Todos deseamos despertarnos cada mañana con una sonrisa en los labios sintiéndonos llenos de energía para empezar el día con entusiasmo. Queremos movernos con ligereza y que no nos duela nada, subir y bajar escaleras sin sofocarse, jugar a la pelota con nuestros hijos y nietos. Seguramente todos queremos vivir muchos años con salud, optimistas y agradecidos.
¿Hay algo que podemos hacer para que esto sea posible?
Para la gran mayoría de nosotros, nuestro cuerpo es una gran maquina misteriosa. Conocemos algunas de sus funciones, pero no como funciona exactamente. Decidimos como manejarlo y como cargarle de energía basándonos en lo que nos dijeron o vimos en la tele alguna vez.
Lo cierto es que las especies llevan poblando la tierra un par de millones de años y desde el comienzo toda la naturaleza estaba conectada entre sí. El hombre siempre supo buscar su comida en la naturaleza para alimentarse cuando sentía hambre, se exponía a la luz solar y caminaba en grupos.
Es sorprendente cuando miramos hacia atrás y percibimos el cuán lejos nos fuimos y estamos de vivir según fuimos proyectados, resultando hoy en la única especie que necesita que le enseñe a nutrirse, por ejemplo.
Nuestro cuerpo nos habla constantemente pero no lo queremos escuchar. Antojos, dolores de cabeza, granitos en la cara, cambios abruptos de humor, aumento de peso, diabetes tipo 2, infertilidad entre otros; son los mensajes explícitos del cuerpo que nos dan aviso: ¡Algo no está bien! Deberías chequear la calidad del combustible y darle mantenimiento a la máquina.
Es la luz roja en el panel. Son los mensajes para chequear el manual de instrucciones.
Todo lo que hacemos o dejamos de hacer; lo que comemos o dejamos de comer afecta a todas y cada una de las 30 billones de células que tenemos en nuestro cuerpo.
Tal vez nunca diste tanta importancia que te despiertes sin muchas ganas de arrancar cada mañana. ¿Pero, y si pudieras sentirte mejor y con más animo; te gustaría?
Es Posible.
Hoy quisiera proponerte que te tomes la libertad de dudar de todo lo aprendido e incluso desaprender si es necesario. ¡No te preocupes! No será difícil ni costoso porque la clave para recuperar la salud perdida está en la naturaleza y en nuestra conexión con ella.
Por supuesto que no es necesario volver a vivir como los hombres de las cavernas. Esto no es posible ysería poco inteligente; ya que muchos de los avances que nos trajo la tecnología y la ciencia son realmente muy beneficiosos; desde la penicilina de Alexander Fleming hasta la estructura del ADN por James Watson y Francis Crick.
Nuestra salud en este mundo moderno depende de que sepamos ajustarnos a la tecnología SIN PERDER NUESTRAS COSTUMBRES ANCESTRALES.
Podes comenzar con algunos pequeños hábitos diarios como exponerse un ratito a la luz solar (parece increíble, pero muchas personas pasan todo el día encerradas), conectarse con la tierra (grounding en inglés), alimentarse de la naturaleza, ayunar, moverte más (podes empezar caminando por 15 minutos todos los días), descansar mínimamente 7 horas cada noche y elegir un entorno social que favorezca tu bienestar.
Empezar trabajando para incorporar aunque sea uno de estos hábitos ya supone un avance en el camino de la transformación de tu salud.
Los cambios pueden ser pequeñitos y graduales, pero cada uno impactará en un enorme beneficio en tu vida, ¡te lo aseguro!
Te dejo un abrazo!
Pauline Morais
IIN Health Coach
@paulinemorais



