jueves 13 de marzo del 2025

BIOHACKING: entre los hábitos ancestrales y los avances tecnológicos

Esta nueva tendencia combina tecnología y prácticas clásicas para mejorar la higiene del sueño, el rendimiento físico, cognitivo y la concentración, la salud mental y la reducción del estrés. Galería de fotosGalería de fotos

BIOHACKING: entre los hábitos ancestrales y los avances tecnológicos
BIOHACKING: entre los hábitos ancestrales y los avances tecnológicos | CREDITO CARAS
CREDITO CARAS

El biohacking está en alza y no es para menos: fusiona ciencia, tecnología y cambios en el estilo de vida para mejorar el rendimiento físico y mental. Esta práctica abarca desde ajustes en la alimentación y el sueño hasta el uso de dispositivos tecnológicos y suplementos específicos para optimizar la salud.

Si bien algunos enfoques son simples, como la exposición controlada al frío o el ayuno intermitente, otros son más avanzados e incluyen la monitorización biométrica y la manipulación genética. El objetivo es potenciar el cuerpo y la mente de manera personalizada, basándose en datos y evidencias científicas.

Entre los principales beneficios del biohacking se destacan el aumento de la energía y la concentración, la mejora en la calidad del sueño y el fortalecimiento del sistema inmunológico.

Quienes lo practican aseguran que les permite retrasar el envejecimiento, reducir el estrés y mejorar su bienestar general.  A pesar de las controversias, el biohacking sigue ganando adeptos y se posiciona como una herramienta clave para quienes buscan maximizar su potencial a través de la autoconciencia y la experimentación controlada.

¿Cómo transformarte en un biohacker?

-Crioterapia: consiste en la exposición controlada al frío. Puede comenzar a practicarse con una ducha fría por 30 segundos e ir incrementando el tiempo paulatinamente. También existen talleres del método Wim Hof, para quien se anime a algo más avanzado.

-Ayuno intermitente: dejar de ingerir alimentos calóricos en una ventana de tiempo de entre 12 a 18 horas. Lo ideal es comenzar de a poco, para ir aumentando la tolerancia.

-Meditación o mindfulness: estas prácticas milenarias equilibran la salud hormonal, mental, emocional y relajan el cuerpo. Existen cientos de ejercicios de libre acceso en la web para comenzar.

-Control de las luces artificiales: a fin de equilibrar los ritmos circadianos del cuerpo, existen anteojos blue-blockers (bloquean la luz azul de pantallas), lamparas de color rojo o naranja y hasta aplicaciones mobile para bajar la intensidad de este tipo de luces.

-Sauna: al igual que la crioterapia, la exposición a altas temperaturas fortalece el organismo. Se puede combinar en sesiones de contraste con la crioterapia (pasando del frío al calor).

Como en cualquier otro caso que involucre ejercicios somáticos, siempre consultar a un médico y realizar los estudios de salud correspondientes antes de experimentar estas prácticas.

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