viernes 20 de septiembre del 2024

Celeste Salgado: “¿Qué pasaría si nos animáramos a mirar de frente a eso que nos duele?”

Después de atravesar situaciones extremadamente dolorosas que hicieron girar su mundo por completo, Celeste Salgado encontró en la Decodificación y en la creación de su espacio, Be Sinergy, un modo de reconectarse con ella misma y de acompañar a otros a transformar su dolor para una vida más plena y consciente. Galería de fotosGalería de fotos

CREDITO CARAS

El camino de cualquier ser humano está atravesado por luces y sombras, momentos de calma y de tormenta. Sin embargo, nunca sentimos estar preparados para algunos golpes ni para enfrentarnos con algunos dolores que la vida nos pone en el alma y en el cuerpo. El modo de atravesarlos dependerá en parte de nuestra personalidad, de nuestras fortalezas o debilidades, de las herramientas que hayamos incorporado, hasta de los mandatos recibidos y tomados como propios. Y de esa palabrita que se puso tan de moda, la resiliencia, esa capacidad que hace que algunas personas salgan fortalecidas aun de las experiencias más dolorosas, a tal punto que a veces no podemos creer que pasaran por situaciones tan penosas.

Pero hay otras que además de resilientes son transformadoras; son esas personas que pueden tomar su dolor y hacer alquimia, pueden salir del fondo más profundo y oscuro, y ser luz y faro en el dolor de los demás. De esas personas es Celeste Salgado, que luego de muchos hechos dolorosos y traumáticos, encontró en la Decodificación de síntomas una herramienta para reconstruirse, sanar, pero también acompañar a otros a crear una vida consciente y alineada con quienes son.

Esta taurina de 32 años, amante de la lectura, el entrenamiento y el buen comer, irradia un sinfín de palabras lindas, como calidez, sensibilidad, autenticidad, buena onda, sencillez, que redundan en una universal que engloba todo lo que ella transmite: PAZ. La escucho y no puedo dejar de conmoverme por las cosas que le han sucedido, pero a la vez es reconfortante su relato tan lleno de calma, porque sabe que esta nueva Celeste, resurgida de las cenizas, dejó de lado su título de licenciada, aceptó lo que le tocó en su vida, y encontró su misión en este “después de”.

Celeste, rompiste estructuras que podemos llamar "tradicionales" para seguir un camino que sentiste más cercano a vos. ¿Cómo fue ese proceso? 

Desde muy chica fui planeando mi futuro, siempre soñé con ser una mujer independiente, profesional, tener un buen pasar económico, casarme, tener hijos, viajar, y así lo fui creando, paso a paso. Terminé el secundario y sin estar muy segura, comencé a estudiar. Me recibí, tuve un buen trabajo en el que ganaba bien, pero no me hacía feliz. Vivía sintiendo un vacío muy profundo, pero me adapté a eso durante un buen tiempo. En aquel momento yo pensaba que eso era ser adulta y, de hecho, creía que lo que sentía estaba mal, por eso no le daba lugar. Siempre digo que durante esos años estaba adormecida, desconectada. Hasta que la vida me dio un gran sacudón que puso mi vida y la de mi familia patas para arriba. Fue un gran derrumbe, de esos que no te esperabas. Yo venía creyendo que de eso iba la vida, hasta que de repente la muerte de mi hermano menor me derribó. 

En esos tiempos me atravesó la ansiedad y los ataques de pánico, muchos síntomas físicos. Todo eso que había construido se cayó, y yo ya no sabía quién era. Había perdido toda identidad.

¿Cómo lograste salir de ese lugar, hasta llegar a la decodificación

Después de esa pérdida y de otras que nos sacudieron en muy poquito tiempo, empezó un camino de búsqueda de respuestas… había algo dentro mío que decía que detrás de ese dolor había otra cosa para mí. 

Empecé a indagar en diferentes tipos de terapias y técnicas, pero todo de una manera un tanto aislada, buscando una “curita” y un poco de anestesia, mientras seguía en mi vida sintiéndome cada vez más vacía y más desconectada de mí y de mis ritmos. 

Al tiempo, vino el próximo sacudón que me llevaría a tomar decisiones. Fue la pérdida de mi bebé. Ahí sentí que me caí. No estaba segura de cómo iba a salir adelante. Me enojé mucho con la vida, pero finalmente entendí que necesitaba hacer un cambio. 

Y fue ahí que apareció un terapeuta con quien había trabajado hacía un tiempo, y me recomendó mi primer curso de Decodificación. 

Así empezó todo, al tiempo renuncié a mi trabajo, mientras me iba capacitando como consultora. Abrí mi propio espacio, por el que hoy tengo la fortuna de decir que pasaron cientos de personas.

¿Qué sentís que te aportó a vos esta herramienta, a nivel personal?

Siento que la Decodificación pasó de ser una herramienta, a ser un sistema a través del cual elijo crear mi vida. Es el enfoque con el que me posiciono para dar los pasos, para entender qué me sucede y para darle sentido a mi experiencia. La descodificación pasó de ser un conjunto de técnicas que me aportan consciencia, a ser los lentes a través de los cuales comprendo y creo mi vida. Y eso es lo que propongo en mis espacios. Una visión consciente. 

¿Podrías describir brevemente de qué se trata?

La Decodificación es un sistema que incluye una batería de herramientas a través de las cuales podemos comprender nuestra historia, nuestros síntomas y todo aquello que crea nuestra realidad. 

¿Qué pasaría si nos diéramos la oportunidad de ver al dolor como el puente para nuestra evolución? ¿Qué pasaría si nos animáramos a mirar de frente a eso que nos duele? ¿Qué pasaría si dejamos de anestesiarnos y nos animamos a sentir? 

Este sistema nos ofrece una visión completa para poder tomar consciencia de aquello que nos sucede y de esa manera poder transformar nuestra vida. 

Hoy en día las personas estamos atravesando diversas situaciones de crisis, ¿Qué pasa a nivel físico y espiritual con nosotros cuando nos vemos desbordados?

Creo que la vida nos da señales cuando estamos siendo incoherentes con nuestros deseos, con nuestro ritmo y con nuestro sentir. 

Muchas veces no vemos esas señales porque vivimos en piloto automático. El tema es que en algún momento colapsamos, y casi siempre esos colapsos vienen acompañados de síntomas físicos y emocionales. Nuestro cuerpo nos habla, lo que nuestra boca calla. 

De esa manera aparecen todos los síntomas que nos acompañan a lo largo de la vida, como, por ejemplo, problemas digestivos, de piel, de huesos, hormonales, hasta desregulaciones emocionales, como ansiedad, depresión, ataques de pánico, entre otras cosas. 

En un mundo donde se nos pide que seamos cada vez más rápidos y productivos, el riesgo que corremos cada vez que no respetamos nuestros tiempos, es el de alejarnos de una vida de plenitud.

¿Cómo son las sesiones que brindas? ¿Incorporás también otro tipo de herramientas o técnicas? 

Las sesiones que ofrezco son de dos tipos: 

Por un lado, tenemos sesiones 1:1 (individuales) que tienen formato presencial y online, y se realizan una vez al mes (con acompañamiento vía WhatsApp también). El camino de consciencia comienza con algún tema o síntoma que la persona que llega a consulta quiere empezar a desprogramar. Siempre digo que a lo largo del camino nos vamos dando cuenta que ese síntoma termina siendo un pequeño fractal de todo lo que vamos transformando a lo largo del proceso. 

Y, por otro lado, ofrezco sesiones de pareja. 

Este dispositivo nació hace poquito con el propósito de llevar consciencia a nuestra manera de vincularnos. Apuntamos a tomar consciencia de aquellas heridas que se nos activan cuando estamos en pareja, el porqué de las dinámicas que sostenemos, los conflictos, las historias de parejas de las que venimos, problemas de comunicación, expectativas, pareja real vs la ilusión, entre tantos temas más. 

Las consultas también pueden ser online y presenciales, y también nos encontramos una vez al mes.

Muy pronto comenzaremos con un formato de masterclass con diversas temáticas emergentes (relaciones conscientes, económica, propósito de vida, entre otras) que tendrán como impronta brindar herramientas simples y concretas para que las personas continúen autoindagando.

El método que fui creando para acompañar a las personas incluye todas las herramientas con las que me fui encontrando y capacitando durante los últimos años, leyes biológicas, constelaciones familiares, sistema nervioso y trauma, pnl, chamanismo, coaching, entre otras.

¿Encontrás temas recurrentes en tus consultas?

En consulta siempre aparece mucha variabilidad de temas, desde cuestiones vinculares (pareja, padres, hijos), economía y conflictos laborales, síntomas físicos (dolores de cabeza, huesos, digestivos, de piel, cáncer, hormonales, trastornos de ansiedad, ataques de pánico, infertilidad, etc). El propósito de las consultas es que cada persona pueda comprender el origen de estos síntomas, que siempre son el resultado de hechos traumáticos no gestionados, en nosotros y en nuestro clan. 

¿Qué es necesario para lograr cambios a través de la decodificación?

El aspecto más importante a tener en cuenta es el compromiso. Para iniciar un camino de conciencia y autoconocimiento necesitamos comprometernos con nuestro proceso, entender que es un camino que nos llevará tiempo y para eso vamos a necesitar también paciencia. Paciencia con nosotros mismos, con nuestros tiempos, y con los tiempos de la vida. Cada deseo de cambio va a necesitar de acciones coherentes con aquello que queramos, y eso es de acuerdo al ritmo de cada uno. Pues no existe consciencia sin acción. 

¿Cuál sentís que ha sido tu mayor aprendizaje en la vida?

Que las casualidades no existen, ni tampoco la mala suerte. Y que todo lo que nos sucede está regido por nuestro inconsciente, y que animarnos a descubrir lo que hay ahí es sumamente liberador. 

Diría Carl Jung, “mientras no hagas consciente lo inconsciente, este dirigirá tu vida y tú le llamarás destino”.

¿Sentís que todo ese aprendizaje te hizo encontrar un propósito?

Por supuesto que si, todo el camino que recorrí, incluso las experiencias traumáticas, me permitieron recordar que mi propósito es ser un puente, es acompañar a otros a llevar consciencia a sus vidas. 

Es guiar desde el amor para que las personas puedan conectar con su propia sabiduría. Esa que ya existe en todos nosotros por naturaleza, y que solo necesita que la despertemos. 

En mis espacios no brindo instructivos de qué hacer y cómo hacer, sino más bien, brindo herramientas que a mí me sirvieron en mis propios procesos, para que cada uno pueda pasarla por el cuerpo y ver cómo eso nos va transformando. 

Por todo esto nació Be Sinergy (ser sinergia), un proyecto que busca materializar todo mi recorrido estos años, y crear una comunidad donde todos podamos contribuir a la creación de una nueva humanidad libre y consciente.

Si tuvieras la posibilidad de encontrarte con esa Celeste que atravesó el dolor, ¿Qué palabras le dirías?

Le diría que es muy valiente, y que por más de que ahora no entienda para que está viviendo lo que está viviendo, esas experiencias serán el puente para que transforme su vida. 

Le diría que lo está haciendo bien y que pronto pasará. Que no está sola y que la amo.

Amor. Esa otra palabra universal que engloba todo lo que Celeste es y da.

Para contactarte con Celeste:

@be.sinergy

[email protected]

Tel: (+54) 3547566932

 

 

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