sábado 04 de mayo del 2024
ACTUALIDAD 06-03-2021 18:55

Corinne Ricard, la verdadera "Madame Polo" y forjadora del imperio de bebidas Pernod Ricard

La mujer y empresaria, por primera vez, se confiesa con CARAS en una fabulosa producción. Galería de fotosGalería de fotos

Es una de las mujeres más poderosas de Francia, pero lejos está de hacerlo notar. Nacida y criada en Versailles, Corinne Guillaume se pasó horas de su juventud en los jardines del imponente chateau repasando sus estudios para los exámenes. Su madre le transmitió el amor por los caballos, a los siete años empezó a montar y rápidamente abrazó a la equitación y al salto ecuestre como sus disciplinas preferidas. Recuerda que supo tener a la mejor yegua del mundo para saltar, “una tordilla líndísima llamada Fidelité”, pero a partir de su casamiento con Patrick Ricard, en ese entonces CEO de la multinacional Pernod Ricard, pasó a ser madame Corinne Ricard. Fue el comienzo de una nueva y apasionante vida como compañera inseparable de un hombre que impulsó a su empresa a ser una de las gigantes de las bebidas alcohólicas en el mundo: “Me casé y tuve hijos. Saltar y hacer equitación no era compatible con mi trabajo”, explica.

   Así transcurrieron los años hasta que un día −con sus hijos Lorraine (41) y PaulCharles (37) ya crecidos− un amigo le preguntó si no le gustaba el polo. Le dijo que no lo conocía, porque si bien tenía sus caballos en Bagatelle, sólo iba los días de semana cuando no había actividad. Finalmente fue a ver un partido y su primer impresión no la convenció del todo: “La verdad me parecía un poco raro, en la equitación cuidamos a los caballos de una manera totalmente diferente. Sí me gustó el hecho de jugar en equipo, el salto es una disciplina individual y con la edad es difícil responder físicamente a las exigencias del caballo. En el polo tenés a tres jugadores atrás que te permiten seguir jugando”, analizó. Así comenzó a jugar en Paris y hace quince años viajó por primera vez a la Argentina, algo que consideró “indispensable” si se iba a a dedicar a su nuevo pasatiempo: “La Argentina es el país del polo, no hay otro lugar en el mundo igual. Adoro tanto el ambiente como a su gente”, aseguró.

   Vestida con diseños de Lanvin y de su marca favorita para el prêt-à-porter, Hermès, Corinne recibió a CARAS en Murus Sanctus, el campo en el Gran Buenos Aires  que le recomendó comprar el recordado Rubén Sola hace cinco años. “Lo reformulamos totalmente, el lugar era un potrero, hicimos las caballerizas nuevas y todo está acondicionado para cuidar a los caballos de manera perfecta. Estos caballos son como Fórmula Uno, hiper competitivos, y requieren de canchas impecables, una pista de vareo excelente y ahora vamos a construiur una pileta para los más viejitos. Esta zona es un placer, me dijeron que hay unas 250 canchas”, alude sobre su club y refugio en Buenos Aires. Dice que el nombre de Murus Sanctus no se lo puso así porque sí, sino que era el nombre de una quinta privada a la que la invitaban a jugar en Francia. Y la sedujo por todo lo que representa: “Es una plabara latina que transmite mucha energía y fuerza. Siempre me gustó lo simbólico, los romanos antes de construir se fijaban que el lugar tenga mucha energía”.

   Con ese nombre más las iniciales de Rubén Sola (RS Murus Sanctus), la patrona francesa compitió por primera vez con equipo propio en la Triple Corona argentina. Y el cuarteto, que lleva los “colores bleu, blanc, rouge de Francia”, y en cuyo escudo luce una rosa roja “que simboliza el amor y la pasión”, cumplió y hasta superó las expectativas. Porque además de disputar una final (la de Hurlingham) y de quedar fuera de la finalísima de Palermo por diferencia de goles, tuvo el atrevimiento de ganarle dos veces a La Dolfina: una en Hurlingham y la más resonante en Palermo, donde le quebró a los “cuatro fantásticos” un invicto de 34 partidos en el Abierto Argentino: “Ganarle dos veces a un equipo que viene ganando ocho años seguidos el Open fue un orgullo. Fue un año raro, y nosotros tuvimos la suerte y la oportunidad de ganarles. Lo de Palermo fue histórico, me sentí muy feliz ese día. Tené en cuenta que es el primer año de un equipo nuevo y sin la organización de tanto tiempo que tienen Cambiaso (Adolfo) o Ellerstina”. Para subir la apuesta en el 2021, la organización acaba de anunciar la incorporación de Juan Martín Nero (39) y Pablo Mac           Donough (39), dos diez de handicap que decidieron dejar La Dolfina para sumarse a una formación de 39 goles que compartirán con Guillermo  “SapoCaset (35) y Facundo Sola (31). Retirada desde que falleció su marido, hace ocho años, de la faz empresarial, evoca que trabajó al lado de él “toda una vida”. Dice que ahora el presidente del grupo es el sobrino de Patrick, Alexandre Ricard (48), y que su heredero varón, Paul-Charles, si trabaja en la compañía. “Viajábamos muchísimo, yo estaba arriba de una fundación de arte. Pernod Ricard fue la empresa de toda mi vida, crecimos mucho y siempre voy a estar muy cerca, pero me retiré de todo. Ahora sólo le dedico mi tiempo al polo y a mi campo argentino, a las caballerizas y a las crías”. Afirma que Gonzalo Pieres (65) “es el mejor criador de caballos del mundo”, precisa que cuando llegó a la Argentina su primer contacto con el polo fue la familia Heguy, y jamás se olvidará de esa tarde en Francia cuando, gracias a un desfribilador que mandó a comprar, se le salvó la vida a Carlos Sola (47), el tío de Facundo. Señala a Patricia della Giovampaola, a quien conoció de la vida social parisiense, como su mejor amiga en nuestro país, y revela que dos de sus cinco nietos, Violette y Jacqueline, ya son “fanáticas de los caballos”. Su perfume favorito es “Diorissimo”, actualmente reside en Londres, y como toda distinguida mujer francesa, ama el mundo de la moda: “Hubo varias marcas que me gustaron, como Emanuel Ungaro y        Givenchy, pero para mí el gran maestro de la moda fue Yves Saint Laurent. Y cuando dejó de diseñar, conocí al segundo gran maestro, Jean-Paul Gaultier (68). A los dos, más que diseñadores, los considero grandes artistas. De los nuevos me gusta la uruguaya Gabriela Hearst (44), que logra combinar muy bién lo clásico con lo moderno. Sabe hacer lucir muy bien a la persona, y eso la diferencia”, confesó.

 

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