Jamás le tembló el pulso y menos ahora. Lejos de cruzarse de brazos esperando a que la tormenta pase, Natalia Denegri puso en acción su ala solidaria para dar una mano a quienes más lo necesitan.
Y desde Miami, post viaje a Nueva York y Washington DC donde fue invitada a participar de las conferencias semanales con la Casa Blanca para hablar del impacto de la pandemia, la conductora, productora y actriz voló rumbo al norte de Estados Unidos donde además de extender su compromiso con la Fundación Hassenfeld, de la cual es vocera, improvisó unas mini-vacaciones con su hija Nicole (6).
“Con todo lo que está pasando en el mundo la verdad que no teníamos pensado viajar. ¡Los últimos 3 meses habíamos vuelto al aislamiento total en casa y todo! Pero desde la Fundación Hassenfeld (Hasbro Toys) me insistieron para que participara de la reunión anual. Que esta vez se haría al aire libre y con todas las medidas de seguridad. Dudé muchísimo y aún cuando saqué los pasajes, estuve a punto de cancelar. Dar el primer paso no fue fácil pero la verdad que estoy contenta de haberlo hecho. Viajamos por Delta Airlines y nos súper cuidaron. Nos tomaron la temperatura, pidieron los test negativos para que no tengamos que cumplir cuarentena y nosotras llevamos máscara, face shield y cubre-asientos”, repasa la ganadora de 13 premios Emmy y Personalidad latina Destacada de los Medios y el Area Empresarial en los Estados Unidos cuyas dudas se diluyeron al llegar a destino.
“Tanto en la ciudad de Boston como en New Hampshire, donde nos fuimos después que queda a tres horas para el norte en auto, todo el mundo cumple el distanciamiento social, usa máscaras, hay alcohol en gel y sanitizantes por todos lados. Hay mucho respeto por la salud y seguridad del otro. En el hotel no vimos nunca a nadie sin el barbijo. Nada que ver con lo que pasa en otras ciudades y casi no tienen casos”.
Si bien tantos meses en casa reforzaron los lazos familiares “aunque no digo que todo fue color de rosas”, el primer viaje solo entre chicas era una deuda que Denegri y Nicole pudieron saldar. “El encierro nos provocó un desgaste emocional y lo necesitábamos las dos para reconectarnos y reforzar nuestro vínculo. Esto de estar solas y lejos del hogar nos permite centrar la atención en la otra, percibir cosas que por ahí en casa no nos dábamos cuenta, aprovechar a jugar más. ¡No tenemos otra obligación más que disfrutar! Estos días en la naturaleza, también de descanso mental, sirvieron para recargar energías, compartir experiencias nuevas, ver juntas el amanecer y reírnos sin parar. Disfrutar plenamente la una de la otra. ¡Y hasta grabamos mi programa “Corazones Guerreros” juntas!” Ella tiene 6 años apenas cumplidos pero somos muy compinches y hablamos mucho”, cuenta sorprendida ante el crecimiento de su primogénita a la que define como un ser sensible y muy inteligente que aparenta más edad de la que tiene.
Atraídas por los encantos de la madre naturaleza, la dupla no hizo más que atesorar cada instante del divertido roadtrip por Boston y alrededores para convertirlo en anécdota. “¡Hicimos de todo! Pero principalmente aprovechamos las actividades al aire libre con paisajes increíbles y un clima muy lindo, no tan húmedo como Miami. Nos tirábamos en el pasto a mirar el cielo y Nicole observaba las estrellas. En un momento de silencio absoluto me dijo que iba a pedir un deseo al cielo. “Quiero que se vaya el Coronavirus de una vez por todas”, dijo en voz alta. Yo me emocioné tanto que no pude evitar las lágrimas y luego la abracé fuerte”, revive sin olvidar las tardes de trekking con paseos al río, fogatas nocturnas y divertidas cabalgatas.
“Toda la vida amé los caballos, de hecho conduje el programa “Solo Polo” en 2005, y esa pasión se la transmití a Nicole, que había empezado clases de equitación antes de la pandemia. Al organizar el viaje me enteré que había establos en donde nos hospedábamos, con todos los cuidados, y la llevé de sorpresa. Es una de las cosas que más extrañaba. También asamos malvaviscos por las noches, una tradición muy americana. ¡La estamos pasando tan bien! Necesitábamos este viaje de mujercitas donde pudimos sentirnos libres, relajadas y más conectadas que nunca.”.
Sin mirar al costado, la pandemia cambió sus planes pero no su compromiso. “De hecho lo redobló, porque hoy la gente nos necesita más que nunca”, argumenta la empresaria gastronómica que junto con la Fundación Hassenfeld Family y Hasbro Toys, proyecto Guajira y su programa solidario de TV, colaboraron con comunidades vulnerables de Colombia, Venezuela y Argentina para proveerles comida, agua, medicinas y juguetes a tantos niños como familias.
“Además en el comienzo de la cuarentena apoyamos a artesanos encargándoles mascarillas para los enfermeros y enfermeras del sur de la Florida en momentos en los que estaban en falta. Organizamos misiones solidarias y terminamos de construir la primera escuela para las comunidades Wayuú en La Guajira, con electricidad y áreas de esparcimiento para que los chicos tengan donde jugar. Tampoco paré de trabajar con mi productora “Trinitus Productions”.
Lanzamos en tv nacional el documental sobre el caso argentino de Leandro Denegri y la lucha de su mamá, María, por justicia para víctimas de la delincuencia y otros documentales sobre problemáticas mundiales como el Coronavirus, los incendios en Australia y el cambio climático. También estamos en post producción de la segunda parte de Venezuela The Truth, Refugiados en Siria, y en pre-producción de otros dos en Europa y una película con actores de Hollywood. Con todas las precauciones para cuidar a nuestros equipos pero sin parar porque esto es lo que nos apasiona”, enumera la periodista y corresponsal cuya vocación solidaria, traducida en acciones alrededor del mundo, extiende naturalmente a su heredera.
“Nicole heredó esa sensibilidad de ayudar al otro. En el viaje ya me dijo que quiere llegar a casa para donar sus juguetes a los niños que más lo necesitan”, culmina orgullosa.