sábado 20 de abril del 2024
ACTUALIDAD 01-06-2016 18:26

Oyarbide: "Estoy analizando tener un hijo"

El ex Juez Federal sorprendió con el anuncio de una posible paternidad. Galería de fotosGalería de fotos

Norberto Oyarbide se emociona. Ante la pregunta de Revista CARAS acerca de la paternidad, el ex Juez Federal suelta unas lágrimas y cuenta un sueño, hasta ahora nunca antes revelado. El proyecto de ser padre es una posibilidad latente, a través de la donación de esperma con Daniela, la mujer que estuvo a un paso de llevarlo al altar.

Relajado en el restó "El Mirasol Campo & Mar", Oyarbide confiesa: "Antes de conocer a Claudio (su pareja hace ocho años) salí con varias chicas e incluso con una de ellas estuve a punto de casarme. Esta chica absolutamente bellísima —qué pena que no tengo mi portafolio para enseñarte una fotografía suya— se llama Daniela. La adoro con toda mi vida y ella también. Pues aquel casamiento estaba conjugado, con departamento obsequiado por sus padres, fecha de bodas, invitados, salón. En aquel momento era secretario, debe haber sido en 1984. Tuvimos una relación bastante extensa aunque se fue deteriorando y, cuando vi que venía el cierre final de campaña, no tuve los cojones suficientes para llevar adelante semejante responsabilidad. Sabiendo todo lo que iba a causarle, preferí serle sincero y le expliqué con todas las letras por qué motivo no me casaba con ella... Todo esto genero una tempestad, un tsunami espantoso, que no tenía manera de poder encontrarle un cauce, una solución, un orden. Hasta que un día, muchos años después —yo ya era juez y estaba en Comodoro Py—, mi secretaria privada, Anita, me dijo `doctor, hay un llamado registrado en el teléfono de una señora que dice ser Daniela, cuya hija sufrió un accidente y está en estado de coma, y a la única persona que nombra es a usted’. Yo me trasladé de inmediato al sanatorio y Dios no sólo salvó a su hija, sino que produjo el milagro que yo pudiera volver a encontrar la paz no sólo con Daniela sino con su madre y toda su familia. Entonces, meses después del fallecimiento de mi madre, en octubre de 2007, sentí la necesidad de compartir el almuerzo de Navidad con Daniela y su mamá. Fue muy significativo y marcó mi vida de una manera muy especial, porque en ese momento, Daniela habló como nunca lo había hecho y, aparte de confesarme un afecto indestructible hacia mi persona, me dijo: `Norberto, yo no quiero que mi cuerpo se pudra en la tierra, no me interesa el dinero, no voy a pedir que te cases conmigo, solamente necesito tu semen porque quiero tener un hijo tuyo. (Se quiebra) Creo que nos merecemos tener un hijo...” (Llora). Y lo estamos analizando... hagamos un brindis..."

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