Isabelita Sarli en +Caras (CARAS)
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La hija de Isabel “La Coca” Sarli revela cómo fue crecer con una diva adorada por todos

La heredera de “La Coca” Sarli comparte recuerdos, emociones y el legado de una madre que, lejos del símbolo erótico, era una mujer tímida y profundamente amorosa.

Más de cinco décadas de carrera, 35 películas, un estilo inconfundible y un legado que trascendió el tiempo y las fronteras nacionales. Isabel “La Coca” Sarli fue una figura central del cine argentino, no solo por su belleza y su osadía en pantalla, sino también por haberse convertido en un verdadero ícono popular. A seis años de su muerte, su hija, Isabelita Sarli, decidió romper el silencio y rendirle homenaje desde el lugar más íntimo posible: su recuerdo.

Crecer al lado una diva, la experiencia de Isabelita Sarli

La conversación se dio en el living de +Caras, el ciclo de entrevistas que conduce Héctor Maugeri, donde Isabelita compartió por primera vez aspectos desconocidos de su relación con su madre. “Crecí con ella y siempre la tomé como mi mamá. Era loco salir a la calle y que todo el mundo se le tire encima. Yo me ponía celosa y me ponía cara larga”, recordó con una mezcla de ternura y humor. Pese a ser adoptada, jamás sintió que eso definiera su vínculo: fue, ante todo, hija de la mujer, más allá de la estrella.

Isabelita, hoy con 42 años y casada con Damián Almirón, ha vivido gran parte de su vida al margen del foco mediático, optando por una existencia tranquila, aunque siempre comprometida con mantener viva la memoria y el legado de su madre. “Nunca tomé conciencia de lo que era mi mamá. La respetaba, sabía de su carrera, pero para mí era simplemente mi mamá. De la puerta para adentro era eso”, afirmó.

Isabelita Sarli en +Caras: “Crecí con ella y siempre la tomé como mi mamá”.

Y es que, para Isabelita, la imagen pública de “La Coca” poco tenía que ver con la mujer que la crió. Mientras en la pantalla interpretaba a figuras eróticas, sensuales y provocadoras, en la intimidad se mostraba como una mujer marcadamente tímida, casi pudorosa. “En casa de sexo no se hablaba. Era totalmente diferente de lo que la gente imagina”, dijo. Tal es así que, incluso, confesó que su madre recurría al alcohol para desinhibirse antes de filmar escenas más osadas: “Era tan tímida que mi mamá se tomaba sus whisky para tomar coraje y poder hacer las escenas más jugadas. Lo que Armando decía, ellos lo hacían”.

Isabel "La Coca" Sarli.

A pesar de la inmensidad del legado artístico de la disruptiva actriz, Isabelita reconoció que sólo vio dos películas completas: Embrujada y La burrerita de Ypacaraí. “Es la que le gustaba a mi mamá”, recordó. “De las otras vi pedacitos. No es fácil ver a tu mamá en lolas y en escenas eróticas. Ahora es común”.

La icónica actriz nació en Concordia, Entre Ríos, en 1929, y fue descubierta por Armando Bó a los 27 años. Desde ese momento, ambos formaron una dupla inseparable tanto frente como detrás de cámara. Su debut en El trueno entre las hojas (1958) marcó un antes y un después en el cine nacional, con el primer desnudo real filmado en el país.

En +Caras, la hija de Isabel “La Coca” Sarli habla por primera vez: “Su amor me hizo parecerme a ella”.

Isabelita no solo heredó el apellido y la historia, sino también el amor incondicional por una madre que fue mucho más que una diva. “Su amor me hizo parecerme a ella”, resumió, quien posee un notable parecido físico. En +Caras, con cada palabra, cada recuerdo y cada emoción compartida, la hija de Isabel “La Coca” Sarli construyó un retrato distinto, más humano, más real y, quizás, más poderoso que el mito. Porque detrás de la leyenda del cine, primero existió mujer y luego una madre que supo dejar huella más allá de la pantalla grande.

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