Las tapas de Gerardo Romano desnudo: “Me da ternura y pena, pero hice lo que quise”
Gerardo Romano recordó sus tapas más polémicas y aseguró que no se arrepiente. “Me da ternura y pena, pero hice lo que quise”, aseguró.
En su paso por +CARAS con Héctor Maugeri, Gerardo Romano recordó las tapas de revistas en las que posó desnudo durante los años 90, cuando se convirtió en uno de los actores más provocadores del país. En una época en la que todavía era raro ver a un actor sin ropa en una publicación, él se animó a hacerlo y encendió la polémica. Su decisión fue disruptiva, audaz y lo transformó en un símbolo de libertad en una era donde el concepto de “sex symbol” recién comenzaba a instalarse en la Argentina.
“Era libre”, dice hoy, con la serenidad que dan los años. En 1993, Romano fue portada de la revista Playboy acompañado por dos modelos extranjeras —una peruana y otra italiana—, una aparición que causó gran revuelo. Además, junto a Reina Reech protagonizó la tapa de Libre, y más tarde se animó a posar en soledad para Gente, consolidando así su imagen de actor transgresor y dispuesto a romper moldes.
Gerardo Romano recordó sus tapas más picantes
Al mirar aquellas tapas que causaron revuelo, reconoce que a veces le generan ternura y hasta un poco de pena, pero lo cierto es que nunca se sintió obligado a hacer nada que no quisiera. “Hice lo que quise, no fui arrastrado ni cooptado en mi voluntad. La tapa de Gente no la quería hacer porque no tenía sentido salir desnudo. Entonces pensé: ‘Bueno, hagamos un negocio’”, comentó.
Su cuerpo atlético, marcado por años de deporte, era parte de esa imagen que lo convirtió en noticia. Pero Romano insiste en que, a pesar del aura de galán que lo rodeaba, siempre se sintió tímido. “Tenía un cuerpo muy trabajado. Había hecho mucho deporte, muchos años, mucho mucho. Me sentía deseado pero sigo siendo tímido”, admite con una sonrisa.
Con el tiempo entendió que fue su figura la que terminó de instalar la etiqueta de “sex symbol” en el país. “Hasta que yo aparecí, los galanes tenían gran estatura, una espalda así… Y ahí inventaron lo de sex symbol. Eso no existía acá, era algo de Estados Unidos”, reflexionó.
Hoy, con la perspectiva de sus 79 años, Gerardo Romano no se arrepiente de aquellas elecciones que marcaron su carrera y su imagen pública. Mira esas fotos con ternura, con un poco de pena tal vez, pero con la certeza de haber sido fiel a sí mismo: “Siento que hice lo que yo quise”.
MDP
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