Gabriella de Mónaco comienza a dar sus primeros pasos en la vida institucional del principado, y lo hizo con un rol protagónico: participando de un evento histórico y muy simbólico para su familia. La pequeña royal fue la figura central en una jornada marcada por la emoción y el peso de la tradición. En este encuentro, la niña representó a la corona monegasca y recibió un reconocimiento que lleva su nombre.
La familia Grimaldi se encuentra cumpliendo una agenda intensa antes del receso veraniego. A las exposiciones, cenas de gala y actos culturales se sumó esta ceremonia particular en la ciudad francesa de Vic-sur-Cère, donde Gabriella, junto a sus padres y su hermano Jacques, acaparó todas las miradas en uno de sus primeros compromisos oficiales.
Se inauguró un lugar con el nombre de la princesa Gabriella de Mónaco
El motivo del acto fue la inauguración de la Plaza Princesa Gabriella, un espacio público rebautizado en honor a la hija de los príncipes de Mónaco. Acompañada por su familia, Gabriella fue la encargada de descubrir la placa conmemorativa y, además, recibió simbólicamente las llaves de la ciudad. Se trata de un gesto con gran carga histórica, ya que Vic-sur-Cère mantiene lazos estrechos con la casa Grimaldi desde el siglo XVII, cuando Luis XIII la declaró sede señorial del príncipe Honoré II de Mónaco. Desde entonces, el título de conde de Carladès se transmite dentro de la familia, y hoy lo tiene la princesa Gabriella.
Vestida con un alegre diseño floral de Dolce & Gabbana y sandalias de Christian Dior, Gabriella deslumbró en este evento que se destacó por sus raíces históricas, protocolo y moda. Charlène optó por un vestido plisado de Zimmermann; Jacques, por un look informal de Brunello Cucinelli; y Alberto II, fiel a su estilo, lució un traje azul marino con gorra blanca para el intenso sol del verano francés.
Además del corte de cinta y el descubrimiento de la placa, la princesa Gabriella de Mónaco pronunció unas breves palabras ante el público e inauguró otros espacios de la ciudad. La jornada concluyó con una fotografía tomada bajo el mismo árbol donde, más de un siglo atrás, su bisabuela —la princesa Carlota— fue retratada durante una excursión veraniega. Con este acto, Gabriella recibió un tributo público en su tierra y quedó simbólicamente integrada en la historia viva de los Grimaldi.
F.A
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