Cómo es Isola Bella, la isla que tiene Beatrice Borromeo y que es un paraíso barroco

Isola Bella, la isla que tiene Beatrice Borromeo, es uno de los rincones más extraordinarios del norte de Italia. Ubicada sobre el Lago Maggiore, esta joya arquitectónica y natural parece suspendida en el tiempo. Concebida en el siglo XVII como un acto de amor y ostentación, se ha mantenido hasta hoy en manos de la familia Borromeo, de la que Beatrice, periodista, aristócrata y esposa de Pierre Casiraghi, es una de las actuales herederas.

Construida por orden de Carlo III Borromeo para su esposa Isabella D’Adda, la isla fue transformada de roquedal a paraíso barroco con la ayuda del arquitecto milanés Angelo Crivelli. Durante más de 40 años, toneladas de tierra fértil, mármol de Carrara y granito alpino convirtieron la roca en un jardín colgante único en el mundo. Escalinatas que ascienden en espiral, esculturas mitológicas, pavos reales albinos, obeliscos y terrazas crean un exuberante y absolutamente único.

Isola Bella: La increíble la isla que tiene Beatrice Borromeo

Hoy, Isola Bella es mucho más que un destino turístico: es un símbolo del linaje Borromeo, que aún conserva la propiedad de las tres islas del archipiélago (Isola Bella, Isola Madre e Isola dei Pescatori). En el centro de la isla se alza el Palazzo Borromeo, un palacio barroco revestido en seda, con salas decoradas por maestros como Rafael, Tiziano y Guido Reni, donde antiguamente se celebraban bailes, recepciones y visitas de Estado. Allí pasearon Napoleón y Josefina, Montesquieu, e incluso Carolina de Mónaco, quien quedó impactada por su belleza.

Beatrice Borromeo creció con este entorno como telón de fondo. Aunque a menudo describe su infancia con imágenes simples —heno, leche fresca, juegos con sus hermanos— lo cierto es que ese universo de cuentos formaba parte de su vida cotidiana. Descendiente de santos, cardenales, marqueses y empresarios textiles, Beatrice pertenece a un linaje que cobra relevancia, tanto en la historia italiana como en la europea.

En 2023, Isola Bella volvió a estar en el centro del mundo cuando Louis Vuitton la eligió como escenario para su colección Crucero. El desfile, rodeado de vegetación tropical, esculturas fantásticas y arquitectura barroca, no necesitó más que el entorno natural. Allí estuvo Beatrice Borromeo, como anfitriona perfecta, entre la moda y la historia.

F.A