El 2020 fue un año difícil para los artistas, poco a poco se van retomando las actividades, pero aun así tomó la decisión de viajar al exterior en unos meses. Fernando Bertona fue uno de los pioneros del gran show, pasó por instancias muy difíciles antes de ingresar a la pantalla chica y sigue apostando a proyectos nuevos.
El danzante de 38 años de edad quien participó por largos años en televisión y teatro dialogó con CARAS y se refirió a las adversidades que tuvo que afrontar con su profesión: decidir si ser jugador de futbol o seguir con la danza.
- ¿Hace cuánto haces danza? ¿Pensabas desde chico hacerlo?
-Desde los 4 años que bailo, arranque en mi pueblo bailando Folklore. No tenía idea de que iba a durar, no pensé que iba a bailar tanto. Se me cruzó muchas veces dejarlo, quizás, porque estaba mucho tiempo haciendo lo mismo, pero en realidad lo que tenía que hacer es cambiar, hacer otra cosa diferente a lo que venía haciendo habitualmente. Después entendí que si me canso de hacer lo mismo tengo que cambiar. Necesito cosas nuevas para motivarme.
- ¿Qué hubieses sido si no serías bailarín?
-Hubiese sido jugador de futbol. Arranque a los 7 años a jugar en Santa Fe, me gustaban las dos cosas, pero en realidad seguí bailando porque en el ballet había chicas y me llamaba mucho la atención. De más grande por bailar, se me acercaban las mujeres, tenía esa facilidad para conquistar desde el baile. Jugando al futbol no me pasaba eso, era jugar al futbol y nada más.
- ¿Cómo llegaste a Showmatch? ¿Te tenías fe?
-En 2011 fui a un casting masivo en Ideas del Sur, cuando llegué había gente doblando la esquina y pensé: “Yo no puedo hacer esa cola gigante, tengo que hacer la típica viveza argentina”. Me acerque un poco más al inicio de la fila y me encuentro con un amigo que bailaba folklore, que estaba a 20 personas de ingresar, empezamos hablar y me dice que me quede con él. Entré en la segunda tanda, de ahí fueron cinco días de casting, pasé la primera y me dijeron que cualquier cosa me llamaban. Es como cuando te dicen “deja tu curriculum vitae que te llamamos”, me llaman para la segunda, tercera, cuarta y quinta en la cual quedamos cinco hombres y doce mujeres, de los cuales de las doce mujeres yo baile con siete, pase con tres seguidas. Estaba dejando todo, como diciendo no me importa nada, no me sentía cansado estaba toda mi energía ahí. Hasta que un día me suena el teléfono, yo estaba en un ciber escribiéndole a mi madre y justo me llaman. Tenía un Motorola chiquito con tapita que ni siquiera tenía pantalla, no estoy diciendo que soy viejo eh (entre risas), se prendía una luz roja cuando te llamaban, cuando lo veo pensé en Showmatch, lo abro y era Lolo la jefa de coach y me dice “Soy Lolo de Showmatch, vas arrancar a bailar, vas a estar con Larissa Riquelme, vas a cobrar esto, todo me tiró” y me pregunta ¿Cómo te sentís? A lo que le respondo: “Menos mal que estoy sentado si no me caigo ya”. Así que ahí arranqué. Yo dejé todo, después de lo que ahí yo tenía nada que ver. Si me llamaban estaba feliz y si no pasaba estaba todo bien porque sé que di más de lo que podía. En la carrera del artista, en todos los ámbitos puede pasar de todo, podes poner la mejor cara, pero el que está del otro lado es el que decide, podes quedar o no.
- ¿Cómo ves La Academia de Showmatch? ¿Te gustaría estar ahí?
-Hoy no, me encanta lo que hacen, está buenísimo tener un cambio después de tanto tiempo, pero mi cabeza está en otro lado, mi cabeza está pensando en que me voy. Mira, quizás esta nota seria en México, pero como la aerolínea con la que viajaba suspendió los vuelos todavía no pude viajar. Me voy a vivir a México.
-Ya que nos tiraste la noticia de que te vas a México… ¿Te quedó algo pendiente por hacer en Argentina?
-No, en realidad estar bailando en Showmatch es como jugar en el Barcelona, es como jugar en la selección y después ya no te queda más nada. Recorrí todo el país dando clases, disfrutando. Si sabes que estas en el programa número uno y sabes trabajar, podes dar clases en cualquier lugar. Desde el 2010 que estoy en Buenos Aires y nunca paré de trabajar, si sabes aprovechar la pantalla y lo que haces estas tranquilo. Ya desde el último programa, que fue en 2019, si no me hubiesen llamado para mi hubiese sido el último porque como te decía anteriormente, ya no me motiva. Mi meta es irme a México y arrancar. Muchos me dicen que arranco desde cero, pero no, en la vida siempre estas así, arrancando desde cero. Es obvio que uno tiene proyectos, pero hoy lamentablemente en Argentina está todo muy inestable y uno busca estabilidad. Si el día de mañana soy millonario voy a estar feliz, pero si tengo que trabajar 12 horas todos los días no me molesta, disfruto trabajar. Ir a México me parece un lugar nuevo, conocer y emprender mis cosas, un comienzo nuevo. Yo soy de Santa Fe, de un pueblito llamado Monte Vera, de ahí fui a Carlos Paz donde viví 4 años sin nada luego fui a Buenos Aires, también sin nada, y ahí es a donde me quedé 11 años y tuve todo lo que yo quise. Irme a otro lado, con otra cultura, empezar a conocer como un nene nuevo que está naciendo me parece súper motivador. No me quedo con lo poco que conozco. Lo más lindo de la vida es conocer y disfrutar, vinimos al mundo a conocer no a quedarnos en un solo lugar. Es tan grande el mundo, si me pongo a pensar conozco casi toda la Argentina por suerte, pero después no conozco más nada. La vida es para aprender y conocer, no vinimos a otra cosa.
- ¿Qué les dirías a los bailarines que recién están empezando?
-Primero que se cuiden, porque las lesiones después son bravas para la vida de bailarín. Si tenes un dolorcito o algo tenes que hacerte ver, porque si está mal curado, después vas a renegar por eso toda la vida. yo me lastimé la rodilla a los 13 años y hoy tengo 38, gracias a Dios, tengo unos buenos cuádriceps que me mantuvieron, pero siempre tuve el problema de mi rodilla izquierda. Si hay algo que no sale, no vuelvan a intentarlo, prueben otra cosa, que hay dos millones de métodos. Y cuidar a su pareja, a la persona que está al lado, con trucos o con lo que sea, por decir. Si está solo bailando, que la rompa y que vaya hasta donde puede, hasta el límite para no lastimarse. Y que disfrute, disfrute, que bailar es una expresión hermosa.
Por Brenda Mambrin