miércoles 24 de abril del 2024

¿Cómo sería ser amigo de tu cuerpo en vez de siempre estar quejándote de él?

Sabrina Marsicano, terapeuta holística, nos cuenta cómo podemos cambiar la manera de vincularnos con nuestro cuerpo y mejorar nuestra salud. Galería de fotosGalería de fotos

CREDITO CARAS

Muchas veces el cuerpo nos duele. El estrés o las tantas emociones atrapadas comienzan a ser reflejadas en alguna molestia o dolencia, y lo que solemos hacer es tomar algún medicamento para acallarlo y seguir adelante con nuestra rutina como si nada pasara. A veces son dolores de cabeza o de panza; aparecen contracturas, o empieza a dificultarse el descanso, hasta llegar al insomnio. Finalmente, y sin darte cuenta, podés terminar tomando más de 4 pastillas diferentes para cada “problema”, ignorando lo realmente importante.

Tu cuerpo no es solo algo que tenés y que vas llevando por ahí; tu cuerpo te sostiene cada día, es un sistema perfecto y sagrado que cumple miles de funciones y está a tu disposición, te permite vivir y disfrutar cada día, conectar a través de todos los sentidos. Tu cuerpo te brinda información constantemente acerca de cómo estás mental, emocional, energética y físicamente.

Cada pensamiento trae consigo una emoción y estas se trasladan al cuerpo que no hace más que manifestarse para que pares, te detengas, te observes y veas qué es lo que te está haciendo ruido, qué te está molestando, qué es eso que no anda tan bien o eso que no te agrada o te hace mal.  Lamentablemente, solemos ir al médico en última instancia cuando ya no damos más, cuando el cuerpo te dio miles de alarmas que no escuchaste y se transformaron en enfermedad.

La propuesta que traigo es poder vincularte con tu cuerpo de una manera diferente, empezar a observarlo y a comunicarte con él como si fuera tu mejor amigo (porque realmente lo es) y le hables, le preguntes ¿Cómo estas hoy? ¿Necesitas más descanso? ¿Necesitas más placer? ¿Necesitas más diversión? ¿Necesitas un masaje? ¿Cómo te puedo nutrir más? Y todo lo que se te ocurra…. Y que te lleve a tenerlo integrado.  Cada vez que te duela algo preguntale a tu cuerpo ¿Qué me queres mostrar? ¿De qué se trata esto?  ¿De qué emociones se trata?. Por ejemplo, a veces te duele la panza y te pones a pensar qué fue lo último que comiste porque “seguro eso te cayó mal”, pero pocas veces te habrás puesto a pensar qué emociones no digeriste; quizás te duela la garganta o tengas una sensación rara y pienses “debo haber tomado frío o me estoy por engripar”, pero pocas veces te preguntes “¿Qué palabras o emociones “me tragué”, no expresé y quedaron ahí como ese nudo en la garganta?”

Sé que al principio puede resultar incómodo entablar esta relación con tu cuerpo, estar atento y escuchar cada señal, porque es más fácil ignorarlo y quejarte de los dolores esperando que se pasen y sufriendo mientras te quejas, pero cuando logres hacer este cambio vas a poder entender mejor cómo funcionas, cómo se expresa tu cuerpo, qué te quiere comunicar. Ya no será necesario para él expresarte dolor, porque ya sabrás de qué se trata o al menos se pasará más rápido.

Hoy en día existen muchas herramientas que sirven para poder descifrar la raíz emocional de los síntomas o enfermedades. Algunas de ellas, y de las que para mí permiten ir bien a lo profundo, son Biodescodificación y Memoria Celular. Opciones pueden haber muchas, pero lo principal es tomar consciencia de lo que te muestra el cuerpo.

SABRINA MARSICANO, TERAPEUTA HOLISTICA.

“ALMA ESPACIO DE SANACION”   @almaushuaia.

Galería de imágenes
En esta Nota