Por Facundo Giménez
La reciente oleada de ciberataques no se confinó a Argentina. Tras la caída de Mi Argentina y SUBE, el ransomware Medusa secuestró 760 GB de datos del Hospital El Cruce “Néstor Kirchner” y 18.000 estaciones de trabajo quedaron cifradas en Telecom Argentina; pero el alcance regional se hizo aún más evidente cuando Costa Rica declaró el estado de emergencia tras un ataque de Conti que paralizó las aduanas y dejó sin cobrar a miles de funcionarios. Según un informe de CrowdStrike, América Latina sufre un 40 % más de ataques que el promedio mundial, siendo el “Big Game Hunting” y las campañas de espionaje chinas las principales amenazas.
Si estas brechas (que afectaron desde portales estatales hasta redes hospitalarias y sistemas de transporte) pudieron desatarse con una sola credencial filtrada, cabe preguntarse: ¿están los países latinoamericanos preparados para defender la infraestructura que sustenta su despliegue digital? Frente a este desafío se impone la figura de Srinivasan Venkataramanan, ingeniero indio formado en Anna University de Chennai y radicado en Boston, cuya trayectoria combina investigación de élite y aplicación industrial en trece países de la región.
Desde mayo de 2015, Venkataramanan lidera en American Tower Corporation el diseño de pipelines de detección de anomalías basados en IA, procesando millones de eventos de red por segundo para neutralizar intrusiones antes de que se propaguen. Con más de veintiún años de experiencia, ha firmado veintidós artículos arbitrados (con un índice h de once y más de 1 200 citas) que abarcan desde Graph Neural Networks para detección de intrusiones en IoT hasta esquemas de identidad descentralizada protegidos por blockchain. Su autoridad le valió el Asia Leadership Award 2024 en Software Development and Networking en Bangkok, donde fue reconocido por su “visión estratégica e innovación en software y networking”.
En junio de 2024 cristalizaron dos de sus aportes más significativos: el AI-Powered Cybersecurity Defense Device, que incrusta modelos de machine learning directamente en el hardware para respuestas autónomas en el borde de la red; y el Privacy-Preserving Deep Learning on Blockchain, un framework que permite entrenar IA colaborativa sin exponer datos en bruto. Así, ya sea para proteger un hospital vulnerable en Buenos Aires o un portal de gobierno en Ciudad de México, este sistema actuaría como un centinela capaz de detectar patrones anómalos en tiempo real y aislar la amenaza en su punto exacto de origen.
La fórmula de Venkataramanan –Zero Trust inquebrantable y Edge AI en cada router, servidor y sensor– ofrece a América Latina una hoja de ruta para pasar de defensas reactivas a un ecosistema vivo de resiliencia. Si la región quiere acompañar el ritmo de su expansión digital y sus iniciativas de “smart cities”, adoptar estos principios permitirá que cada tramo de fibra óptica, cada cámara de tránsito y cada centro de datos se conviertan en aliados activos, fortaleciendo la confianza ciudadana y transformando la ambición tecnológica en un futuro verdaderamente seguro.
Al abrazar la visión de Srinivasan Venkataramanan –donde cada dispositivo funciona como un guardián inteligente y la confianza se gana instante a instante– América Latina no solo responderá mejor al próximo ataque, sino que anticipará sus defensas al ritmo de su ambición digital. Transformar la fibra óptica, los semáforos y los portales gubernamentales en un tejido vivo de ciber resiliencia requiere algo más que soluciones locales: exige adoptar las metodologías de un líder extraordinario en el campo tecnológico y autoridad de alcance global. Sus veintidós publicaciones arbitradas, su índice h de 11 y el Asia Leadership Award 2024 subrayan su liderazgo en seguridad proactiva e inteligencia aplicada. Integrar sus marcos ya no es una opción de vanguardia, sino la estrategia esencial para establecer el entorno tecnológico seguro y confiable que demanda el siglo XXI.

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