El antes y después de Máxima Zorreguieta (CARAS)
REALEZA

Desde bombachas de campo hasta looks elegantes de reina, el antes y después de Máxima Zorreguieta

De los paisajes campestres de Pergamino a los desfiles reales en los Países Bajos, la increíble transformación de Máxima Zorreguieta.

Desde su infancia en el campo, rodeada de caballos y bombachas gauchescas, hasta los majestuosos vestidos reales que luce como reina consorte de los Países Bajos, la vida de Máxima Zorreguieta es un ejemplo fascinante de evolución y contrastes. Su historia no solo es un reflejo de sus raíces argentinas, sino también de su capacidad para adaptarse y brillar en escenarios muy distintos.

“Máxima joven” es una búsqueda frecuente en Google, donde abundan imágenes que capturan las distintas etapas de su vida. Desde su niñez en el campo hasta su consolidación como reina, cada foto refleja su esencia auténtica y su calidez innata.

Una fotografía inédita muestra a una pequeña Máxima Zorreguieta manejando una carreta tirada por un caballo en el campo familiar cerca de Pergamino, provincia de Buenos Aires. Ese lugar, apodado "Las Escobas", era el refugio donde los Zorreguieta pasaban sus fines de semana.

En Pergamino, Máxima al comando de una carreta tirada por un caballo.

En su niñez, Máxima vestía bombachas gauchescas y boinas ladeadas, y heredaba ropa de sus hermanas mayores. Aunque pertenecía a una familia acomodada, el estilo de vida de los Zorreguieta era modesto: almorzaba en tupper en el exclusivo colegio Northlands y su padre conducía un Ford Taunus.

Según Soledad Ferrari, autora de Máxima, una historia real, "su madre se enojaba porque Máxima no cuidaba nada, y una vez el perro le comió los aparatos de ortodoncia".

La influencia del colegio Northlands y su educación exclusiva 

El prestigioso colegio Northlands, conocido por su formación bilingüe y elitista, fue clave en la preparación de Máxima para el mundo sofisticado en el que brillaría más tarde.

Allí compartió aulas con futuras figuras destacadas de la sociedad argentina. Esta institución fue la puerta de entrada a un entorno cosmopolita que más tarde marcaría su carrera en finanzas y su vida en la realeza europea.

Icónico retrato de Máxima Zorreguieta en Pergamino, junto a su eterna amiga Tristana Maccio.

Antes de convertirse en reina, Máxima se destacó en el mundo financiero en Nueva York, donde comenzó a pulir su estilo elegante y formal. En esa etapa, recurrió a diseñadoras argentinas como Graciela Naum, quien destacó: "Siempre tuvo una personalidad fuerte. No era una más. Tiene una sensibilidad extra por ser latina". Este sentido único de la moda la acompañó en su transición hacia la realeza.

En una visita oficial, Máxima Zorreguieta y su amiga (y ex primera dama) Juliana Awada se fotografiaron en el Palacio Real de Amsterdam.

Máxima Zorreguieta, estilo rebelde en la realeza con autenticidad y modernidad 

Ya como princesa y luego reina consorte, Máxima rompió estereotipos de la realeza holandesa. En más de una ocasión, deslumbró con elecciones de vestuario poco convencionales, como un vestido de cuero negro con botas altas o una campera de jean y una boina roja durante el Día del Rey. En 2023, sorprendió nuevamente al usar jeans y zapatillas en un evento deportivo, demostrando que su esencia irreverente y cercana sigue intacta.

Máxima Zorreguieta es una referente indiscutida de la moda.

A pesar de los cambios en su vida, Máxima Zorreguieta conserva el carisma y la espontaneidad que la caracterizaban en su infancia. Según Ferrari, aunque ahora es más reservada debido a las exigencias de su rol, sigue siendo una madre dedicada y una figura que inspira tanto por su historia como por su autenticidad.

Desde los paseos en carreta en Las Escobas hasta las carrozas doradas de los Países Bajos, la transformación de Máxima Zorreguieta es un recorrido fascinante entre la sencillez del campo argentino y la sofisticación de la realeza europea.

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