Compartí esta nota
Muchísimo se habla de gestionar las emociones, pero ¿Cómo podemos utilizarlas para abrirnos posibilidades?
Como sabemos las emociones son una reacción intensa que experimenta nuestra mente y cuerpo por una causa real o imaginaria, muchas veces nos las generamos con nuestros pensamientos.
Hay muchas personas que catalogan a las emociones en positivas y negativas, pero la realidad es que no son ni buenas ni malas, ellas se manifiestan para ser sentidas, para avisarnos que algo esta sucediendo, que algo nos produce incomodidad o placer.
Se dice que son intensas por que cuando las comenzamos a sentir, poco a poco van incrementando su intensidad hasta llegar a un pico donde generalmente hay una descarga, podemos llorar, gritar, reír, temblar, etcétera, para luego comenzar a declinar la curva e ir atenuándose hasta desaparecer.
Podríamos decir que este es el comportamiento normal de una emoción, sucede que cuando no aprendemos a gestionarlas, pueden quedar ancladas en lo alto de la curva, transformándose en un estado de ánimo, ejemplo: cuando una persona se queda enojada por mucho tiempo, suele convertirse en una persona enojosa, latente a soltar su ira con el primer problema que le surja.
Por eso es muy importante aprender a gestionar las emociones y preguntarnos ¿que vienen a decirnos? ¡Sí, absolutamente todas las emociones tanto sean reales o producto de nuestros pensamientos vienen a comunicarnos algo!
Se las clasifica para entenderlas y estudiarlas, pero en la realidad las emociones son complejas y pueden variar de una persona a otra. Además, están influenciadas por factores culturales, sociales y personales.
- Emociones básicas: Estas son consideradas universales y fundamentales. Incluyen la alegría, tristeza, miedo, ira, sorpresa y asco. Estas emociones son innatas y se cree que son compartidas por todas las culturas.
- Emociones secundarias: Estas emociones surgen a través de la combinación o modulación de las emociones básicas: vergüenza, culpa, orgullo, envidia, etcétera. Estas emociones son más complejas y pueden variar de una cultura a otra.
Está genial toda la información, pero ¿Como las gestionamos?
El primer paso es Reconocerlas, Aceptarlas, Sentirlas, Interpretarlas y luego Gestionarlas y para ello tenemos que saber que la gestión emocional es una técnica que nos ayuda a entender nuestras emociones y poder utilizarlas a nuestro favor a la hora de tomar decisiones y así poder abrir posibilidades. Para esto necesitamos tener elementos de inteligencia emocional.
AUTOCONOCIMIENTO
Reconocer las propias emociones y sentimientos. Saber cuáles son nuestras capacidades y puntos débiles.
AUTOREGULACION
Detectar de qué manera accionamos para poder aprovechar las emociones, potenciar aquello que nos beneficia y transformar lo que nos daña.
EMPATIA
Interpretar las emociones ajenas. Reconocer las señales y el lenguaje no verbal de otras personas.
HABILIDADES SOCIALES
Saber comunicarse de manera efectiva. Mantener una escucha activa y hablar de forma clara y precisa.
AUTOMOTIVACION
Enfocar las emociones hacia nuestras metas. Volvernos más proactivos y flexibles.
Tomarnos 5 minutos para hacer un chequeo en el momento de la emoción, sintiendo desde lo físico que nos pasa en cada parte del cuerpo, hará que entrenemos la mente para desarrollar la Interocepción (percepción del estado interno del organismo). Esta estudiado que, si logramos fortalecer el poder distinguir y censar nuestras sensaciones, desarrollaremos mayores conexiones en las áreas interoceptivas del cerebro y en consecuencia mejora la inteligencia emocional. Es decir que, a mayor inteligencia sensorial, mayor inteligencia emocional.
Practicar la escucha activa del cuerpo y conectar con la respiración ayudará a calmar la mente. Volver al estado de equilibrio y conexión con el momento presente, para poder evaluar y reaccionar de forma adecuada a la situación que nos toque vivir.
Datos de contacto:
Celular: +5491136086793
Instagram: @patotorino
Mail: [email protected]
Web: https://pmtpato.wixsite.com/patotorinolifecoach
