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Federico Gansslen encontró su inspiración en su padre, un médico admirado y querido por sus pacientes. Desde pequeño, Gansslen soñaba con seguir los pasos de su ídolo, lo que lo llevó a estudiar y trabajar simultáneamente hasta recibirse como médico cirujano en la Universidad Nacional de Córdoba a los 24 años. Tras especializarse como médico generalista y dedicarse a la terapia intensiva durante 18 años, decidió capacitarse en medicina estética en Mar del Plata hace tres años, abriendo un nuevo capítulo en su carrera.
La medicina estética está en constante evolución, y el Dr.Gansslen destaca la importancia de mantenerse actualizado. Una de las innovaciones que más lo emociona es el procedimiento de plasma rico en plaquetas, que utiliza las propias células del paciente para mejorar su salud y estética a través de microinyecciones. Sin embargo, el mayor desafío actual es aprovechar al máximo los avances tecnológicos, como la inteligencia artificial, para mejorar los estudios y tratamientos médicos a nivel mundial.
Una de las experiencias más significativas para Gansslen fue ayudar a una joven de 16 años que sufría de depresión y fobia social tras un accidente que le dejó quemaduras en el rostro y cuello. Gracias a diversos procedimientos estéticos, lograron revertir su aspecto alterado, permitiéndole recuperar su autoestima y llevar una vida social normal. Esta experiencia reafirmó para Gansslen el impacto positivo que la medicina estética puede tener en la vida de las personas.
Federico aconseja a los jóvenes que consideran estudiar medicina que, aunque es una carrera muy sacrificada y demandante, es posible lograrlo si realmente lo desean. Subraya la importancia de tratar a los pacientes con empatía y comprensión, recordando que son personas con emociones y vidas complejas. Además, destaca que mantenerse actualizado y estudiar constantemente son claves para el éxito en la medicina. Citando al Dr. Favaloro, Gansslen concluye: “La medicina sin humanismo médico no merece ser ejercida.”
