miércoles 18 de junio del 2025

La Gratitud

Esta es la última nota. Elegí la Gratitud como tema y pienso que ésta debería haber sido la primer nota. Siento que agradecemos al final como esperando cierto resultado, si el resultado es positivo, agradezco. Si no lo es, me quejo, me enojo, critico. Esta dinámica de pensamiento y acción, puesta en práctica durante tanto tiempo, es errónea. Galería de fotosGalería de fotos

La Gratitud
La Gratitud | CREDITO CARAS
CREDITO CARAS

La gratitud es un estado de consciencia.

            No está  ligada a un resultado, es independiente de él.

            El estado de gratitud tiene que ver con comprender que, absolutamente todo en nuestras vidas, las personas con las que interactuamos desde que nacemos,  situaciones, lugares, etc es motivo de agradecimiento. Esto requiere una manera expandida de ver la vida. Es salirnos de nuestros pequeños dramas en los que nos victimizamos a diario sintiendo que si no soy feliz en mi pareja es culpa del otro, si no tengo suficiente dinero es culpa de la economía, si mi trabajo me frustra es culpa de mi jefe, de mis compañeros o de que todo está mal. Expandir mi visión me responsabiliza de mi vida. Me transforma en un adulto donde los culpables ya no tienen lugar, ni siquiera yo lo soy. Las situaciones no son malas o buenas, son oportunidades para aprender y crecer.

            Leí hace poco: “los pecados son la experiencia de la consciencia” es perfectamente razonable que así sea, ¿de qué otra manera aprenderíamos sino es a través del “error” y el “pecado”?

            La Gratitud es una frecuencia vibratoria que nos despega de la densidad de la ira, los celos, la envidia, la depresión, hasta incluso, de la apatía y el rencor. Nos eleva por sobre la apariencia de las cosas para que podamos ver la vida con nuevos ojos, agradeciendo cada mañana por lo que vendrá, sin importar lo que esto sea, con absoluta confianza  que es para mi más alto bien, manteniéndome conectada con emociones, pensamientos y acciones de compasión, generosidad, empatía y amor. Comprendiendo, además, que si la experiencia que me toca vivir hoy es difícil, dolorosa o incomoda es más trascendente y profundo el aprendizaje que podré obtener de ella por lo que aún más deberé agradecer.

            Si pudiéramos vivir en la sabiduría del amor, agradecer sería nuestro modo de vida. Entenderíamos entonces que en este planeta escuela venimos a experimentar para aprender y crecer, nada es tan definitivo ni tan grave. La experiencia de la vida se vuelve liviana, fluye sin resistirse a los cambios, se adapta, se transforma y transmuta lo doloroso y difícil en paz interna y dicha.

            En esta última nota agradezco a todas las personas que interactuaron conmigo de la manera y el tiempo que haya sido, incluyéndote, agradezco a todas las situaciones que viví sin excluir ni una, agradezco este tiempo, a mí y a Dios en mí, a la luz que me asiste siempre aunque a veces no pueda verla por mi propia oscuridad, la cual también agradezco.

            Namasté

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