina son estrictas: durante mucho tiempo, Iñaki no pudo presentar oficialmente a sus hijos a Ainhoa. Y aunque esa cláusula ya no rige tras el divorcio, lo cierto es que el rechazo de sus hijos hacia la actual pareja de su padre continúa.
La relación de Iñaki y Ainhoa puesta a prueba
La pareja se conoció en el despacho de abogados donde el exjugador trabajó tras obtener la libertad condicional por el caso Nóos. Desde entonces, mantienen una relación firme, pese a las restricciones y a que muchos pensaron que sería un affaire más.
Ainhoa viene acompañando a Iñaki en los momentos más complicados de su caída pública. Sin embargo, la realidad es que ella continúa siendo una figura incómoda dentro del círculo Borbón, y en especial para la infanta Cristina.
En la reciente visita de Iñaki al pabellón del Granollers, todas las miradas se posaron en su soledad. Estuvo acompañado por amigos cercanos como el exregatista Roberto Molina y su esposa, y se mostró muy cercano a Johanna Zott, la novia de su hijo. Pero, una vez más, Ainhoa brilló por su ausencia.
Este tipo de escenas se repiten con frecuencia. Mientras que Iñaki intenta recomponer los lazos con sus hijos y mantener su vida personal lo más estable posible. Sin embargo, la sombra de la infanta Cristina sigue presente, marcando los límites que no debe cruzar Urdangarin.
VO