El recuerdo de la conflictiva relación que tuvo José María Muscari con su padre
José María Muscari abre su corazón sobre la complicada relación con su padre y cuenta cómo logró reconciliarse con él
El pasado viernes, José María Muscari visitó el living de +Caras, el programa conducido por Héctor Maugeri en las noches de Caras TV y Net TV. Durante la entrevista, el dramaturgo compartió detalles de su historia familiar: desde su infancia, el momento en que les contó a sus padres que era gay hasta la difícil relación con su padre y la increíble anécdota de su “romance” con Mónica Ayos.
José María Muscari se crió en un hogar de valores tradicionales y de clase media baja. Su padre, José Muscari, era verdulero y su madre, Ana María Rossetti, limpiaba casas. Cuando nació, sus padres ya eran mayores; su padre tenía 50 años y pasaba mucho tiempo trabajando en su verdulería y carnicería en los barrios de Devoto y luego en Flores, donde vivieron.
A pesar de recibir el amor y acompañamiento de sus padres, Muscari no desarrolló una conexión fuerte con ellos de inmediato. Este “enamoramiento” surgió más tarde, durante su adolescencia e incipiente adultez. La relación con su padre, en particular, fue complicada y la vivió como un “suplicio”.
“Mi papá siempre fue obeso y caminaba con bastón”, comenzó a describir Muscari cuando Maugeri le preguntó por él. Aunque admitió que José era “una persona extraordinaria, muy buena”, cuando su padre lo llevaba a la escuela, Muscari recibía bullying de sus compañeros. “Me decían ‘Ahí viene el rengo, el viejo, Papá Noel, el lisiado’”, reveló.
En ese momento, no existía el concepto del bullying y Muscari no se animaba a expresar lo que le pasaba. Esto lo llevó a sentir una angustia interna y a distanciarse socialmente de su padre. “Me hacía odiarlo internamente y hacía todo para que él estuviera lejos de mí. Era un suplicio todo con él, cuando realmente era un tipo amoroso”, reflexiona el destacado director teatral en el living de +Caras.
A pesar de todo, su padre daba la vida por él, siendo un hijo único y buscado, según contó José María. Con el tiempo, Muscari se dio cuenta de que su problema no era su padre en sí, sino el bullying que recibía por parte de sus compañeros del colegio. “Cuando estaba en mi casa tenía un buen vínculo con él, pero nunca tuve la cercanía emocional que tenía con mi mamá”, analizó Muscari.
Su percepción hacia su padre cambió de grande, cuando Muscari se mudó solo y pudo reflexionar la situación a la distancia, dejando de estar pendiente de las miradas ajenas. “Yo me mudé solo a los 18 años, al alejarme me di cuenta de los viejos que tenía. Ahí me enamoré de mi papá y de los 18 a los 26 años tuve una grandísima relación con él”, concluyó.
MDP