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A lo largo de nuestra vida transitamos determinadas situaciones con calma y naturalidad, mientras que otras nos generan cierto (o mucho) malestar, y sentimos que nos ponen a prueba.
Entre estas últimas, están las que nos hacen sentir “sobrepasados” en nuestras capacidades y recursos como, por ejemplo, una enfermedad, el fracaso en un proyecto, la muerte de un ser querido o… una pandemia mundial.
Llegados a este punto, tenemos dos opciones: darnos por vencidos y sentir que estamos frente a un (nuevo) fracaso, o sobrellevarlo y resurgir más fuertes. .
A esto llamamos resiliencia: a esa capacidad de re-estructurar nuestros recursos psicológicos de acuerdo a las necesidades y nuevas situaciones.
Boris Cyrulnik, referente mundial de este concepto, define a la resiliencia como la capacidad de hacer frente a las adversidades de la vida, transformando el dolor en fuerza motora para fortalecernos. Una persona resiliente comprende que es el arquitecto de su propia alegría y de su propio destino.
De esta manera, las personas resilientes son capaces de salir adelante frente a las adversidades que les tocan en la vida y, además, usan esas situaciones para crecer y desarrollar su potencial al máximo.
No todos desarrollamos resiliencia cada vez que pasamos por situaciones difíciles, pero la buena noticia es que esta capacidad puede ser entrenada y potenciada, tal y como ocurre con cualquier tipo de conducta.
Ahora bien…¿cómo lograrlo?
Teniendo presentes nuestras potencialidades y nuestros límites.
Desarrollando nuestra auto-confianza, sabiendo que somos capaces de lograr mucho de lo que nos proponemos.
Desarrollando nuestra creatividad, sabiendo sobrellevar una situación inesperada, dando lo mejor de nosotros.
Comprendiendo que las dificultades son una oportunidad para sumar un nuevo aprendizaje.
Uniéndonos a personas que tienen una actitud positiva frente a la vida, quienes puedan brindarnos su apoyo y sostén cuando lo necesitamos.
Entendiendo que hay situaciones que no podemos controlar (pero sí podemos controlar nuestros pensamientos al respecto, por ende, nuestras emociones).
Sumando el humor! Es un recurso muy útil para hacer frente a situaciones complejas.
Buen camino!
Lic. Diana García Dilba
Psicóloga e Hipnoterapeuta
CONTACTO:
Instagram, FB y Youtube: @dianagarciadilbapsicologa
