“El Arte del Disfrute”, es mucho más que el título que resonó en la mendocina María Alejandra Oliva para su primer libro, en el que resume su vida y sus experiencias, anécdotas y aprendizajes durante más de 20 años de andar el camino. Es la esencia de una filosofía de vida que dejó de ser solo personal cuando comenzó a transmitir toda su experiencia y sabiduría a otras personas que, como ella en su propia historia, atravesaron el dolor en sus diferentes formas: el del cuerpo, el de la mente, el del alma, o el de todo eso a la vez.
Cuando hablé por primera vez con ella, el hemisferio izquierdo de mi cerebro intentaba darle un orden a todo su relato: qué fue primero, qué fue después; buscaba un por qué a su extenso recorrido, intentaba definir “qué” era o “qué” hacía exactamente Alejandra. Por suerte siempre gana mi lado derecho, que me hizo percibir que lo importante en ella es “quién” es, que definirla con exactitud es una batalla felizmente perdida, y que todo lo que sucedió en su vida tenía un “para qué". El arte del Disfrute, la Sanación, la Resiliencia, la Disciplina, el Bien-estar. Aprendió ese arte para ella misma y para compartirlo con quienes necesitan esa nueva vida plena y saludable.
Desde adentro, hacia fuera.
El Currículum de Alejandra me dice que, además de escritora, es Graduada en Acupuntura en Cenac, Barcelona, Diplomada en Naturopatía en la Universidad Abierta Interamericana de Buenos Aires, y cuenta con varios posgrados en China, donde también se matriculó como Profesora de Artes Marciales chinas (4to tuan), Kung Fu y Taichi chuan.
Instructora Internacional en Argentina (M.N 023), fue tres veces ganadora del Premio Jorge Newbery como “Mejor Deportista” en la categoría de Artes Marciales Chinas otorgado por el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Discípula del Maestro Doctor Lin Ching Sung (9tuan) y Presidente de la Federación de Kuoshu de Latinoamérica, es también Jueza Internacional de taichí chuan y Partícipe de numerosas competencias de Artes Marciales y copas mundiales en Taipei Taiwan, ganando varias medallas de oro representando a nuestro país.
Toda esta formación, logros y reconocimientos, le permiten hoy acompañar a muchísimas personas en su camino de bienestar, a través de diferentes herramientas que permiten desarrollar un cuerpo y una mente saludables: desde tratamientos de la Medicina tradicional China como Acupuntura, Moxibustión, Ventosas, Auriculoterapia y Dietoterapia energética, hasta Flores de Bach, Mindfulness, y el método Tai Kang (del cual es creadora), que combina técnicas orientales milenarias de las Artes marciales chinas como el Kung Fu, Tai Chi y Chi Kung.
La riqueza espiritual de Alejandra es un regalo para todos los que el Universo cruza en su camino, y es por eso que quisimos conocerla en primera persona para acercar esa posibilidad a todos nuestros lectores.
Alejandra, has recorrido un largo recorrido de disciplina. ¿Cómo empezaste en este camino de las Artes Marciales Chinas hasta llegar a ser la Mejor Deportista de Argentina?
Comencé a practicar cuando vine a vivir a Buenos Aires; me costó mucho la adaptación, dejar mi provincia natal, Mendoza, y venir a la gran ciudad. El desarraigo es duro para cualquier persona, comencé con problemas de insomnio y visité a mi Maestro, el doctor Lin chin Sung, quien me hizo conocer lo que era la medicina oriental a través de la acupuntura, y luego me invitó a compartir alguna de sus clases ya que él era experto en artes marciales, Kung Fu y Taichí. Probé ambas y me enamoré de estas disciplinas que me cambiaron la vida para mejor. En ese momento comencé a transitar otra etapa en mi vida.
¿Qué fue lo que cambió?
Salir del lugar de comodidad. Como siempre cuento, tener que mudarte del lugar de nacimiento es doloroso, es todo nuevo y no pertenece a tu historia, y ahí es donde realmente siento que mi profesor me enseñó a ejercitar el desapego. Hoy, las personas “hablan” de estos temas como de moda. Pero una cosa es opinar y otra es transitarlo. Agradezco ese dolor que me dio la posibilidad de atravesarlo y apoderarme de la conexión interna conmigo misma. El trabajo interno es lo único que es una constante en los buenos y los malos momentos de la vida. ¿En qué cambió? Hoy, intento vivir consciente en el presente, que no es fácil, pero es un ejercicio diario. Aprendí a no culpar a nadie y a ser responsable de mí misma.
¿Cómo llegaste a descubrir las herramientas que hoy forman parte de las experiencias que ofrecés?
Al inicio, lo hice a través de mi maestro que me enseñó todo lo que hoy sé. Luego empecé a especializarme yo sola en la Medicina Tradicional China estudiando en el exterior con los mejores referentes. Fueron clave las personas que estuvieron presentes en mi camino y las ganas de estar bien y sentirme bien conmigo misma. Hoy miro para atrás y la voluntad de siempre seguir, aprender y mejorar, fue el entusiasmo que es el motor para emprender tantas cosas como camino de vida.
¿Qué te enseñó la filosofía oriental a la cual adherís?
Me enseñó los conceptos que más atesoro, que son el aprovechar siempre el tiempo, el estar consiente, el practicar a diario y el vivir el presente. Son conceptos que parecen muy abstractos, pero tienen que ver con tener cuidado con lo que se dice y con lo que se piensa, intentar respetar a los demás como ejercicio diario. “La vida es como un rayo” (como decía mi Maestro); se va muy rápido como para desperdiciar el tiempo.
¿Qué impacto esperás que genere tu filosofía en las personas que llegan a vos? ¿Qué buscan o necesitan esas personas?
En realidad, no tengo expectativas, voy recibiendo en el día a día distintas consultas que generalmente intento estar bien en eje o, como digo, enraizada, para poder contestar de la mejor manera posible o darles una recomendación, desde un entrenamiento específico a una sesión de medicina oriental. O tan solo practicar “El arte del disfrute”, que parece algo superficial, pero ese nombre nace porque las personas necesitamos primero conectar con nuestro corazón, aprender a cuidarnos, ya que a veces no nos enseñan a elegir; desde el alimento que ingresa a nuestro cuerpo, hasta las emociones o sentimientos que nos habitan; el relacionarnos con personas en la misma o mejor sintonía, salir de la queja y dejar de culpar a los demás por cosas que nos suceden; permitirnos ser agradecidos con cosas simples en un día común; ponernos objetivos a corto plazo para reinventarnos. Son tantas las cosas hermosas, como el solo motivo de estar saludables. Las personas a veces lo que más necesitan es ser escuchadas. Y con simples tips se logran maravillas. A lo largo de todo este tiempo hay distintos testimonios; es agradable ver la transformación de esas personas que uno acompaña.
¿Qué sentís hoy al mirar el camino recorrido?
Más que nada, alegría y satisfacción, y saber que si me voy mañana, no tengo pendientes. Estoy agradecida a la vida, a los Maestros que me dieron herramientas, y orgullosa de poder compartirlas para un bienestar general de todas las personas.
En ese deseo de compartir, Alejandra escribió su libro. Estoy segura que desde el otro lado, muchos lectores quieren saber un poco más. Los invitamos el próximo mes a conocer más sobre el Arte del Disfrute. Mientras tanto, podés contactarte con Alejandra a través de sus redes:
Instagram: mariaalejandraolivaoficial
Facebook: alejandraoliva
Web: www.mariaalejandraoliva.com
Ubicación: Buenos Aires y Mendoza, Argentina