lunes 07 de julio del 2025

Sanar lo no dicho: cómo el cuerpo encuentra alivio a través del sonido

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Sanar lo no dicho: cómo el cuerpo encuentra alivio a través del sonido
Sanar lo no dicho: cómo el cuerpo encuentra alivio a través del sonido | CREDITO CARAS
CREDITO CARAS

Durante años, el abordaje del trauma estuvo centrado en la palabra. Pero hoy, desde la neurociencia y la psicología somática, sabemos que el trauma no reside en el recuerdo: vive en el cuerpo. Y es justamente allí donde el sonido puede abrir una nueva vía de sanación.

Cuando atravesamos experiencias que nos sobrepasan emocionalmente —una pérdida, una separación, una infancia sin sostén— nuestro sistema nervioso entra en un estado de alerta que puede permanecer activo por años, incluso décadas. Como explican expertos como Bessel van der Kolk o Peter Levine, no se trata solo de lo que ocurrió, sino de cómo lo vivió nuestro cuerpo. Lo no expresado queda alojado en la memoria celular, en la tensión muscular, en la respiración contenida.

Y es justamente ahí en donde el Sound Healing  aparece como un puente entre la ciencia y lo sutil, entre la ciencia y el mundo sensible. Al trabajar con frecuencias específicas, el sonido logra entrar en el sistema límbico —el núcleo emocional del cerebro— sin necesidad de palabras. Es una herramienta no verbal que puede regular, desbloquear y reorganizar lo que quedó fragmentado. Como siempre digo, allí donde no llegan las palabras, llega el sonido.

Estudios recientes han demostrado que ciertas frecuencias, como los 432 Hz o los 528 Hz, tienen un efecto directo sobre el sistema nervioso parasimpático, promoviendo estados de relajación profunda, liberación emocional y reparación celular. Al escucharlas, las ondas cerebrales descienden a niveles alfa o theta, facilitando un estado receptivo y reparador. Muchos de los consultantes que vienen a Espacio para el Ser, al finalizar la  sesión,  relatan haber llorado sin entender por qué, haber sentido alivio físico o sentir paz, calma sin entender el por qué.

El trauma se aloja en lo que no pudimos decir, en lo que el cuerpo no pudo liberar. Y el sonido, al no pasar por la mente racional, nos permite acceder a esa capa profunda sin esfuerzo, sin exigencia, sin reactivar el dolor. Solo vibrando.

Ahí, donde no llegan las palabras, llega el sonido y sus frecuencias.

Lic. María José Noguer

Psicologa- Terapia de Sonido y Frecuencias

IG  @majo.espacioparaelser

 

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