A punto de celebrar sus 17 años, los mellizos Marta y Felipe Fort confiesan sus primeros proyectos y sueños. Sus personalidades contrastan y entre ellos hay divertidos reproches de hermanos, pero si hay algo que comparten es transitar su adolescencia bajo el halo de popularidad que legaron de su padre, Ricardo Fort, el mediático empresario que deseaba ser famoso y amado y quien, pese a su inesperada partida, hace siete años, no deja generar admiración por su historia de vida.
Porque además de ser el millonario más excéntrico del país y de hacer del lujo y la pompa sus sellos, Ricardo también fue el primer argentino que decidió convertirse en padre en solitario y a través de la subrogación de vientre, el protagonista de su propio reality; el actor y cantante que invertía grandes sumas de dinero para montar ambiciosas producciones en tv y teatro, solo porque esos eran algunos de sus máximos deseos. También, una figura del showbizz sigue vigente en el imaginario popular y al que sus fans inclusive han bautizado como “Santo Patrono” y rinden culto en Internet.
“Estoy terminando de rendir materias, pasando a quinto año y decidiendo qué estudiar. Pensé en tres carreras: administración de empresas, economía empresarial y marketing. También voy por ese lado”, reconoce Felipe, a quien no le interesa mucho su viaje de egresados, pero sí tiene una lista de 11 objetivos por cumplir que lleva en su celular.
“Para mi cumpleaños quiero sacar la licencia para manejar. Es en lo único en lo que estoy pensando. Hace mucho que quiero manejar y me encantan los autos. Ya tomé clases durante octubre y noviembre e imagino que me va a ir bien en el examen”, afirma Marta. Además de tener un gran parecido físico con su padre –“Siempre me dicen que soy Ricardo en versión mujer”, admite– ella adora, al igual que Felipe, los autos de lujo, del mismo modo que lo hacía su padre, fanático y dueño de un Rolls Royce que los chicos conservan.
“Con Felipe tenemos la típica relación de hermanos: nos queremos, a veces nos odiamos y siempre tenemos nuestras peleas. Somos extrovertidos, aunque a mí me cuesta más abrirme. Y diferencias tenemos miles (ríe) A mí me gusta más salir y estar con amigas, mientras que él es más casero y prefiere charlar pero por streaming”, dice ella entre risas. “Es verdad, me cuesta, pero cuando salgo me gusta. Ayer, por ejemplo, fuimos al Alvear a cenar juntos. Marta es divertida y la paso bien con ella, pero lo que no me va es que no le gusten los abrazos”, asegura Felipe.
“Pero eso no es algo malo. Yo soy bastante fría igual, aunque depende con quien”, le responde Marta, cuyo temperamento ya de niña la convertía en la única que podía hacer callar a su papá. Los chicos no están de novios, cuentan, y pese a que algunos íntimos la acusan de lo contrario, Marta insiste que no le molestaría que su hermano se ponga de novio, aunque también se ríe como quien no quiere dar el brazo a torcer.
“Yo estoy en búsqueda de una novia, pero soy muy específico. De una chica me gusta que sea cariñosa, porque yo lo soy y mucho. Soy romántico, aunque no me enamoro tan fácil”, detalla Felipe. Él y su hermana siguen viviendo junto a Gustavo Martínez, el incondicional amigo que Ricardo eligió para padrino y tutor legal de sus hijos y quien lo ayudó con la crianza de Marta y Felipe desde que los mellizos nacieron prematuros en Los Ángeles. También los acompaña Marisa López, la exjugadora de hockey, amiga entrañable de Fort y por años niñera de los chicos, aunque de la época de su padre solo siguen César Carozza como abogado y Natalia Román, publicista de confianza de Ricardo y quien hoy representa a sus hijos.
“Una de mis maneras de decir ¨te quiero¨ es tenerte en cuenta a la hora de hacer algún programa. No me gusta el contacto físico, pero también están las palabras. Yo no soy fría con todos. De Felipe me gusta la forma que tiene para manejarse a su edad. No todos los chicos son como él”, admite Marta.
“No soy celosa, pero si una mina no le suma mucho se lo digo, lo hice varias veces” – “Y yo te hice caso”, reconoce Felipe– “Si veo que una chica que vale la pena y tiene buenas intenciones no tengo problema que esté de novio”, insiste su hermana. Y agrega: “No quiero estar en pareja porque de un día para el otro sé que puedo levantarme y decir ¨no va más¨ Nunca me enamoré.”
– ¿Les gustaría incursionar como artistas como lo hizo su padre?
Felipe: –Sí, a mí me gusta actuar. Tal vez podría ser en alguna serie. Me encanta la idea, aunque voy también por lo empresarial. Y también me gusta la fotografía, tengo mi cámara.
Marta: –Me dijeron que podría ser actriz. La idea me genera curiosidad y hasta fui unas cinco veces a tomar clases. Siempre dejé, pero creo que si llega el momento y una idea piola, la aceptaría. Hace dos años también tuve mi primer trabajo pago como modelo. No sabía muy bien qué hacer y me sigue costando posar, porque soy bastante tímida, aunque ahora ya me estoy soltando un poco más.
– ¿Qué otras cosas creen que comparten con la forma de pensar y vivir de Ricardo?
F: –El me dio mucho cariño y eso es algo que hoy tengo para dar a los demás. Con él aprendimos a dar amor.
M: –De papá heredé el ser bastante celosa de la gente que me rodea. Me gusta que estén todos para mí. También soy mucho de actuar primero y después recién pensar, como hacía papá. A veces soy muy impulsiva.
F: –Marta quiere la atención toda para ella. Y creo que a papá le pasaba eso porque él quería ser lo más importante para todos.
– ¿Creen que de su padre también heredaron el vivir sin rótulo ni prejuicios?
M: – Sí claro. Pero también pasaba que mi padre respecto a lo físico quería que fuera otro de sus maniquíes. Me quería moldear. A él le gustaba que estuviera rubia. Creo que si me viera ahora con este piercing (por el que Marta tiene en el septum) no le gustaría nada.
– ¿Qué momentos son los que recuerdan junto a su papá?
M: – Una vez nos pusimos de acuerdo con Felipe y nos escondimos en un local de GAP, en Miami. Y papá pidió cerrar el lugar para que todos empiecen a buscarnos. Nosotros lo escuchábamos a los gritos mientras nos reíamos hasta que a alguien se le ocurrió revisar los probadores, donde nos encontraron. Creo que no llegábamos a tener tres años. En esa época éramos medio como Chucky, el muñeco maldito. En casa seguía siendo artista. Se ponía a tocar el piano en calzones.
F: –También podía estar comiendo y empezar a cantar, como a los gritos. Papá no fue estricto, tal vez cuando se enojaba. Una vez le dejamos unas serpientes de juguete en el pasillo y nos fuimos a dormir. Y cuando llegó las vio y pegó un grito, pensó que eran reales (se ríen con Marta),
– ¿Cómo lo definirían a Ricardo como padre?
F: –Fue un padre divertido y protector.
M: –Divertido y protector y también una novela todos los días.
– ¿Cómo viven la llegada de la serie documental sobre su vida? (Marta y Felipe cedieron los derechos y el proyecto se llamará “El Comandante”)
M: – Me pareció una linda idea y un buen homenaje a mi papá.
– ¿Si hicieran una película sobre su padre se animarían a actuar?
M: –Sí, aunque creo que no actuaríamos de sus hijos, ya que estamos un poco grandes.
F: – Yo haría de mi papá, pero en su versión joven. Porque él era mucho más flaco en ese momento y lucía distinto.
– ¿Por qué creen que el público sigue manifestando tanto cariño por él?
M: – Lo que tenía distinto mi papá es que si bien tenía plata y la mostraba, también tenía su parte humilde y sensible, como que todo no era tan así. Creo que la gente apreciaba eso; como también el hecho de que hiciera acciones buenas y ayudara a otros. Tengo compañeros que me dicen que le rezan a “San Ricardo” antes de rendir.
F: – Papá era muy original y se hacía querer. Además era muy carismático.
M: – Sí, él era de otro mundo y había mucho sentimiento en lo que hacía. Creo que no hay muchos que hoy puedan ser como Ricardo Fort. Creo que él llegaba de otras maneras.
– También eligió su forma de ser padre, a través de un vientre subrogado. ¿Qué piensan de la manera en que nacieron?
M: – Papá cumplió su sueño. Él nos quería solo para él y por eso lo eligió de esa manera.
– ¿Nunca tuvieron la inquietud de conocer a la donante de óvulos o la mujer que los gestó?
M: –No, yo jamás. Considero que padre y madre son quienes te guían. No me importan. Mi papá es Ricardo Fort y después tengo a Gustavo y a Marisa que nos cuidan. Otra persona no me interesa. No hace falta la genética para ser familia.
F: –Había una foto de la donante de los óvulos, pero hasta ahora no quise verla.
– ¿Y tendrían un hijo por subrogación como lo hizo su padre?
F: –Mi meta es formar una familia y me gustaría ser padre a los 30 y tener un varón. Trataría de tenerlo con una mujer, con mi esposa, pero si no encuentro a alguien y pasa el tiempo y sigo esperando hasta los 40 creo que sí, lo haría. Y después busco una novia.
M: –No lo tendría por subrogación porque soy mujer, pero sí me gustaría que lleve mi apellido. No sé qué es lo que va a pasar, porque si bien quiero formar una familia es un plan muy a futuro. Pero tal vez si el tiempo pasa y nadie me interesa, tampoco hay alguien que me interese ahora, sí podría tenerlo de esa forma. No me parece mal. Lo tengo muy naturalizado.
– ¿Cómo fue crecer junto con Gustavo y Marisa?
M: –No hay algo que ellos no se hayan enterado de mí. O sea, desde chica me enseñaron a confiar mucho en ellos y a decirles todo. No hay secretos. Rescato eso, porque de muchas de mis amigas sus padres no saben casi nada. Tenemos buena comunicación y siempre están cuando los necesito y son muy atentos conmigo. Estamos en buenas manos.
– Marta: alguna vez dijiste que podrías irte a vivir a Miami, la ciudad que amaba tu papá ¿Seguís pensando así?
M: –No me iría a vivir, porque allá la gente es muy cerrada. Acá en cambio son mucho más simpáticos, es diferente. Además, mi familia y mis amigos están acá. Seguramente haga lo mismo que papá; irme y volver cuando me aburra.
F: –Yo tengo todo planeado: quiero irme a vivir allá y cada tantos meses venir a visitar. Pienso hacer mi vida allá. También quiero comprarme una casa e irme a vivir solo. Esa es otra de mis metas.
M: -Creo que vas a terminar haciendo lo mismo que yo. Porque pensaba igual que vos y cambié…
Prod Sol Miranda