martes 15 de julio del 2025
REALEZA Hoy 07:14

El compromiso ambiental de Pierre Casiraghi: del Mediterráneo al Atlántico en velero

El hijo de Carolina de Mónaco protagonizó una travesía que refleja mucho más que una simple aventura náutica.

Pierre Casiraghi
Pierre Casiraghi | REDES

Pierre Casiraghi no es un príncipe tradicional. Alejado de la vida de palacio, el hijo de Carolina de Mónaco ha forjado una identidad propia ligada al mar, la navegación y la protección del medio ambiente. Su compromiso quedó en evidencia en 2019, cuando se embarcó en una travesía transatlántica sin emisiones junto a la activista sueca Greta Thunberg, su padre y un documentalista.

Durante 14 días y más de 3.500 millas náuticas, Pierre y su amigo y cocapitán Boris Herrmann navegaron desde Plymouth, en Inglaterra, hasta Nueva York a bordo del Malizia II, un velero de alta competición impulsado únicamente por energía solar e hidroturbinas. El viaje, además de ser una muestra concreta de movilidad sostenible, fue una experiencia intensa, sin comodidades ni cabinas, en la que convivieron en un espacio reducido y desafiante, enfrentando tormentas y vientos de hasta 30 nudos.

Pierre Casiraghi

Pierre Casiraghi en su faceta de activista ambiental: del Mediterráneo al Atlántico en velero

"Greta necesitaba una embarcación sostenible, y yo tenía una. Eso es todo", dijo Casiraghi con naturalidad. Sin embargo, su gesto no fue casual: el Team Malizia, del que es fundador, no se dedica solamente a competir, sino que impulsa la investigación científica y la educación ambiental. A bordo del velero viaja un pequeño laboratorio marino y colaboran regularmente con científicos y escuelas para fomentar el cuidado de los océanos.

Su conexión con el mar tiene también raíces familiares. Su padre, Stefano Casiraghi, falleció en un accidente náutico cuando Pierre tenía solo tres años. Más atrás en el tiempo, figuran los fundadores de la Casa Grimaldi: dos marinos genoveses que tomaron por sorpresa el castillo de Mónaco en 1297 disfrazados de frailes. El apodo de uno de ellos, “La Malizia” (el taimado), dio nombre al barco que hoy simboliza el compromiso ecológico del príncipe.

La llegada del velero a Nueva York fue celebrada por una flotilla de Naciones Unidas, con barcos que representaban los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para Pierre Casiraghi se trató simplemente de una manera más coherente de estar en el mundo. “No hay que hacer ruido por esto”, conluyó firme el príncipe. 

 

F.A