La infanta Sofía, segunda en la línea de sucesión al trono e hija menor de los reyes Felipe VI y Letizia, se encuentra atravesando una etapa crucial de su vida: la transición hacia la adultez y el comienzo de una vida pública más activa.
Sofía, que inició su etapa académica en el extranjero al igual que lo hizo la princesa Leonor, fue preparada desde pequeña para entender su rol dentro de la familia real. Aunque, por ahora, sus obligaciones son escasas y se centran en actos puntuales, en el futuro la infanta tendrá un papel ligado a sus compromisos como representante de la Corona.
Educación para servir, no para reinar
A diferencia de su hermana, Sofía no tiene sobre sus hombros el peso de convertirse algún día en jefa de Estado. Sin embargo, esto no implica que su vida esté libre de obligaciones. Desde su infancia fue educada bajo los valores de la Corona, recibiendo formación en protocolo, instituciones del Estado y diplomacia cultural.
En una España donde el debate sobre la vigencia de la monarquía sigue vigente, el rol de la infanta como figura de apoyo a la futura Reina resulta más necesario que nunca. Sus actuales apariciones públicas están cuidadosamente calculadas. Participó, por ejemplo, en la histórica jura de la Constitución por parte de Leonor en el Congreso de los Diputados, y también auspició un evento fotográfico en solitario.
Una vez alcance la mayoría de edad, se espera que la infanta Sofía asuma funciones más activas dentro de la agenda institucional y todo indica que sus tareas estarán enfocadas en áreas como el medio ambiente, los derechos humanos y la cooperación internacional.
Ser parte de la familia real implica vivir bajo la lupa. La infanta Sofía no es ajena a esta realidad. El mayor reto para ella no será cumplir con la agenda institucional, sino preservar su vida privada y construir una identidad propia sin que eso se perciba como una desviación del “deber real”.
De esta manera, la infanta Sofía no es solo “la hermana de Leonor”. Es una pieza clave en la arquitectura moderna de la monarquía española. Su papel, aunque menos visible, es esencial para sostener los deberes de la institución.
El tiempo dirá cuál será el camino exacto que tomará Sofía de Borbón, pero la realidad es que su vínculo con la Corona deberá permanecer intacto por el bien de su hermana mayor y su futuro reinado.
VO

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