Muchas veces el cuerpo nos duele. El estrés o las tantas emociones atrapadas comienzan a ser reflejadas en alguna molestia o dolencia, y lo que solemos hacer es tomar algún medicamento para acallarlo y seguir adelante con nuestra rutina como si nada pasara. A veces son dolores de cabeza o de panza; aparecen contracturas, o empieza a dificultarse el descanso, hasta llegar al insomnio. Finalmente, y sin darte cuenta, podés terminar tomando más de 4 pastillas diferentes para cada “problema”, ignorando lo realmente importante.
Tu cuerpo no es solo algo que tenés y que vas llevando por ahí; tu cuerpo te sostiene cada día, es un sistema perfecto y sagrado que cumple miles de funciones y está a tu disposición, te permite vivir y disfrutar cada día, conectar a través de todos los sentidos. Tu cuerpo te brinda información constantemente acerca de cómo estás mental, emocional, energética y físicamente.
Cada pensamiento trae consigo una emoción y estas se trasladan al cuerpo que no hace más que manifestarse para que pares, te detengas, te observes y veas qué es lo que te está haciendo ruido, qué te está molestando, qué es eso que no anda tan bien o eso que no te agrada o te hace mal. Lamentablemente, solemos ir al médico en última instancia cuando ya no damos más, cuando el cuerpo te dio miles de alarmas que no escuchaste y se transformaron en enfermedad.
La propuesta que traigo es poder vincularte con tu cuerpo de una manera diferente, empezar a observarlo y a comunicarte con él como si fuera tu mejor amigo (porque realmente lo es) y le hables, le preguntes ¿Cómo estas hoy? ¿Necesitas más descanso? ¿Necesitas más placer? ¿Necesitas más diversión? ¿Necesitas un masaje? ¿Cómo te puedo nutrir más? Y todo lo que se te ocurra…. Y que te lleve a tenerlo integrado. Cada vez que te duela algo preguntale a tu cuerpo ¿Qué me queres mostrar? ¿De qué se trata esto? ¿De qué emociones se trata?. Por ejemplo, a veces te duele la panza y te pones a pensar qué fue lo último que comiste porque “seguro eso te cayó mal”, pero pocas veces te habrás puesto a pensar qué emociones no digeriste; quizás te duela la garganta o tengas una sensación rara y pienses “debo haber tomado frío o me estoy por engripar”, pero pocas veces te preguntes “¿Qué palabras o emociones “me tragué”, no expresé y quedaron ahí como ese nudo en la garganta?”
Sé que al principio puede resultar incómodo entablar esta relación con tu cuerpo, estar atento y escuchar cada señal, porque es más fácil ignorarlo y quejarte de los dolores esperando que se pasen y sufriendo mientras te quejas, pero cuando logres hacer este cambio vas a poder entender mejor cómo funcionas, cómo se expresa tu cuerpo, qué te quiere comunicar. Ya no será necesario para él expresarte dolor, porque ya sabrás de qué se trata o al menos se pasará más rápido.
Hoy en día existen muchas herramientas que sirven para poder descifrar la raíz emocional de los síntomas o enfermedades. Algunas de ellas, y de las que para mí permiten ir bien a lo profundo, son Biodescodificación y Memoria Celular. Opciones pueden haber muchas, pero lo principal es tomar consciencia de lo que te muestra el cuerpo.
SABRINA MARSICANO, TERAPEUTA HOLISTICA.
“ALMA ESPACIO DE SANACION” @almaushuaia.